Un faisán en el jardín

02/01/2022

Phasianus colchicus torquatus, creo

Hace unos pocos días, hablando de los urogallos, comentaba que lo más parecido que se podía ver en Irlanda eran faisanes. Yo mismo los había visto varias veces en sembradíos, a veces desde la planta de arriba del autobús. Lo que nunca había pasado es que se nos hubiera presentado un faisán en casa, como en este primero de enero en lo que esperamos que suponga un buen auspicio (del latín: avis ‘ave’ y specere ‘mirar’) La pequeña ha visto «un pato con una cola larga» y allí estaba junto al árbol del jardín.

Rebuscando junto a los setos

Gracias a Glynn Andersson (Birds of Ireland: Facts, Folklore & History) descubro que el faisán fue introducido en Irlanda hace varios siglos aunque no se sabe a ciencia cierta cuándo: como pronto con los normandos en el s. XII y como muy tarde en el s. XVI. Es un ave originaria de Asia y su nombre científico Phasianus colchicus hace referencia al río Fasis de la Cólquide (hoy río Rioni de Georgia), la tierra en que Jasón y los Argonautas buscaron el vellocino de oro. Por los tiempos en que unos europeos vieron por vez primera a este animal la Cólquide o Colquis se encontraba en los confines orientales del mundo conocido.

Me resulta bastante sorprendente que pueda haber un millón de especímenes en esta isla y que se puedan cazar unos doscientos mil al año. También he estado mirando el asunto de las subespecies. Al parecer había una más antigua Phasianus colchicus colchichus y los que tienen un anillo en el pescuezo son de origen chino, Phasianus colchicus torquatus, pero debe de haber bastante hibridación así que aunque era obvio que el que hemos visto tenía anillo no estamos como para hacerle un análisis de ADN si ni un zoom decente en el teléfono tenemos. Por cierto, que bastante suerte es haber visto al colorido macho ya que en esta especie el dimorfismo es notable y la hembra nos podría haber parecido cualquier otra cosa.


Los dos años en Rusia de Juan Van-Halen

18/05/2019

Dos años en Rusia

La lectura de los Episodios Nacionales me ha hecho interesarme por la biografía del general español Juan Van-Halen (1788-1864). Veo que don Agustín Mendía escribió un libro a partir de las notas del general que había pasado dos años en Rusia y más concretamente en la guerra del Caúcaso en 1819-1820, es decir por territorios hoy en las actuales Georgia y Azerbaiyán.  Parece que fue volumen de relativo éxito ya que si bien la primera edición es de 1849 yo he consultado una segunda edición publicada en Valencia en 1862.

Van Halen llega a San Peterburgo desde Londres y gracias a la descripción de su periplo un servidor, visitante habitual de la ciudad de Hamburgo, ha podido enterarse de que el pequeño archipiélago de Helgoland perteneció al Reino Unido hasta 1890 («otro Gibraltar, abrigo de contrabandistas») y que el elegante barrio de Altona había pertenecido a Dinamarca hasta 1864. Hay un largo recorrido hacia Berlín y por tierras de Prusia que hoy llevan nombres polacos y rusos en vez de alemanes y van acercándose a tierras del área de influencia rusa. Parece ser que el caviar no se conocía en la España de principios del XIX:

A mitad del camino, en la casa de postas que llaman de Nidden, adonde se adelantaron á pie con ánimo de estirar sus entumecidas piernas, encontraron al primer mercader moscovita que vio Van-Halen en su vida. Pasaba al interior de la Alemania y al Rhin con un cargamento de huevas de pescado que llaman Ikra ó Cabyard, que suele gustar mucho á todo el que llega á probarlas algunas veces.

Hace algún tiempo me puse a investigar el porqué del nombre «montaña rusa» que se da a las atracciones de feria así llamadas. Con esto descubrí cómo eran las montañas rusas originarias de Rusia, donde curiosamente las llaman «montañas americanas». Van-Halen las describe:

En medio de tan alegre y variado concurso se levantan de trecho en trecho, cual pirámides egipcias, las montañas rusas, ó montañas de hielo. En la época de las fiestas alzan andamios de cincuenta pies de elevación, con quince ó veinte de anchura. De la plataforma colocada en su cima, adonde se sube por una escalera interior, baja un declive de ochenta á cien pies de longitud, construido con gruesas tablas, que cubiertas de capas de nieve, sobre las cuales se echa agua, se unen en poco tiempo de tal modo, que parecen un espejo. El dia en que dan principio las diversiones públicas, se ven á cientos los pequeños trineos que, montados sobre dos planchas de hierro, reciben á dos personas de diferente sexo, y vestidas con el pintoresco trage nacional.

