La juventud atracada

07/12/2023

Portada

Entre ayer y hoy le he echado un vistazo a La juventud atracada, de la familia Conde (padre e hija) en el que se explica a un nivel bastante básico la injusticia generacional que los sistemas político-económico y mediático español se niegan a ver o consideran una parte natural de la vida del país.

Se tratan en especial las diferencias en el acceso al trabajo y la riqueza (en especial a la vivienda) y a la protección del sector público de diferentes cohortes y la relativamente mala situación  de la actual generación de jóvenes en comparación con las anteriores.

Tengo alguna diferencia con el autor principal en tanto que miembro también de la que en los EEUU llamaron generación X: Si él vio que en lo de ser muchos estaba nuestra fuerza yo sólo percibí en esa muchedumbre el riesgo de carencia. Del mismo modo que nos inscribíamos en un colegio público sin estar seguros de si obtendríamos plaza, numerus clausus para acceder a la universidad, no hay trabajo para casi ningún joven y cuando nos llega la hora de comprar casa, suben los precios porque llegamos todos a la vez.  Pero en conjunto, estoy de acuerdo en que los jóvenes lo tienen cada vez peor.

Se habla de la poca inversión pública en juventud, en niñez, en familia, del lastre que supone el excesivo gasto en la estafa piramidal del sistema de pensiones, de cuán malo es que además de que ya se invierte sobre todo en la vejez se añada el mal de que se hace recurriendo a la deuda. En este libro está escrito lo que nadie va a querer ver hasta que explote.

Si bien las condiciones materiales son esenciales para entender la realidad económica hay también una serie de factores que han quedado fuera de este análisis y que en mi opinión no están exentos de importancia. Existe una serie de ideologías posmodernas cuyo nihilismo con respecto a la continuidad de la vida y la nación contribuyen a hacer una existencia de baja calidad tolerable a los jóvenes: las que romantizan la falta de poder de consumo, las que equiparan las mascotas a los hijos, las que desprecian la producción de riqueza, las que consideran que las relaciones más humanas posibles son siempre una fuente de opresión y las que auguran un fin del mundo inminente.

 


El sol sale de noche

03/09/2023

Ed. Progreso (Moscú 1970)

Un tema que de cuando en cuando aparece en estas notas es el de los españoles que anduvieron lejos y más concretamente por Rusia en diferentes épocas históricas. Por un casual nuestra vista se ha detenido ante El sol sale de noche: La presencia española en la Gran Guerra Patria del pueblo soviético contra el nazi-fascismo. Narrada por Eusebio Cimorra, Isidro R. Mendieta y Enrique Zafra. Edición publicada en la URSS en 1970 que incluye un artículo de la Pasionaria a modo de prólogo. No ha sido fácil encontrar una imagen del monumento a los espanoles caídos en 1943 en la aldea de Shubino (o Shubyne,  según Google Maps) en Crimea, pero aparece en la portada de una revista digital.

Dado que trata sobre la guerra es acertado el tono épico que oculta tanta verdad incómoda. Ya no se puede escribir así porque estos tiempos mejores en que se escribe peor no se pueden disfrazar de epopeya. En todo caso, hace falta tener en cuenta que además de ser un libro del género histórico o biográfico no deja de ser un libro de propaganda prosoviética (en lo internacional) y antifranquista (en lo específicamente español)  publicado en plena Guerra Fría. Como ejemplo de la prosa épica que ya no puede practicarse este párrafo elegíaco en memoria de Justo Rodríguez Suaña:

Ese día las jabalinas se partieron como astiles sedientos de banderas, y el valor se puso zapatillas de plomo en los estadios obreros, y la nieve de Peñalara le pidió -y le rindió- cuentas al Cáucaso, y las agujas de los pinos se clavaron en el pulmón de todas las sierras del mundo, y un “échale hilo a la cometa” de garbo y desgaire madrileños empezó a poner telegramas negros a los Estados Mayores de la primavera.

