Vuelve la nieve

02/03/2024

Pequeña historia de ayer, viernes. En invierno, cuando salgo de casa para ir al trabajo es aún de noche. Me subo a la planta de arriba del autobús y como está iluminada como si fuera una discoteca, me suelo calar el gorro para que me cubra los ojos y así paso entre pensando y dormitando la hora que me separa del centro de Dublín. Ayer cuando salí todo era normal, pero cuando ha amanecido y he abierto los ojos para mirar por la ventana, estaba todo cubierto de nieve y me he visto envuelto por la confusión, como si me hubiera quedado dormido y se me hubiera pasado la parada despertándome después ya a la altura de Laponia.

Lo curiso es que no había ninguna previsión de nieve que se supiera. Sólo se esperaba lluvia. Creo que desde 2018 es la primera vez que nieva lo suficiente como para cubrir el suelo. En el trayecto a pie hasta la oficina me ha seguido cayendo bastante nieve por encima y luego ha sido un día un tanto excepcional en el que casi todo el mundo se ha ido al mediodía para evitar sufrir cancelaciones del transporte público. Yo en cambio me he quedado haciendo el horario normal o casi ya que según mis cálculos la cosa iba a mejorar hacia la tarde, como finalmente ha sucedido. En el autobús de vuelta me he puesto a jugar al ajedrez en el teléfono y unos veinteañeros me han preguntado si esa era mi puntuación real y se han puesto muy contentos de conocer a lo que ellos consideraban un jugador tan fuerte. Los chavales me han preguntado decenas de cosas y me emplazado a seguir contándoles más si me los encuentro por ahí. Si por estos lares la nieve ya le da a todo una apariencia surrealista esta curiosa llamada a las puertas de la fama no lo ha sido menos.


Mi revolución francesa

25/02/2024

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Mi ausencia de este espacio en los dos últimos meses se ha debido a que empecé un nuevo empleo en la ciudad. Y eso quiere decir que he vuelto a los tiempos oscuros de 2017-2019, los años en que me levantaba a las seis de la mañana para volver a casa doce o trece horas después, con pocas ganas de hablar y menos aún de bloguear. En conjunto no lo llevo tan mal como creía que lo llevaría, pero para rato haría yo esto si tuviera la plata que me permitiera dejarlo.

La curiosidad curiosa es que ahora trabajo para una empresa francesa en la que casi todo el mundo es dos cosas que yo no: joven y francés. Durante el proceso de selección las cuatro o cinco entrevistas se desarrollaron en la lengua de Molière y nadie me preguntó ni una sola vez qué tal nivel de inglés tenía. Supongo que se da por descontado, después de más de dos décadas en el mundo anglosajón. De las cuarenta y tantas personas que conforman la plantilla hay dos que no hablan francés. Casi toda la gente tiene menos de treinta años y sospecho que soy el segundo de más edad.

Y nada, que aparte de hacer el trabajo que me toca, y que más o menos conozco a pesar de las variaciones que se dan en cada compañía, ahora tengo que estudiar algo de francés para ponerme al dia, recordar vocabulario, aprender algunas expresiones del oficio y cosas así. Realmente eso es lo que me pareció curioso e interesante en lo personal de esta oferta, que aunque veo que seguramente no es el sitio ideal para mi, al menos me permite colarme en la parte profesional de ese mundo francófono por cuya periferia siempre he merodeado.

Sólo con estar inmerso en este ambiente he ido adquiriendo cierta competencia. En la primera semana me percaté de que farfouiller y magouiller no podían ser farfullar ni magullar. También mi jefa me sorprendió con un adjetivo para ciertas tareas «cronófagas» del que no entiendo por qué no lo hemos importado ya para el español. He encontrado varios canales de youtube que me gustan porque tratan diferencias culturales y porque los videos son breves. A ver si mejoro algo en la pronunciación: creo que lo que peor hago es pronunciar los sonidos vocálicos (que he descubierto que son dieciséis y los afronto con mi limitado repertorio de cinco) y acertar el género de ciertas palabras (pero mira, vivimos en tiempo de confusión de géneros).

Cuando tengamos algo más de tiempo, seguiremos informando.