Aparece una idea a partir de la ubicación ideal de San Petersburgo como capital marítima. Yo había leído con anterioridad que Lisboa y no Madrid debería haber sido la capital de la Monarquía Hispánica. Van Halen sugiere lago así como que Sevilla debería haber sido el San Petersburgo español y Cádiz su Kronstadt.

Después de un tiempo relacionándose en la capital peterburguesa consigue con ayuda de Agustín de Betancourt que el zar le asigne un destino en la guerra del Cáucaso adonde se dirige en siempre complicados viajes en los que viste el burka, que es una prenda de la zona que nada tiene que ver con la que en las últimas décadas conocemos con el mismo nombre.

Es complicado seguir el itinerario con precisión debido a los cambios de los topónimos o la imprecisión en la transcripción de los mismos. Pasa por Mshet y por Tiflis para llegar a su destino en Kajetia (de cuyos vinos dice que son como los de Valdepeñas para más adelante comparar su paisaje con el de La Mancha, si bien más despoblado). Creo que el destino donde más tiempo pasa, Kargatsch, es la Karajala de hoy, aunque no podría jurarlo. Me ha parecido que al fortaleza de Tchirakh es la que hoy se llama Chirag Gala en Azerbaiyán, pero no he sido capaz de encontrar Joserek, que debería estar unos 26 km al sur.

Para desubicarnos lo menos posible siempre hemos de agradecer la imposición del sistema métrico internacional. Al menos en la Rusia imperial nos dan las distancias en verstas (Van-Halen escribe werstas a la alemana) que son muy parecidas a los kilómetros. Las alturas en pies que se dan del Kasbek y el Elborous  (Elbrus) parecen erróneas.

El Cáucaso es el equivalente en Rusia al far west norteamericano. Aquí les dejo una anécdota el tipo de guerra que allí se hacía (223)

Un dia que los oficiales se habían sentado á la mesa, notaron la falta del intérprete, lo que rara vez solía suceder, y ya estaban á los postres cuando se presentó muy placentero con un lío de paño tosco debajo del brazo: dijo que les traía para postres una sandía de las que se suelen conservar en el país para invierno. Como en diciembre las frutas son muy apetecibles, todos se apresuraron á pedírsela: descubrió entonces su pacotilla, y vieron rodar por el mantel de la mesa una rapada cabeza de lesghuin, que era la fruta que acababa de recolectar el bárbaro en un encuentro hostil que había tenido aquella misma mañana, yendo á cazar á la otra parte del Alazan. Aquella hazaña, que los naturales del país tienen por una gloria, disgustó á los oficiales sobremanera. El coronel se levantó de la mesa, volviendo la espalda á aquella escena, siguiéronle todos á otro apostento, donde mientras fumaban sus pipas, el intérprete se hacía servir la comida recreándose á cada bocado con la sandía que tenía sobre la mesa.

También para comprender el viaje de regreso hacen falta ciertos conocimientos previos. Leópolis / Lviv se cita como Leopoldo y Brno / Brünn como Brimm. Entiendo que será cosa de quien pasara a limpio los manuscritos.

 


Ali y Nino

03/07/2017

Ali und Nino (1937)

Hace ya más de seis años que leí una interesante entrada sobre el misterio de Essad Bey. Por mera coincidencia eso fue unos pocos meses antes de llegar al Transcáucaso, destino que nunca me había planteado. De las lecturas previas y posteriores al paso por Georgia, Armenia e incluso podía decirse que Azerbaiyán me quedó la voluntad de leer el «Ali y Nino» y con gran fortuna esta semana ha caído una traducción española en mi manos. Al parecer existen otras tres anteriores en castellano pero ésta es la más reciente (2012). De entre las varias versiones  cinematográficas debe de haber alguna más reciente aún.