Obviando toda la exageración bélica y la propaganda, quise fijarme en los pequeños detalles cotidianos de la vida de aquellos  españoles tan lejos de su país. A la vista de la noticia que ha copado los medios durante la segunda mitad de agosto de 2023 y a través de este fragmento que ponemos a continuación se plantea uno lo que ha sido la izquierda española y lo que es:

La calle de Gorki, en el mismo centro de Moscú, fue durante varios años, desde mayo de 1939, lugar preferido de cita a la que nadie convocaba, de paseo fisgón al que nadie invitaba, para muchos españoles que vivían en la capital o en sus aledaños. Los españoles solían encontrarse allí las mañanas de los domingos y los atardeceres de casi todos los días únicamente en el trozo que iba -y que va- desde Ojotni Riad (hoy Avenida de Carlos Marx) hasta la Plaza de Pushkin. Había sitios, esquinas, rincones preferidos para detenerse a ver pasar las chicas, que despertaban en la atención celtíbera un caracoleo de piropos. No faltaba algún “ortodoxo” que pontificaba:

– Camarada, que estás en Moscú.

– Pues que retiren esos monumentos que pasean por las calles -contestaba cualquier donjuán incorregible.

La verdad es que las chicas moscovitas no hacían mucho caso de aquel ojeo murmurador de los españoles. Y lo más que, quizá, pensase alguna es que la leyenda de lo “temperamental” no era tal leyenda.

Por mi afición al ajedrez me interesó el dato de que hubiera soldados durmiendo en el escenario en el que Capablanca había ganado el torneo internacional de Moscú de 1936 y donde Kárpov y Kaspárov habrían de enfrentarse en 1984:

La 4ª Compañía no volvió la noche del 15 de octubre a su cuartel. La alojaron en la Sala de las Columnas de la Casa de los Sindicatos. Su misión seguía siendo la misma. Habían dormido con el uniforme puesto y el macuto por almohada en la misma sala donde hacía muchos años tuvieron su cuartel destacamentos de la Guardia Roja moscovita.

Aquí un fragmento que como guipuzcoano y a la luz de lo acontecido durante las últimas décadas (incluso sin contar los últimos dos años) no me parece que resista especialmente bien el juicio de la Historia:

– ¿Usted es rusa?

– Soy ucraniana.

– Pues Ezequiel y yo somos vascos. Para que usted se entere, en nuestra lengua el País Vasco se llama Euzkadi. Porque es un país, como Ucrania. Y para que se entere mejor, los vascos somos todavía algo así como eran los ucranianos antes de la revolución. Yo le prometo, Valentina Vasílíevna, que pelearemos por Ucrania sabiendo que peleamos por toda la Unión Soviética, Y que al luchar por la Unión Soviética, lucharemos por España y por Euzkadí.

En total el libro es una serie de viñetas como las de Svetlana Alexievich pero ocultando todas las verdades incovenientes. No se percibe ninguna injusticia, ninguna carencia ni ningún error del sistema soviético. Una lástima porque hace que uno se cuestione cuán embellecidos no estarán unos relatos que uno quisiera que fueran estríctamente ciertos.


El Escorial

20/08/2023

Monasterio

Del Valle de Cuelgamuros nos acercamos a El Escorial, donde ya habíamos estado aquella otra vez aunque sin poder entrar al monasterio. La casualidad quiso que, pasado el monumento, encontrásemos aparcamiento frente a una placa que conmemoraba la residencia en la población de los hermanos Álvarez Quintero. Volvimos caminando hacia el grandioso edificio, que esta vez sí que estaba abierto al público, y finalmente pudimos entrar a verlo. Yo diría que la visita requiere entre dos y tres horas, y eso sin detenerse demasiado a reparar en detalles.

Una vez adquiridos los boletos es relativamente sencillo moverse por el enorme edificio siguiendo los carteles con fechas. Sólo para llegar a la Biblioteca Real es necesario un pequeño desvío. Mis espacios preferidos fueron la propia biblioteca (donde pude observar por la página en que estaba abierto el Libro de ajedrez, dados y tablas de Alfonso X), la impresionante Sala de Batallas y otra próxima a los aposentos de Felipe II cuyos muros están decorados con multitud de mapas. En general es mucho más interesante la parte de los Austrias, más sobria, que la de los Borbones, que me pareció un remedo de Versalles.

Obras (agosto de 2023)

En la Basílica pasamos bastante rato, observando pinturas, relicarios y los cenotafios de los Austrias mayores. El lugar donde más parece que uno siente la Historia con mayúsculas es la cripta en la que se encuentran los panteones de infantes y reyes de España. Desde el Emperador Carlos V todos excepto Felipe V y Fernando VI yacen allí. Me pareció curioso pensar que la princesa de Asturias, a pesar de ser tan joven, ya sabrá que aquí tiene que acabar.

