Usucapión – adverse possession

18/01/2022

Una de las cosas para las que me debería servir este cuaderno de notas a la vista de todos es dejar constancia de lo que voy encontrándome por ahí e incorporando al acervo. Trataremos de hacerlo más a menudo.

Acabo de ver una película pasable aunque no puede decirse que buena: Hampstead (2017) con una Diane Keaton que ya no es Annie Hall. Basada en el homónimo barrio londinense de clases acomodadas y a propósito de un tipo que se monta una chabola y que acaba teniendo sus más y sus menos con la protagonista femenina, los promotores inmobiliarios y la justicia. Lo que aporta el chamizo son todos los elementos de planning applications, codicia inmobiliaria, nimbyismo y bananas.

Por el juicio que se celebra al final me entero de que al equivalente a la usucapio latina en el derecho anglosajón lo llaman adverse possession. No es ni puede ser una traducción exacta. Si ni siquiera son idénticas entre sí las usucapiones en los países de nuestro entorno por un lado, ni tampoco la adverse possesion del Reino Unido es idéntica a la de los EEUU o a la de Irlanda es imposible que ambas expresiones signifiquen exactamente lo mismo, pero como aproximación puede servir.


Lluvia de la luna de marzo

02/11/2021

Llovía un infierno
y nos amábamos en la buhardilla.
Por la claraboya ovalada
flotaban las nubes de marzo.

Las paredes inquietas del cuarto,
bajo los dibujos de tiza.
Nuestras almas en danza,
invisibles al mundo concreto.

-Va a llover en tus alas -dijiste –
llueven globos en el globo y el tiempo.
-Está bien -te dije- Lorelei,
llueve mi vuelo con plumas.

Y empecé a ascender
y no sé cómo salí del cuarto.
Me llamabas: – responde, responde,
¿qué es más hermoso? ¿los hombres? ¿la lluvia?

Llovía un infierno, una lluvia de locos
mientras nos amábamos en la buhardilla.
No quisiera que nunca acabara
esta luna de marzo.

Nichita Stănescu


Talasa, Ponto y piélago

31/10/2021

Thalatta, thalatta!

En la segunda traducción al inglés del Viaje al centro de la Tierra de Julio Verne el traductor, Malleson, hace decir a los personajes Thalatta!, thalatta! the sea! the sea! cuando descubren el océano subterráneo. Esta referencia a la Anábasis de Jenofonte no aparece en el capítulo XXX del original en francés, cosa que además sería imposible porque la obra original ni siquiera tiene los capítulos numerados. El reverendo introdujo varias mejoras discutibles más, aunque se contuvo si consideramos que en la primera traducción inglesa llegaron a cambiar incluso los nombres de los personajes.

A mí me parece que este grito de Thalatta! o Thalassa! o alguna paráfrasis o referencia aparecen con relativa frecuencia en lengua inglesa y que no es tan conocida en español, pero no podría jurarlo. No se podría decir tanto de la latinidad si es que somos lo que queda de ella pero me parece que entre las elites del mundo anglosajón la parte helénica de lo clásico tiene mayor presencia que en las del mundo hispano. Debe de ser por cómo se formaban algunos aristócratas ingleses del XVIII y el XIX mientras los de nuestros lares estaban a otras cosas.

Hará unos cuantos años que descubrí que existía algo llamado talasoterapia pero que creo que estas curas de baños de mar se llaman así en muy pocos lugares. También hay quien ha querido llamar talasocracia a la serenísima república de Venecia, y al reino de Aragón, y al imperio de Portugal en el Oriente. Me parece una categoría bastante dudosa para la Historia o la ciencia política. No creo que sea muy conocida la diferencia entre thalassa, el ponto y el piélago. Yo tenía una intuición pero como lo acabo de comprobar para escribir aquí sin cometer fallos, en beneficio de mis escasos lectores lo ilustraré con los siguientes ejemplos: voy de vacaciones al mar (thalassa), un mar concreto como el mar Negro (Pontos Euxinos) y el mar entendido a lo grande (piélago).