La historia de amor entre una princesa georgiana y un noble azerí sirve muy bien para hacer comparaciones y alegorías  de la tensión compleja entre Oriente y Occidente o entre el cristianismo y el islam. Hay muchas frases muy interesantes a este respecto, pero la que me resulta más destacable es el alegado del padre de Ali Kan en el capítulo 22, no por nada específico de lo del choque de civilizaciones sino por cómo se puede observar el mismo fenómeno en muchos contextos políticos diferentes. El conflicto identitario empieza como conflicto interior :

«Eres un hombre valiente, Alí Kan. Pero ¿qué es el valor? Los europeos también son valerosos. Tú, y todos los que lucharon contigo, ninguno de vosotros sois ya asiáticos. Yo no odio a Europa. A mí Europa me resulta indiferente. Tú sí la odias, porque tú llevas dentro de ti un trozo de Europa. Fuiste a un colegio ruso, estudiaste latín, tu mujer es europea. ¿Acaso sigues siendo asiático? Si hubieras vencido tú, tú mismo hubieras introducido a Europa en Bakú sin darte cuenta. Da lo mismo que sean los rusos o nosotros quienes construyan las carreteras y abran las fábricas. No podía ser ya de otra manera. Cuando un hombre asesina a tantos enemigos con tal sed de sangre, ya hace tiempo que no es un buen asiático.»

La reacción identitaria la protagoniza siempre un mestizo que ya ha perdido la supuesta pureza ideal y pretende recobrar aquel pasado glorioso, que suele ser una ensoñación sin demasiado contacto con la realidad.

Luego lo de Occidente y el Islam. A mí me gustan estas metáforas novelescas porque le dan a uno la sensación (falsa) de que se puede comprender con un destello la complejidad de procesos históricos de gran calado. Por suerte y por desgracia esto no es así y en planteamientos como ¿cuáles son las diferencias entre Oriente y Occidente? no sólo las respuestas son bastante malas sino que lo más probable es que la pregunta y las categorías que pretende comparar también lo sean. Al menos invita a reflexionar, que no es poco.

En todo caso, es un bonito paseó por el corredor que va de Tiflis a Bakú, con excursiones al Alto Karabaj y hasta Teherán. Recomendable para quienes estén interesados en la historia del Imperio Ruso en Asia y en aquella visión romántica del Cáucaso como Far West que desde el principio dejó su impronta en la tradición literaria rusa.


Coros georgianos

02/06/2014

coro-georgiano-rustavi-dublin

Tras las danzas del día anterior me quedé con ganas de ver más cosas de la cultura georgiana y ayer fue la actuación de coros del conjunto Rustavi. Cuando estuve en Georgia sólo pude escuchar la polifonía del país en las catedrales, tanto en Tiflis como en Misjeta y me pareció que es un tipo de música a través de la cual uno puede facilmente olvidarse del mundo y entrar en trance.

A bordo de la nao Argos traen el vellocino de oro desde Cólquida

A bordo de la Argos traen el vellocino de oro desde Cólquida

El coro estaba completamente formado por varones con el típico traje negro y con cartucheras. Han cantado piezas de las diferentes regiones de Georgia. Canciones que se entonan en las bodas y también algunas patrióticas, como la que surca el universo a bordo del Voyager desde 1977. Respecto a las regiones, al menos hubo una pieza de Imeretia,  dijeron que la mejor polifonía proviene de Guria, y algo que me pareció contraintuivo fue lo que indicó el presentador respecto a las canciones de la región vitivinícola de Kajetia. Dijo que la música era más lenta y relajada debido a la cultura del vino.

Tres quedaron sobre el escenario

Tres quedaron sobre el escenario

En un momento en el que la mayor parte del coro tomó un descanso, el presentador y otros dos miembros hicieron un tema musical con una flauta de nogal llamada salamuri y dos instrumentos de cuerda que desconozco, parecidos a laúdes.  El momento apoteósico fue cuando el flautista se sacó una segunda salamuria del bolsillo y tocaba soplando ambas mientras las apoyaba en los labios formando una uve.