Jardines

En general creo que El Escorial no es tan conocido fuera de España como debería. Es el problema de que un país tenga demasiados atractivos turísticos. Aunque a mí no me gusta utilizar este tipo de comparaciones o al menos no de modo oficial, si uno lo piensa, este lugar es como el Pentágono junto con la Casa Blanca en el siglo XVI.

Felipe II

Tras salir del sitio entramos a tomar un refresco en un bar que había en los edificios de enfrente, que también tienen una interesante historia y luego estuvimos descansando un rato en un jardín de por allí que parece ser que también pertenece a Patrimonio Nacional. Curiosamente el parque está delante del Centro Universitario María Cristina, que es donde, según había leído un par de días antes, Pedro Sánchez estudió Empresariales aunque él haya dicho que hizo Económicas en la Complutense. Tras despedirnos de Felipe II bajamos a Barajas a recoger a nuestra pasajera y pusimos rumbo de vuelta a Salamanca después de habernos sacado la espina de aquel plan por fin cumplido.

 

01.08.2023


Valle de Cuelgamuros

19/08/2023

La famosa vista

Hay una película a la que en español llamaron Atrapado en el tiempo (1933) y cuyo tema principal, el del día de la marmota, también ha quedado como un cliché que sin duda es tan apropiado como el título para el lugar en el que estuvimos a principios de este mes, que recurrentemente retorna al debate político y los medios. Desde que en 2022 se aprobó cierta ley se llama oficialmente Valle de Cuelgamuros al que hasta entonces se había conocido como Valle de los Caídos, aunque creo que este nombre va a perdurar bastante si es que alguna vez deja de usarse del todo. Es complicado cambiarle el nombre a las cosas.

El funicular

Hay una razón adicional y personal por la que el título de la comedia protagonizada por Bill Murray y Andie MacDowell me parece adecuado y es que, hace ya unos cuantos años (creo que en el verano de 2005), también estábamos en Salamanca y también nos tocó ir a buscar a alguien que llegaba por la tarde al aeropuerto de Madrid y surgió la idea de pasar el día en la sierra, que se está fresquito, y de paso ir a ver el Valle y El Escorial, plan que se vino abajo a causa de que era lunes, día de la semana en que cierra Patrimonio Nacional, por lo que en aquella ocasión apenas se pudo ver el afamado monasterio por fuera. Al Valle no se pudo ni subir ya que la verja impide el acceso a la carretera. Así pues, como en la película, la vida nos ha dado la oportunidad de repetir el día para hacerlo bien. En martes, como debe ser.

La explanada

Más repeticiones: En 1968 mi padre, entonces adolescente, estaba haciendo una efepé y les llevaron de excursión al Escorial y al Valle adonde ese día acudía mucha gente de la provincia de Toledo. En la explanada escucharon un discurso de Blas Piñar del que ha recordado el efecto retórico de cierta epífora durante todos estos años. Así, estamos recorriendo en este año varios de los escenarios de su juventud.

Mirando a la Piedad

Nos plantamos en la verja de acceso media hora antes de que abrieran. Sólo había otro coche esperando. Pagamos los billetes y subimos los seis kilómetros de carretera, con vistas más que hermosas, para dejar el vehículo en un aparcamiento expedito desde el que ya se observa la famosa cruz y donde descubrí que existía un funicular para llegar a la misma. Cuando mi viejo era joven subió a pie: el trenecito se inauguró en 1975. Luego nos dijeron que «por razones de seguridad» no se puede ascender a la cruz desde 2008, sin que nos quedara si dichas razones estribaban en el riesgo de que alguno se despeñase o el de que algún otro colocara una bomba. Una lástima que no se pueda llegar arriba ya que desde abajo es difícil hacerse a la idea de la magnitud de la cruz y de las estatuas.