El otro día admiré un documental sobre Asiria que comenzaba dos siglos después de la destrucción del imperio neoasirio con Jenofonte admirado ante las ruinas de Nínive y Nimrud y con los Diez Mil ansiosos de regresar a casa y gritando ¡el mar, el mar! cuando por fin alcanzan a atisbar el mar Negro cerca de Trebisonda, después me encontré con esto de la traducción de Verne, pero lo que buscaba en realidad se encuentra en la primera línea del artículo de la Wikipedia en ingles sobre el literario grito de alborozo:

Thálatta (θάλαττα, que se pronuncia [tʰálatta]) es la variante de la palabra en griego ático. En casi todos los demás dialectos regionales o históricos (jónico, dórico, bizantino, la koiné…) así como en griego moderno la palabra es thálassa (θάλασσα).

En español no hay entrada aún.


El ajedrez y la vida según Kaspárov

06/12/2020

2006

No sé si por influencia de esa serie de Netflix de la que tanto se habla últimamente un amigo me ha preguntado si había leído el libro de Kaspárov sobre cómo imita la vida al ajedrez. La verdad es que lo había hojeado una vez en una librería pero no lo he leído hasta hoy.

Me he hecho con una traducción española bastante lamentable realizada, sin duda, por alguien que no tiene ni idea de ajedrez. Eso basta con ver que llama reina a la dama,. Genera confusión llamando torneos a los encuentros (o matches) entre dos contrincantes por el título mundial y dice que se entablan (se entablan las partidas individualmente consideradas, pero los encuentros se empatan). Habla de conseguir un peón (to get?) en vez de tomarlo, capturarlo o comerlo y confunde la India de Rey con el Rey de la India. En mi lista para el juzgado de guardia tengo anotado llamar «rompecabezas» a los problemas de ajedrez (en inglés se llaman puzzles) y «jugar una y otra vez» las partidas de Aliojin a reproducirlas para estudiarlas (en inglés se dice play over).

El hecho de que un traductor haya traducido algo de un campo cuyo lenguaje técnico no domina hace la lectura realmente incómoda para quien sí lo hace y dificulta que quien no sepa pueda realmente aprender algo. De todos modos mi principal queja sobre las traducciones es que quien las haga desconozca el idioma de destino. Aquí dejo un ejemplo que ya traté en mi sección de falsos amigos. En ajedrez calcular quince movimientos con antelación es excepcional e impresionante:

El tronco central del análisis me permitía calcular hasta quince movimientos, una cifra prácticamente ridícula.

Vayamos a la materia: la vida no imita al ajedrez. El ajedrez es parte de la vida, de hecho es la imitación de una parte de la vida que es la guerra. Eso sí, es muy útil como metáfora. De hecho la misma guerra sirve como metáfora para la consecución de objetivos y no es extraño escuchar el lenguaje bélico en la política, el deporte, el amor y cualquier otra cosa por la que se lucha en la vida.

Lo que Kaspárov hace es contar batallitas de su vida y de la historia del ajedrez e intentar extraer lecciones generales que se puedan utilizar en la vida. En mi opinión fracasa en el empeño pero como ya he dicho en alguna ocasión hay libros de autoayuda que dicen cosas que pueden parecer muy obvias y que en cambio a quien nunca haya llegado a pensarlas quizá le sirvan.

En todo caso, me cuesta mucho entender cual es el público objetivo para este volumen. Tras un rato pensando me he acordado de un amigo mío que no sabía nada de ajedrez más allá de los movimientos básicos de las piezas pero que estaba al tanto de la actualidad de la competición porque la seguía en el diario Marca.

El público en general quizá se beneficie de comprender la diferencia entre la táctica y la estrategia, el valor de la preparación, la importancia de condicionar las acciones al tiempo disponible incluso en detrimento de su calidad y cosas así que se pueden aprender con el ajedrez y en cientos de sitios más, así que no deben preocuparse si no entienden de qué se está hablando.