Creo que para ser un espectáculo de la calidad que tenía había relativamente poco público y supongo que la razón es que fuera gratis. Creo que es perfectamente posible que el mismo grupo viniera tres días a un teatro y se llenaran todas las sesiones con entradas a cincuenta euros. De entre las cosas raras que hay en las actuaciones musicales en estos últimos años hay que destacar a la gente que se empeña en grabar todo el concierto en el móvil y si es con tableta ni les cuento. Yo hago tres fotos feas y luego siempre podré aprovechar el trabajo que alguien con cámara profesional haya colgado en Youtube. La página oficial del coro también tiene algunos fragmentos interesantes.


Folklore georgiano

31/05/2014

barco-bandera-georgia-dublin

Desde hace varios años durante el primer fin de semana de junio hay una especie de festival en los muelles del río Liffey de Dublín. Antes se llamaba Maritime Festival  y era más grande, después de la crisis ha quedado reducido y parece que se llama Riverfest. Al final se trata de que unos cuantos barcos atracan y en los muelles hay barracas de feria, puestos de comida y los clásicos tiovivos.

danzas-georgianas-dublin-mayo-2014

Ayer nos acercamos a dar una vuelta y me percaté de que en un barco de bandera holandesa que se llamaba «León dorado» había un par de banderas de Georgia y varios estandartes con lo que parecían escudos de armas, algunos de los cuales tenían letras georgianas. Luego, más adelante, en el escenario principal había una demostración folklórica. Primero vimos un conjunto de música bastante curioso, con acordeón, dos timbales y dos guitarras eléctricas y luego un espectáculo de danza. A mí la danza nunca me ha interesado demasiado y en especial los bailes regionales siempre me han resultado especialmente aburridos. En mis estudios sobre la identidad siempre me resultó curioso que se mentaran como fuente o esencia de algo. El caso es que estas danzas georgianas del grupo Rustavi sí que me han gustado. Creo que en general las danzas de la península Ibérica son bastante más monótonas y lo mismo puedo decir del jig dance irlandés. Los bailes que evocan lucha y guerra siempre son más dinámicos y despiertan más interés.

Hoy intentaré ir a ver los coros, que en su día leí que eran espectaculares. Al fin y al cabo uno sólo pasó dos días y medio en la república transcaucásica y no dio tiempo a casi nada.


Mesofactos postsoviéticos

17/02/2014
El gráfico

El gráfico

Estaba leyendo un paper sobre el desarrollo de la economía en Uzbekistán, que es un país que me interesa porque unos amigos míos estuvieron por allí de vacaciones y tal. Entre algún otro dato sobre el país de los uzbecos, como el muy relevante de que junto con Liechtenstein es el único país del mundo rodeado por países que no tienen salida al mar, me he enterado un poco de cómo están las cosas y por qué están como están.

Más relevante me ha parecido un gráfico que muestra el crecimiento del PIB en los países postsoviéticos desde 1989. El dato del 89 es el índice 100 y a algunos países como Turkmenistán, Uzbekistán, Azerbaiyán y Bielorrusia parece irles muy bien. Luego hay un agragado al que llaman «Europa Central» (que es la que nosotros consideramos oriental) que está alrededor del 160, o sea que también muy bien. Parece que 25 años después de la caida del muro Rusia ha recuperado el tamaño de su economía y está en un grupo intermedio con otros países que parecían ir mejor y luego se estrellaron, como los bálticos.

En cambio, hay tres países, distintos los tres, que van de pena en comparación con la riqueza que tenían hace un cuarto de siglo: Georgia, Ucrania y Moldavia. Me parece que este es un mesofacto muy relevante.

 


Yermákov y yo

26/08/2012

Hace un año que volvimos de nuestro viaje por Georgia y Armenia. Siempre se pueden decir frases altisonantes como que en realidad nuestro corazón sigue allí, que son una forma de mentir como otra cualquiera. Lo que sí que es verdad que después de pasar por un sitio suele quedar el interés por el lugar.

Estaba mirando fotografías de Yermakov (1846-1916), el gran fotógrafo del Cáucaso, de quien ya publicamos una imagen de la antigua capital georgiana: Misjeta. Me he encontrado con una de un lugar que me ha resultado conocido.

Yermákov

Me ha parecido que tenía que ser la subida a la fortaleza de Narikala por la cuesta que va de Abanobatuni hacia la mezquita y el jardín botánico. Me lancé a conquistar el castillo el día de las lluvias torrenciales dejando al resto de mi expedición en compañía de unas cervezas. Me he puesto a repasar mis fotografías para ver si tenía alguna del lugar. Precisamente allí me crucé con un  atleta que venía zumbando cuesta abajo, no sé si por puro deporte o para escapar de la lluvia.