Autobuses

19/11/2023

Como sardinas

Hoy (técnicamente ayer, pero nunca me acuesto antes de la medianoche) me he acercado a Dublín para unas gestiones infructuosa aunque lo bueno del día ha sido que he podido ir a comer adonde solíamos con el amigo Carlos. Nos pasamos una década con el menu a 9,95€ y creo que la última vez, que no sé si hará un par de años , estuvo a 11,50€ y ahora lo hemos visto ya a 14,75€. Ciertamente hay inflación.

Mis importantes recados eran devolver un portatil pequeño que compré hace unos días y que ha salido como un churro, pero me han dicho que va así de lento porque era así de barato y que es lo que hay. Lección aprendida, espero. La otra el intento frustrado de comprar un teléfono nuevo también para ahora cuando acabe en mi empleo actual. Han diseñado unas tiendas que son como salas de estar y te dicen que te pongas cómodo en el sofá y alguien te atenderá cuando se pueda, que será en unos tres cuartos de hora. El sistema comercial más absurdo del mundo cuando yo ya sabía el modelo que tenía. Otra tienda de la misma empresa de teléfonos (que también opera en España) tenía aspecto de cafetería y era peor aún: había que sentarse en una mesa, escanear un código y concertar una especie de cita. En fin, habrá que comprarlo por Internet. Por otra parte la capital estaba llenísima de gente como suele durante los fines de semana previos a las navidades. He visto más banderas palestinas que las que hay en toda Cisjordania y Gaza juntas e incluso una manifestación de unos veinte espanoles protestando contra la amnistía de Pedro Sánchez.

He regresado al agro fatigadísimo por lo que ilustro la entrada con unas imágenes de los viejos tiempos en los que me pasaba horas y horas en las latas de sardinas que son los autobuses de esta ciudad. Viejos tiempos que por desgracia pronto volverán.

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18.11.2019


Duelo de arcoíris

18/11/2023

No recuerdo este episodio, pero por los nombres, las fechas y las horas de los archivos en la carpeta donde se conservan entiendo que alguien de la familia ha mandado la foto de un arcoíris desde el balcón de la casa de mis padres el día 22 de noviembre de 2019 a las 14.49 y yo he respondido con otro arcoíris desde la oficina el mismo día a las 15.36.

La foto del de ellos era francamente mejor pero estoy seguro de que yo contemplo este fenómeno bastantes más a menudo. Alguna vez he dicho que en España podía ver el arcoíris aproximadamente una vez al año mientras que aquí en Irlanda lo vemos prácticamente una vez al mes.

22.11.2019


Araña veraniega

14/11/2023

Spider

Un día de este verano en el que estaba solo en casa me disponía a sacar las cosas del lavavajillas cuando se me presentó una araña de tamaño respetable que fue eliminada de modo expedito. Alguna vez las he visto mayores, pero son de esas que en la práctica son todo patas. Así rollizas y con ambiciones de tarántula no me había entrado ninguna en casa. En el balcón las solemos dejar para que

Desde hace unos cuantos años vengo leyendo en los periódicos que se ha colado una especie de araña en Irlanda a la que llaman «falsa viuda negra» (Steatoda  nobilis) y que pega unos picotazos de órdago que en principio no son mortales pero que duelen más que bastante y que se pueden complicar. Me puse a mirar a ver si se trataba de esta especie pero por la forma parece claro que no. He leído que la falsa viuda negra tiene 230 veces más veneno que las arañas oriundas de esta isla.


Manifestaciones frente al parlamento irlandés

16/10/2023

Poquita gente

Mi antigua ruta de regreso a casa en autobús pasaba por Kildare street, que es la calle dublinesa en la que se encuentran la biblioteca nacional, el museo nacional y el parlamento nacional. Nada menos. Frente a la verja del parlamento hay a menudo concentraciones de gente protestando por asuntos variopintos. Realmente no demasiada gente ya que ni siquiera cabría. Los grupúsculos suelen portar banderas y pancartas. Hay bastante tolerancia con todo esto porque tampoco se producen excesivos desmanes. A veces los guardias andan entre la masa manifestante cuya actitud es por lo general, más festiva que reivindicativa, aunque he visto tantos grupos de tantas cosas que ya ni sé.