No sé suele mentar que el valle en sí es un paraje arbolado de notable belleza natural

Tras un rato merodeando por la explanada vacía que en otros tiempos tantas concentraciones de adhesión al Régimen viera, nos decidimos a entrar a la cavernosa basílica, cuya longitud realmente yo desconocía, ya que apenas había visto imágenes del fondo de la misma, donde se encuentra el altar y hasta hace poco se encontraban las lápidas de Franco (hasta 2019) y José Antonio Primo de Rivera (hasta abril de este mismo 2023). Lo primero es pasar por un arco de seguridad y meter la mochila por un detector de metales. En los más de doscientos metros de trayecto hacia el interior de la gruta hay muchas piezas artísticas interesantes ante las que uno podría parar, cosa que hicimos frente a varias de ellas, pero la longitud del templo parece invitar a llegar al final sin detenerse. Realmente había muy pocos turistas y apenas algo de clero y unos cuantos empleados del lugar. Si uno se fijaba podía ver las losas nuevas en los lugares donde hasta hace poco se veían los nombres de estos históricos difuntos.

La del aparcamiento es la típica que no suele salir

En los espacios religiosos tiendo a sufrir el síndrome del impostor e intento asimilarme a la gente que parece saber qué está haciendo. Podría decirse que este lugar es incluso de doble adscripción religiosa, pero uno sale del paso admirando la proeza arquitectónica y escultórica. En la tienda de recuerdos no había demasiado debido a que estaban esperando material con el nuevo nombre oficial. Tras salir de la basílica tiramos unas cuantas fotos de los alrededores y nos pusimos a almorzar junto al estacionamiento. Había por allí unos chavales gringos haciendo una especie de misa de campana de esas con guitarras y timbales y el orador parecía que tenía mucho que contarles a los pobres. En estas vacaciones por el oeste español hemos visto a muchos grupos que iban o venían de la concentración de jóvenes con el Papa en Lisboa. Al final, entre todo estuvimos un par de horas en el recinto. Curiosamente, cuando la jefa aterrizó, había nos dijo que había tirado algunas fotos desde el avión al lugar donde creía que estábamos, aunque eso fue unas horas después de que nos hubiéramos ido.

Vista aérea (01.08.2023)

Aquí lo suyo es que uno exprese su propia opinión sobre este lugar: pasado, presente y futuro. Ojalá este sitio no se hubiera construido nunca, en primer lugar todos habríamos ganado si la causa de su inexistencia hubiera sido la ausencia de guerra, también porque fue un espacio para mayor gloria de los vencedores (a pesar de que el propio Régimen intentó suavizar esto con posterioridad), que deberían haber sido magnánimos y, por último, porque supuso el gasto de recursos que habrían sido mejor empleados en paliar alguna de las muchas carencias que sufrió la depauperada España de la posguerra.

Ahora bien, el lugar existe. Hay quien dice que debería ser demolido, opinión con la que discrepo. Creo yo que una vez que existe se debe conservar. Tampoco creo que sea factible eso que algunos dicen de «resignificarlo». El sitio es lo que es: refleja guerra, muerte y dictadura. La mayoría de los españoles siente un rechazo instintivo hacia el lugar o falta de interés por el mismo. Aunque yo esté muy interesado en la Historia me parece que eso es lo normal.

Sacar los restos de Franco del lugar me pareció un intento bastante ridículo de pseudovenganza para conseguir no se sabe exactamente el qué. Ahora puede uno ir a ver el lugar donde estuvo enterrado Franco e incluso puede ir al otro cementerio. Intentando acabar con Franco lo multiplican, que quizá sea lo que algunos necesiten. Me parece que no se puede ir al Valle y no ver a Franco por todas partes. Con Franco dentro o fuera y con el tiempo puede que eso cambie o puede que no. Tengo leído que se han prohibido los actos políticos celebratorios del franquismo en el Valle. No es que me parezca mal que el Estado limite actividades políticas privadas en sus propiedades, pero en la medida en que estén amparadas por la libertad de expresión también supongo que el Valle es mejor lugar para estas cosas que el centro de Madrid.

En el La Clave el 18 de noviembre de 1983, dentro de las profundas discrepancias entre los participantes, me parece que se decían cosas más sensatas de las que he oído últimamente.

Hay un programa de Antena 3 de 2009 que me pareció bastante interesante. Dos antiguos trabajadores del valle discrepan sobre cuál debería ser su futuro.