Botanikuri (2011)

  • Fotografías de Tiflis de Dimitri Yermákov: (enlace)

 

 


Ajedrez en Tiflis

03/10/2011

Ajedrez

El día en que me quedé solo en Tiflis volví al tablero gigante del parque Rike. Era más temprano que la vez anterior y no había casi público. Uno de los tipos que jugaban, también había estado jugando la otra tarde. Era el que consiguió quedarse perdido con blancas en una especie de Säemisch en la que lo tenía todo para ganar. Sólo le faltaba un jugada defensiva, que no hizo, y lanzar los peones de «g» y de «h». Esta vez acababa de ganar un final de caballos, que yo expliqué cómo se entablaba y me invitó a jugar.

Las siguientes fueron a4 y ...a5

La partida fue bastante mala, pero la voy a poner aquí para regodeo de mis compañeros de club y para que conste que uno de nuestro pueblo jugó en el país de las campeonas. Creo que el nivel de juego de mi rival sería de cerca de 1850 o algo así (ustedes dirán), aunque no creo que los que juegan en ese tablero gigante sean jugadores federados, ya que no me preguntaron por mi Elo ni nada. Jugar en un tablero gigante no es nada agradable y tengo la impresión de que, paradójicamente, se ve menos. Tras acabar, hubo otro que quiso jugar contra mí, pero me escabullí con la excusa de que tenía que llegar pronto a Marjanishvili, ya que no quería cebarme en mi fortuna.

[Site «Tbilisi»]

[Date «2011.08.27»]

[White «alfanje»]

[Black «uno de Tiflis»]

[Result «1-0»]

[ECO «D06»]

[PlyCount «55»]

[EventDate «2011.08.29»]

1. d4 d5 2. c4 g6?! esa mezcla de sensaciones: el alivio porque el rival no puede ser muy bueno y el peso de la obligación moral de ganar 3. cxd5 Dxd5 4. Cc3 Dd8 5. e4 Ag7 6. Ae3 Cf6 7. f3 O-O  8. Ac4 Cbd7 9. Cge2 c6 más o menos, tengo todo lo que se puede querer con blancas en la jugada diez. Tanto en la jugada anterior como ahora puedo jugar e5-e6, que ni consideré,  supongo que porque no parece muy coherente con f3

Tras …9 c6

10. a4 esta jugada responde a uno de los valores de mi estilo: la avaricia; otras posibilidades más decentes son enrocarse o 10.Ab3 e5 11. Qd2 esta será floja, supongo que es mejor enrocarse exd4 12. Cxd4 Ce5 13. Ae2 c5 14. Cdb5 Dxd2+ 15. Rxd2 Rd8+ se ha llegado a la  posición sin damas en la que no estoy demasiado feliz. Creo que dejarse cambiar las damas y perder el enroque es malo, aunque aquí el enroque no valga nada. Es posible que 15… Td8+ a pesar de natural también sea mala. 16. Rc2 b6 17. Thd1 en esta ocasión está muy claro que esta es la torre correcta.

Tras 17.Tha1

17… Ab7? me regala un peón 18. Txd8+ Txd8 19. Cxa7 lo único que no me gusta es el caballo esquinado 19…Cc6? pero tengo suerte y me lo cambia 20. Cxc6 Axc6 21. a5 para abrir el juego a los alfiles 21…Ta8  y si no, tengo un superpeón pasado 22. a6 Ce8 23. Ab5 tras 23… Axb5 24 Cxb5 habrá completa dominación

Tras 23.Ab5

23… Axc3 24. Axc6 Tc8 25. a7 esta no se la esperaba 25…Aa5 26. a8=D Txa8 27.Axa8 Cd6 28. Bxc5 1-0

Posición final

La verdad es que no estoy nada contento con no haber siquiera considerado e5 con la idea de e6 tras 8…Cbd7 y no me gustan nada mi 10.a4 y mi 11.Dd2, después todas mis jugadas son más o menos correctas aunque el rival me regala todo. No he visto la partida de modo intensivo con un ordenador porque no vale mucho la pena, para mí tiene el valor de ser la primera partida en un tablero gigante y la primera partida al otro lado del telón de acero.