Kaspárov lleva toda la vida haciendo campaña a favor de sí mismo y cuando cuenta las historias de los encuentros con Kaspárov o del cisma de 1993 siempre arrima el ascua a su sardina. Escribiendo en 2006 dice unas cosas sobre los ordenadores que, si bien se podrían haber creído en 1986, dos décadas después es imposible que se las crea ni él. Me pregunto qué haría de este libro después de haber fracasado con su aventura política en Rusia.

Entre las cosas triviales me molestó esta frase donde la mención a Darwin no tiene demasiado sentido si se aplica a los individuos en vez de en el plazo intergeneracional de una especie dada:

Cualquiera que haya leído a Darwin sabe que la incapacidad de adaptación casi siempre tiene consecuencias fatales.

En cambio, mi gran hallazgo ha sido el nombre del autor del poema para niños sobre sacar a un hipopótamo de un pantano que Tal citaba en ¡Al ataque! sin decir quién lo había compuesto: Es de Kornéi Chukovsky. He encontrado varias versiones ilustradas de El Teléfono (1926).

Para los ajedrecistas que lo lean, aquí dejo los enlaces a las partidas que se citan. Es un poco absurdo contar las partidas de ajedrez así en general sin dar diagramas ni jugadas, cuando el ajedrez es pura concreción.

Fedorov – Kasparov, Wijk aan Zee 2001

Movsesian – Kasparov, Sarajevo 2000

Kasparov – Topalov, Linares 2004

Kasparov – Topalov, Wijk aan Zee 1999

Nimzovich – Tarrasch, San Petersburgo 1914

Kasparov – Karpov (9a), Moscú 1984

Schlechter – Lasker, Viena 1910

Shirov – Kasparov, Tilburg 1997

Kasparov – Karpov, Londres 1986 (8a)

Kasparov – Portisch, Niksic 1983

Kasparov – Anand, Nueva York 1995 (WCh10a)

Kasparov – Short, 1993 (9a) 46…Tc5

Lutz – Kasparov, Bled (ol) 2002

Szabo – Reshevsky, Zúrich 1953

Karpov – Kasparov, Linares 1993

Alekhine – Sterk, Budapest 1921

Bogoljugov – Alekhine, Hastings 1922


Cubo de metacrilato

04/02/2020

Como este pero en rojo

Hace unos meses se cumplieron los veinte años de mi llegada a Irlanda y quise escribir algo solemne pero se me pasó la ocasión. Este mes hago los cinco años en la empresa de tecnología en la que me desempeño a diario y aprovecho para comentar lo que no deja de ser una nadería. Es un aniversario que me ha hecho ilusión por suponer un récord personal (en otras dos multinacionales duré cuatro años pero a los cinco nunca había llegado).

Mis privilegios son que he recibido un dado de metacrilato de color rojo con mi nombre grabado junto al logo de la empresa y cuya función podría ser la de pisapapeles. En una página de internet puedo elegir un regalo de entre una selección de varios entre los que se incluyen tostadoras y telescopios. También ha habido una tarta con mi nombre en el comedor.

Haciendo búsquedas de objetos de metacrilato (no es la primera vez) he observado las diferencias que se dan cuando uno pone en Google Images metacrilato y cuando lo anglifica y pone methacrylate. Esto me ha hecho suponer que la versión inglesa de la palabra no se utiliza tanto fuera del mundo de las ciencias químicas. Al parecer, a lo que yo llamo metacrilato (aunque en realidad se llame polimetilmetacrilato o polimetacrilato de metilo) se lo suele conocer en inglés por los nombres de acrylic, plexiglass o los de diversas marcas comerciales. Este es el tipo de cosa de la que uno se entera después de dos décadas y lo mismo podrían pasar cinco y no enterarse uno.

Y nada, que no sé si en un mundo tan cambiante vamos a aguantar cinco años más en el mismo lugar. Estos cinco han estado bien. No nos podemos quejar. Que los siguientes nos salgan parecidos y, si puede ser, mejor.