01.08.2023


Borricos

16/08/2023

1

Un pequeño ser se conmovió ante la presencia de ciertos pollinos y me sustrajo el teléfono para llevar a cabo el reportaje fotográfico que se adjunta. Los burros buscaban la sombra con mayor inteligencia que los que estábamos en las cercanías a horas poco recomendables para el mes de agosto.


Lecturas estivales

15/08/2023

Hoy regresamos a la isla esmeralda tras aproximadamente un mes por las regiones españolas de costumbre, del cual las primeras dos semanas fueron laborables (y espero que mi próximo empleo me siga permitiendo este proceder) y las siguientes de estricto ocio. Una de las cosas que hago cuando estoy en casa de mis padres es leer alguno de los libros recientes que tengan por allí, que suelen ser de contenido político. No sé ni por qué me hago este perjuicio a mí mismo pero es que no lo puedo evitar. Entre otras muchas cosas y algunas relecturas de mayor provecho me he intoxicado con lo siguiente:

Hay una de Lenin igual

Caudillo Sánchez, de Rosa Díez. Como llegamos una semana antes de las elecciones del 23 de julio creí que Pedro Sánchez quedaría en el afamado vertedero de la historia y me ahorraría la lectura de este volumen. En vez de eso parece que ha añadido un nuevo capítulo a su infame manual de resistencia. Será difícil encontrar un personaje político que haya mentido tanto como Sánchez, cosa que yo le habría perdonado si hubiera llevado España a niveles de renta escandinavos, pero a cambio os podéis cambiar de sexo en el registro civil sin que nadie os pregunte nada. Recordar algunos episodios chuscos como los de Amy Martin o el negocio de las saunas del vicio del suegro me hizo sonreír. Leer todos los «cambios de opinión» del presidente así todos seguidos da una cosa como vértigo.

Nieto del Ministro de Estado entre 1931 y 1933

España fallida, de John de Zulueta. Enlazando con lo del estancamiento económico, político, demográfico y lo que se quiera de una España que no parece progresar demasiado en lo que llevamos de siglo. Yo nunca he sido demasiado partidario de la teoría del qué buen vasallo si tuviera buen señor porque las masas hispánicas me las conozco y sé que también tienen lo suyo, pero aquí, desde un punto de vista cercano al mundo de los negocios, se comentan decisiones y acciones de personas concretas en momentos específicos de las que puede decirse que nos han llevado a donde estamos. Lo que yo opino es que el pueblo soberano ha validado todo esto y cree que más feminismo, más regionalismo y la inmigración africana es lo que nos va a sacar adelante. Por supuesto nada de fabricar nada, que contamina, que seamos todos pensionistas y funcionarios, que es más ecológico y resiliente. Pues adelante.

La derrota del vencedor, de Rogelio Alonso. Interesante disquisición sobre el final del terrorismo y su continuidad en el País Vasco posterrorista actual. Antes de hablar de la derrota del vencedor o la victoria del vencido corresponde tratar la existencia de la cosa en sí. ETA entendida como el GRAPO hace anos que no existe, en cambio, si uno considera todo aquello de lo que ETA disponía y el GRAPO no, el iceberg sin su punta sigue más vivo que nunca y sería difícil encontrar unos derrotados más felices de haberlo sido. Yo lo de que ETA ha sido derrotada se lo he oído a Zapatero y algún otro que se atribuye el mérito, en cambio nunca se lo he oído a nadie de la propia familia, que si acaso habrá aceptado la dura realidad de que montar un Estado nuevo y hacer una construcción nacional es muy difícil en países no ya balcánicos sino incluso africanos, cuanto más en Europa occidental. Al final, es una transición de una etapa histórica a otra que como en todas las demás se hace sin que se cierren bien todas las páginas de la anterior. La sociedad amplia haría bien en concentrarse en lo siguiente más que en lo anterior, eso sí, no se vayan a olvidar de toda esto para decirme luego que el franquismo sigue vivo.

Y nada, no sean como yo, traten de despolitizarse y serán más felices.


Bilbao 2016

18/07/2023

Puppy

Descontando idas y venidas a través de su aeropuerto hace mucho tiempo que no paso por Bilbao, adonde de joven iba a menudo. Seguramente la última fue en julio de 2016, cuando la familia vino en coche a buscarnos a Lujúa y bajamos a la otrora tóxica urbe, que ya no se parecía apenas nada a la que yo recuerdo de los ochenta. Aparcamos en el parque de doña Casilda y pasamos la tarde en los alrededores del museo Guggenheim.