Viaje por Transcaucasia 2011

01/10/2011

Londres-Bakú-Tiflis

Transcaucasia 2011

Finalmente creo que he acabado de contar todo lo que quería sobre el viaje por esta zona entre Europa y Asia que debería llamarse, con propiedad, Transcaucasia (aunque he solido escribir el Cáucaso por conveniencia). En lo escrito a lo largo del mes de septiembre está todo lo que sucedió en los tres países, aunque la presencia en Azerbaiyán siga siendo más que discutible. Me ha parecido conveniente hacer una especie de índice para cuando mis amigos me pidan consejo y se encuentra al final de esta entrada.

Bandera de Azerbaiyán

En realidad lo que mejor hemos visto ha sido Armenia, con un trayecto circular que ha acabado pareciéndose mucho al del primer itinerario que se previó. Los cinco días en el país, teniendo como base su capital, nos han permitido acceder a sus mejores vistas. ¿es un país por el que recomiendo viajar? No lo sé, quizá sólo a los viajeros experimentados. Puede decirse que está a mayor distancia en millas y en dinero que muchos otros destinos hermosos. Por otra parte, uno de los grandes atractivos del país reside en sus antiguos edificios de piedra y es fácil caer en el síndrome de la fatiga monasteril. El otro es su antigua cultura, su historia y su modo de vida. Cosas cotidianas de las que disfrutar, como los albaricoques o el pan y el trato con las gentes y el aprender a entender cómo se vive con menos de cuatro mil dólares de renta per cápita. Una gran oportunidad para leer sobre el cristianismo antiguo, sobre el Imperio otomano o sobre las barbaridades acaecidas durante  el genocidio de 1915.

Bandera de Armenia

De Georgia y por desgracia, apenas pudimos ver la capital Tiflis (en georgiano Tbilisi), que nos pareció una ciudad mucho menos centrada y dinámica que Yereván, pero con mucho encanto, con su barrio antiguo y sus viejos balcones. Tuve la posibilidad de acercarme a la antigua capital, Misjeta, pero poco más. Quedan zonas muy interesantes que recorrer: Tushetia, Esvanetia, Kajetia. Por lo que leí, no me pareció que sus playas del mar Negro valieran mucho la pena. Es un país para subir a la montaña, por la carretera militar georgiana hacia Kazbegi. La república socialista de Georgia tenía la fama de disponer de la mejor gastronomía soviética y en este momento de malas relaciones con Rusia los georgianos suelen decir que el imperio quiere que vuelvan a ser su restaurante. Esto es algo que sin duda el viajero debe aprovechar. No creo que me haya quedado sin ver mucho de Armenia, pero a Georgia sin embargo sí que me gustaría volver. A Azerbaiyán, en cambio, como que le hemos cogido manía.
Además de mis textos, malnarrando los sucedidos, he colgado una barbaridad de fotografías. Es síntoma de ser mal escritor que en realidad, los textos no tengan demasiado sentido sin ellas. Considero el blogueo un género mixto y mi técnica consiste, gran parte de los días, en rellenar los espacios que quedan entre las fotografías que subo. Considero que esta subida de archivos de imagen es una de las partes más arduas de bloguear y no creo que vuelva a tratar una escapada con tanta profusión. Hay dos fotos que debo poner y que para mí son las más importantes, porque sin estas dos ninguna de las otras tiene demasiado sentido. Son las únicas que los tres tripulantes de que la Slowly había tenido hasta ese momento se hicieron juntos. Como la aventura de este vehículo singular es de largo recorrido han pasado muchas cosas desde entonces: una denegación de visado, un abandono de nave, un vuelo a Uzbekistán, una incorporación al equipo, fracturas de huesos, despedidas, regresos…. la última vez que supe algo de la máquina infernal fue hace dos días, desde Teherán. Sin Jorge, esta pequeña locura no habría sido posible y estas líneas son en cierto modo un homenaje. También porque a mí me gusta creer que me gustaría hacer lo que el hace. Una alegría compartir y repartir galeras con alguien que sabe remar y aporta el glamur de la capital de la moda. Aparte de unas horas decembrinas, no había visto a Xabi desde el día de las góndolas.