La tragedia de España (Rudolph Rocker, 1937)

19/01/2019
The Tragedy of Spain

He estado pasando unos días en familia y me he encontrado con el libro La tragedia de España del anarquista Rudolf Rocker (1873-1958), otro de tantos periodistas, turistas, reformadores sociales o divulgadores que se pasaron por la piel de toro durante la guerra civil. Publicado en Nueva York en agosto de 1937, o sea año y pico antes del final de la fiesta, deja la historia a medias por lo cual no tiene demasiada vigencia excepto para narrar las tensiones entre anarquistas y comunistas en «la guerra dentro de la guerra» con los sucesos de mayo de 1937 por medio. En aquellos años convulsos debió de tener cierta importancia ya que incluso fue traducido al chino.

Respecto de la parte sustancial del libro sólo indicaré que a pesar de todos los males que se puedan atribuir al estalinismo me resulta bastante alucinante que ni entonces ni aún hoy alguien pudiera creer que una guerra de frente contra un enemigo militar poderoso y organizado se pueda ganar de un modo descentralizado y poniendo el énfasis en la transformación social de la retaguardia. Malas como son las dictaduras en general el mando único ha demostrado ser eficiente a la hora de dirigir el esfuerzo militar.

Como ni por el lado histórico ni por el político me he encontrado con nada que encuentre especialmente digno de reseñar voy a mencionar como de pasada unos cuantos aspectos relativos a la traducción, ya que el texto original está disponible en internet.

  • Cuando el texto en inglés dice «Andres Nin» el traductor lo vierte al español como «Andreu Nin». Conocemos la jugada de la retrocatalanización de la Historia.
  • Hablando de la Pasionaria, Rocker escribe «the female communist leader» y el traductor lo transforma en «la líder comunista femenina» con lo que da la impresión de que esta señora lideraba tan sólo a otras señoras comunistas. El idioma español tiene un marcador de género maravilloso en el artículo determinado que evita la utilización redundante de un adjetivo para tal fin: «la líder comunista» o mejor aún «la dirigente comunista» (ya que el leader inglés aún no estaba naturalizado en los años treinta) hubiera resultado más apropiado.
  • La peor de todas las pifias debe de ser la de traducir «organized labor» como «trabajo organizado», que se da varias veces a lo largo del texto y confunde al lector no avezado. Lo correcto sería decir «los sindicatos» o «las organizaciones sindicales».

A mi modo de ver el texto de Rocker conserva hoy por hoy un escaso valor más bien de tipo arqueológico. Orwell alucinaba lo mismo pero al menos se considera que escribía con más gracia.


Por qué empezaba el año fiscal el 6 de abril

04/02/2018

Lo primero que aprendí en este año 2018 ha resuelto una curiosidad que arrastraba desde hace casi veinte años. El primer año que viví en Irlanda (1999) me enteré de que el año fiscal iba del 6 de abril de un año al 5 de abril del año siguiente. Me pareció una rareza y quien me lo dijo no supo explicarme su porqué. Esto del año fiscal del 6 de abril duró hasta 2001. Ese año fiscal fue del 6 de abril al 31 de diciembre y el siguiente fiscal (el de 2002 que vio la introducción del euro) fue de 1º de enero a 31 de diciembre.

Una vez adaptado al euro y al calendario «normal», todo aquello del año que fiscal de abril a abril quedó enterrado en mi mente durante muchos años hasta que una vez leyendo algún artículo de la BBC me enteré de que en el Reino Unido seguían con ese modelo y con ello de que era una de tantas cosas del pasado británico que habían sobrevivido en la república irlandesa.

Pero el 1º de enero de este 2018 gracias a JM Martín-Olalla he descubierto además que lo del año fiscal de 6 de abril a 5 de abril tiene que ver con el cambio del calendario juliano al gregoriano, que si en España se adoptó en 1582 en las islas británicas lo fue en 1752 y con el cambio complementario de la fecha de inicio del año, que era el 25 de marzo del juliano y que añadidos los 11 días es el 5 de abril del año actual.

