Amigos (Robin Dunbar)

10/12/2023

Friends

El libro que he encontrado hoy en casa de mis padres es este Amigos: El poder de nuestras relaciones más importantes de Robin Dunbar, del que ya había tenido noticia en forma de tuit, resumen, recensión o entrada de blog. Creo que el número de Dunbar es un concepto que ha alcanzado relativa fama.

No es un libro en el que a mi modo de ver uno aprenda gran cosa sino más bien uno va considerando lo que se plantea y encajándolo en las categorías de lo que resulta poco menos que obvio y lo que uno nunca se había planteado. El límite potencial de 150 amigos, las diferencias entre los sexos y los 7 pilares de la amistad están más o menos ahí.

Curiosa me ha parecido la regla de los treinta minutos:

En el estudio de los círculos sociales hay una ley no escrita que se conoce como regla de los treinta minutos: harás el esfuerzo de ir a ver a alguien, y lo considerarás importante para ti, si esa persona vive a menos de treinta minutos de tu casa. No importa que sean treinta minutos a pie, en bicicleta o en coche. Lo que cuenta es la importancia psicológica del tiempo que tardas en llegar. Por lo tanto, lo lógico sería que tendieras a llamar o a enviar mensajes a quienes viven a más de treinta minutos de ti para compensar el hecho de que no puedes ir a visitarlos en persona. Pero parece que no es así.

Poca broma con esto, que no conozco a nadie que viva a menos de treinta minutos de mí. La huida al agro mató mi vida social. Otra cosa interesante y que enlaza hasta cierto punto con el hecho de que el séptimo pilar de la amistad (y quizá el menos obvio) sean los gustos musicales similares es este dato de etnografía formosana:

En un interesante trabajo de investigación llevado a cabo en Taiwán, Steven Brown, Mark Stoneking y sus colaboradores sugirieron que la composición de música (sobre todo cantada) podía ser anterior al lenguaje. Taiwán tiene nueve poblaciones indígenas, cada una de las cuales posee su propio dialecto y sus propias tradiciones musicales. Al combinar esa información con datos sobre la genética de esas poblaciones, los investigadores observaron correlaciones significativas entre las tres variables. Pero la correlación era más estrecha entre la música y los genes, lo que indica que las diferencias musicales eran más antiguas que las lingüísticas.

El dato que más me ha sorprendido descubrir es que no todos los seres humanos experimentan el color por tricromatismo sino que los hay que lo perciben tetracromática e incluso pentacromáticamente, cosa que no había sabido cuando me aproximé a los conos.