La tripulación de la Slowly, ante la catedral de Yereván

Didube, Tiflis (Georgia): la despedida

Como el rendimiento es bajo, no voy a volver a escribir tan extensamente sobre viajes. No sé si mi principal lector, que es mi yo futuro, me lo tendrá que agradecer o reprochar. Puede que vuelva  a tocar temas de la región caucasiana o de cada uno de los países, como de hecho ya había hecho con anterioridad. Las entradas pueden encontrarse clasificadas con sus respectivas etiquetas (Cáucaso, Armenia, Georgia, Azerbaiyán), a continuación el índice de entradas:

 ÍNDICE


Tiflis – Bakú – Londres – Dublín

30/09/2011

28.08.11 La noche anterior, el checo adoptivo de Fortaleza y el checo de verdad me dijeron que probablemente íbamos en el mismo vuelo, porque el suyo era a la misma hora, pero el de ellos iba a Kiev. Acordamos ir juntos al aeropuerto. Yo pensaba tomar un taxi, pero me dijeron que había un tren a las 5.30. Les pregunté si no habría algún problema, al ser el 28 de agosto festivo (Mariamoba, por lo que a mí respecta equivalente a la Asunción, que se celebra el día 15 en los países católicos) y me dijeron que habían consultado los horarios. Yo ni siquiera sabía dónde quedaba la estación del ferrocarril y resulta que estaba casi al lado, a menos de un kilómetro. Nos fuimos a dormir cerca de las doce y nos despertamos a las cuatro y media. Un paseo por calles sórdidas para encontrarnos la estación cerrada. Por fortuna el checo hablaba ruso y los seguratas le dijeron que había que dar un rodeo para entrar directamente al andén y así lo hicimos, pasando por entre improvisados refugios donde dormía algún que otro mendigo.

Vagón de tren georgiano

Los bohemios

Entrar en el tren fue sobre todo un alivio, pero también algo deprimente. Era uno de los vagones más sucios y con olor a tabaco que he visto en mi vida y nosotros eramos los únicos tres pasajeros. Se suponía que el trayecto al aeropuerto duraba unos veinte minutos, pero fue más bien media hora. Entendimos al que vino a cobrarnos los billetes que eran dos laris por cabeza, pero luego dijo que no, que con dos laris ya estaba pagado por los tres. Curiosa cantidad no divisible entre tres, que en todo caso es menos que un euro. La estación de tren del aeropuerto ya tiene mejor aspecto. Me despedí de mis amiguetes antes de la facturación. Estos muchachos me hicieron la velada anterior muy agradable y quizá me salvaron la vida al sugerirme que los acompañara al aeropuerto, habida cuenta de la experiencia con el taxista del día de la llegada.  La facturación fue rápida, sin colas y eficaz y estuve un rato corto esperando para embarcar, en el que pude deleitarme con unos juegos para niños en la sala de espera que había donado la primera dama, la esposa neerlandesa de Saakashvili.

Avión de Armavia, las líneas aéreas armenias

Bandera georgiana en el aeropuerto de Tiflis (TBS)

El avión que nos llevaría a Londres, pasando por Bakú

El vuelo iba bastante vacío, y tuve la suerte de que me colocaran en un asiento de los de salida de emergencia, con más espacio para las piernas. A diferencia de la primera, esta vez sí que pude ver algo en Bakú, aunque sólo fuera la pista del aeropuerto, un alminar, dos camiones y un avión de las líneas aéreas azerbaiyanas.

Aeropuerto Heydar Aliyev de Bakú

Avión azerbayano

Camiones en la pista del aeropuerto de Bakú

Luego, de camino a Londres, tuvimos una buenísima vista del monte Elbrus, el más alto de Europa según lo que se considere que es Europa. En Heathrow tuve la sensación de que ir por los aeropuertos con un portátil como el mío – que no llevaba – era como del paleolítico, al ver a toda la gente con esos ordenadores pequeñitos, y con los finitos y con las tabletas. El ratito esperando a que asignaran la puerta de embarque y ese tubo lejos de todo en donde se embarca para Dublín por donde llevo pasando diez años. Vi los primeros flequillos y pendientes como aros para papagayos y allí se acabaron las vacaciones por el Cáucaso.

Tiflis-Bakú-Londres