Según veo, en junio de 2019 capturé un par de imágenes fugaces del aproximado centenar de personas que por allí andaban protestando o haciéndose notar con respecto a algo relativo a las minorías sexuales cuya convocatoria precisa no he sabido encontrar a estas alturas. Mi investigación me ha llevado a descubrir que junio es el mes preferido para estos asuntos y que a principios de este mes en aquel año hubo alguna otra protesta contra Donald Trump, que según parece se iba a pasar por aquí.

Para los interesados en la política irlandesa: un par de palabras que hay que saber son Dáil, que se pronuncia «dol» y que es la cámara baja del parlamento. Se suele utilizar esa palabra irlandesa en inglés como cuando en España dicen parlament para referirse al de Cataluña. Otra palabra es Oireachtas, que se pronuncia «eriajtas» y es como decir las Cortes Generales, o sea la Dáil más el Senado. El Senado también se reúne en esta misma mansión llamada Leinster House de Kildare st. Nunca he estado dentro pero tengo un canal de televisión en el que echan todos los debates. En 2013 hubo un referéndum para abolir el Senado y sentí mucho que se decidiera no hacerlo.

La pancarta con la aliteración rights-riots

20.06.2019


Un dos caballos

11/10/2023

Citroën 2CV

Hace un par de años me llevé una pequeña alegría mientras daba un paseo. Nada especial, sólo que me encontré con un Citroën dos caballos, que era uno de los coches típicos de mi infancia. Leo que dejó de fabricarse en 1990. Nunca he dejado de sentir una simpática pareidolia cada vez que veo uno de estos vehículos franceses: el dos caballos, el Dyane 6, el Renault 4… no sé si es que en los ochenta se hacían coches con más aspecto de personaje de dibujos animados o si es una consecuencia de haberlos conocido durante la infancia.

Pocos meses antes había visto circulando por Salamanca un Seat 850 adaptado con alerones y decorado con pegatinas como si fuera un vehículo de competición. Me trajo bastantes recuerdos ese olor a gasolina de hace varias décadas. En Salamanca también, pero este ano, estuve viendo el museo de coches antiguos que hay en la ciudad. La exposición permanente es una joya, pero la temporal, que exhibía la evolución de los modelos de Renault me tocó la misma fibra infantil.

23.10.2022


Comida con el equipo

09/10/2023

Schnitzel

Ahora que nuestro equipo está siendo desmantelado estamos compartiendo algunas fotografías de los momentos que hemos pasado juntos a lo largo de todos estos años. En verano de 2019 abrieron un sitio cerca de la anterior oficina en el bajo de un edificio que, como el nuestro, estaba destinado a alquiler de espacios para empresas, aunque creo que en ese formato más moderno de alquilar a emprendedores e incluso por días y horas. Me dio tiempo a ir al menos tres veces que yo recuerde: a la despedida de una chica del departamento de impuestos que se llamaba Naomi, a la de una española del departamento jurídico con la que me llevaba muy bien y a este almuerzo del equipo.

Al final, es casi imposible que defraude nada que tenga el formato de hamburguesa con patatas fritas y ensalada. No sé qué tal le iría a este negocio a partir de los consabidos problemas que empezaron el año siguiente. En las pocas ocasiones en las que volví a aquella oficina ya no volvimos a ir, ni siquiera me fijé en si seguía abierto. Estaba buscando el nombre del restaurante y no logro encontrarlo así que puede que ya no esté.

Por los viejos tiempos.

14.08.2019


Retrato

14/09/2023

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De entre los consejos que he recibido últimamente y omitiré destaco el de que es conveniente hacerse una foto profesional para buscar empleo. Entretanto voy borrando archivos de la quincalla que me tocará devolver y a veces me encuentro con alguna joya, como el retrato que me hicieron en septiembre de 2015. Como ya nadie me dibuja así de bien me ha gustado recordarlo.


Cajita mágica

25/08/2023

Bento

Recuerdo 2017 como un año estresante de incertidumbre, con la espada de Damocles de la mudanza cerniéndose sobre mi cabeza. También fue el último en que pude tener algo de vida social o sociolaboral. Echo de menos salir por el centro de Dublín a descubrir cosas y los tres o cuatro sitios a los que solía ir a comer y beber cosas. Y mucho el comer cajitas japonesas los fines de semana.

Sushi

18.02.2017