Del 25 de marzo al 6 de abril van 12 días. Eso es un día más que los 11 días que supone la transición gregorianojuliana. Me preguntaba si eso es debido a que en los dos siglos de diferencia en la aplicación de la reforma se había acumulado más retraso, pero no puede ser así. La razón de que el año fiscal hubiera acabado empezando el 6 de abril en vez del 5 es más complicada y tiene que ver con los bisiestos. De hecho el año fiscal empezó el 5 de abril entre 1753 y 1799 y es sólo desde 1800 (hasta nuestros días) que comienza el día 6 de abril, tal y como indica el artículo de la wikipedia sobre el año fiscal:

The 5 April year end for personal tax and benefits reflects the old ecclesiastical calendar, with New Year falling on 25 March (Lady Day), the difference being accounted for by the eleven days «missed out» when Great Britain converted from the Julian Calendar to the Gregorian Calendar in September 1752 (the British tax authorities, and landlords were unwilling to lose 11 days of tax and rent revenue, so under provision 6 (Times of Payment of Rents, Annuities, &c.) of the Calendar (New Style) Act 1750, the 1752–3 tax year was extended by 11 days). From 1753 until 1799, the tax year in Great Britain began on 5 April, which was the «old style» new year of 25 March. A 12th skipped Julian leap day in 1800 changed its start to 6 April. It was not changed when a 13th Julian leap day was skipped in 1900, so the start of the personal tax year in the United Kingdom is still 6 April.

Y ya que estamos, en mi lista de errores infames de traducción poner «viejo estilo» en vez de «calendario juliano» puntúa muy alto.

Me resulta difícil de visualizar un año que comienza el 25 de marzo. Creo que la mejor forma de pensarlo es como los días de la semana. Nos da igual si el 1º de enero no es lunes. Es un modo de computar de siete en siete días que corre en paralelo con el tiempo contado en meses.

Con las fechas anteriores a 1582 hemos respetado las fechas. Si decimos que hoy es el aniversario de tal o cual acontecimiento en realidad no es un número exacto de años los que se dan desde esa fecha.

Pero lo de los años empezados en 25 de marzo es un poco más complicado y respetar la fecha produce cierta confusión. Tomando como ejemplo la fecha de la muerte de Isaac Newton, lo que en España era el 31 de marzo de 1727 era en Inglaterra el 20 de marzo de 1726. O sea, los once días más el hecho de que el año nuevo no comienza hasta el 25 de marzo.

 


Los muchachos de zinc

04/12/2017

Boys in Zinc

El domingo por la mañana había empezado a leer Boys in Zinc de Svetlana Alexiévich y el Embajador me manda un artículo sobre transliteración rusa. El propio apellido de la Nobel bielorrusa plantea una de las elecciones típicas: Alexiévich o Aleksiévich. Los muchachos de zinc trata sobre la invasión soviética de Afganistán y es de nuevo un mosaico con las experiencias de soldados, enfermeras, viudas y parientes cuyas vidas se vieron afectadas por la decisión que tomó la Unión Soviética en 1979 de «proteger» su frontera meridional a través de lo que se suponía que iba a ser una misión internacionalista que iba a construir puentes, hospitales y escuelas. En el avispero afgano, precisamente.

Mi mujer conoce a una rusa que estuvo allá como enfermera. De hecho, una de las historias me ha recordado mucho a la suya. Por lo que he oído, esta señora, que tendrá ya unos sesenta años, perdió su posibilidad de concebir a causa de la metralla de una explosión y también ha acabado teniendo problemas con el alcohol.

Este fragmento que recojo de la traducción española de Yulia Dobrovolskaia me recordó las historias de los cubanos que me contaba uno de Angola que trabajó conmigo:

Sí, nuestros muchachos se lo vendían todo. No se lo reprocho… No… En la mayoría de los casos. ¡Morían por tres rublos al mes! El sueldo mensual de nuestro soldado era de ocho vales. Eso equivale a tres rublos… Los alimentaban con carne podrida, con pescado pasado que olía a herrumbre.. Todos padecíamos escorbuto, a mí se me cayeron los dientes incisivos. Ellos vendían las mantas y compraban hachís. O algo dulce. O bagatelas… Los tenderetes allí son tan llamativos… Había montones de baratijas atractivas. Aquí en la Unión Soviética, no hay nada parecido, ellos nunca lo habían visto. Así que vendían sus armas, hasta los cartuchos, y después con esos mismos fusiles y con esos cartuchos los mataban. Compraban chocolate… Bollos…

Estaba buscando el texto de la edición española para otro trocito que había anotado y sin haber visto la original me parece que a los españoles se lo dan más mascado que a los anglos:

At the political awareness sessions they spoke to us about heroism. Afghanistan, they told us, is the same as Spain all over again.

Lo tenía marcado porque parece indicar que en la URSS a principios de los años ochenta la mera mención de España aún evocaba la guerra civil en la memoria colectiva, En la versión inglesa sólo dice España, pero en la traducción española habla de «las brigadas internacionales que lucharon en España contra los nazis» y si la traductora se lo ha inventado dando por supuesto que muchos españoles no entenderían que quiere decir «España» en ese contexto, creo que se ha equivocado y mucho, ya que en las brigadas internacionales no hubo apenas soviéticos y la referencia tendría que hacerse a los dos mil asesores militares, pilotos y tanquistas que Stalin envió a la República. Y me da rabia, porque ahora ya tengo que buscar un libro en un idioma que desconozco para encontrar una página y satisfacer mi curiosidad.

En fin, otro Vietnam pero sin Hollywood, mucho síndrome de estrés postraumático, mutilados, alcoholismo y suicidios y la injusticia de una suciedad y que la victoria tiene muchos padres y las derrotas ninguno. En general leo a Svetlana Alexiévich como hojeo los informes del trabajo, hasta que de pronto se me clava una de esas frases punzantes de alguno de sus protagonistas. He vuelto a pensar hasta que punto no falsea la realidad su selección personal de horas y horas de grabaciones en cintas y cuántos otros libros distintos no podrían haberse escrito a partir de estrictamente el mismo material.

Me ha parecido que @unesceptico y yo hemos ordenado la bibliografía de la autora en el mismo orden de prelación. Creo que sólo habrá otro par de piezas que intercalar.


El orgullo y el Orgullo

01/07/2017

Una pequeña nota para dejar constancia de mi percepción de que algunos debates un poco chorras que se dan en España respecto al Día del Orgullo Gay tienen como origen la circunstancia, mayormente inadvertida, de que hay una serie de casos en que orgullo/orgulloso en español y  pride/proud en inglés se usan de modo diferente.

Debería poner algunos ejemplos ya si eso cuando tenga tiempo.


Titulitis – credentialism

08/03/2017

No sé si se sigue hablando en España de titulitis, sea entre comillas o sin ellas . Quizá la realidad ha curado a las nuevas generaciones de espanto y de esta enfermedad social de la que creo que se adolecía más en los años noventa.

Si me hubieran preguntado si esta palabra tal cual tiene traducción a algún otro idioma habría dicho que no, que es puro genio de la raza carpetovetónica. Es de suponer que algún modo tiene que haber de llamar a este fenómeno en los lugares donde se produzca, aunque no necesariamente ha de ser con una sola palabra y menos aún tan graciosa.

En un post me encuentro con que el diccionario de Óxford aceptó en 2013 el término credentialism (mucha menos guasa, dónde va a parar) pero que parece que viene a traducir más o menos la misma idea, al menos desde el punto de vista del empleador.

Como la búsqueda combinada de títulitis y credentialism sólo me ha dado tres resultados, por aquí lo dejo para darle difusión y por si fuera una traducción que a alguien pudiera servirle.