Eso fue sin llegar a entrar, actividad que dejamos para mejor ocasión. A cambio nos dio tiempo a dar un paseo hasta el Arenal y de pasar junto al teatro Arriba, entrar en el mercado de la Ribera y ver algo de las siete calles, que estaban bastante animadas como suelen.

13.07.2016


Suspensos como desahucios

10/07/2023

Lo de «haced un país donde sea verdad la justicia, donde sea efectiva la propiedad, eficaz el mérito, fecundo el trabajo, y dejaos de quitar y poner tronos» de ayer me ha recordado esta similitud que surgió el otro día en una conversación guasapera. Estábamos hablando de cómo en el bachillerato y en los exámenes de acceso a la universidad de España las notas son cada vez más altas sin que el nivel académico de los adolescentes haya mejorado que se sepa y con la intuición de que lo que ocurre es más bien lo contrario. No sólo eso sino que además creo haber leído que el 30% de los alumnos sacan sobresaliente y gran parte de las notas se concentran por encima del 13 sobre 14 puntos. No sé en que momento de la vida a alguien se le ocurrió que operar sobre 14 era mejor que hacerlo en la base 10 que ya habían descubierto nuestros ancestros con sólo mirarse las manos y sin haber salido de África.  El caso es que he leído que la nota promedio de la Selectividad en 2023 sería 7,38 sobre 10 (que habría sido de las más altas hace treinta años cuando yo la hice) mientras que en 2015 era de 6,25.

Tratándose de España esto tiene además una dimensión regional y he visto algunas estadísticas que muestran que las notas de Canarias son elevadas de un modo que no puede corresponderse con la realidad académica. Entiendo que se inflan para que los alumnos insulares tengan buenas posibilidades de optar a plazas universitarias en la península. Aquí nos topamos con la injusticia de que diferentes exámenes en diferentes regiones son puntuados con más o menos generosidad pero todos ellos permiten el mismo acceso a las mismas universidades. Un absurdo.  No olvidemos tampoco la perspectiva de clase derivada del hecho de que la nota de los exámenes de acceso hace media con la de los cursos anteriores: los profesores funcionarios del bachillerato en la educación pública podrían permitirse el lujo de ser honrados al evaluar, no así los de los centros privados cuyo prestigio depende de los resultados de sus alumnos.

La analogía con los desahucios viene del hecho de que tratando de no dejar a nadie atrás, se cargan el sistema. Si no se puede embargar al propietario de una vivienda por no pagar la hipoteca, si no se puede lanzar del inmueble al inquilino moroso y si no se puede expulsar con rapidez al ocupante ilegítimo es verdad que estás protegiendo a unas cuantas personas, pero destrozas el mercado de la vivienda, si no del todo al menos en parte, ya que le generas una distorsión importante a bancos, caseros y los que compiten con otros para adquirirla. Y lo mismo ocurre en la educación: si no suspendes a ningún alumno, si haces que nadie repita curso, si todos los alumnos tienen derecho al sobresaliente y a acceder a la que se les haya ocurrido que es la carrera de sus sueños, te has cargado el sistema de selección.

Creo que una de las razones por la que a muchos (especialmente en la izquierda) les atraen estas dinámicas es que mientras los favorecidos por las mismas son visibles en el momento en el que se les ayuda, las víctimas que generan no lo son. Aquel que habría comprado la vivienda si hubiera sido un poco más barata y el alumno que ha sacado 13,2 en 13,3 pero cuya nota era justa y no estaba inflada y que por eso no va a poder estudiar medicina en una universidad pública. Al final esas víctimas invisibles se acaban buscando la vida y nadie es consciente de cómo se les perjudicó.


Tres días en Melilla (2)

30/05/2023

Habiendo cumplido con el que acaso fuera el principal propósito de este viaje, el segundo día en Melilla nos levantamos para bajar al desayuno de las ocho (que era lo más temprano que se podía) y así poder usar el día con mayor aprovechamiento. Restauradas nuestras fuerzas, salimos en dirección contraria a la de la ciudad y llegamos por lo alto al cementerio de la Purísima Concepción, que como en tantos otros lugares queda oculto y algo retirado del núcleo urbano. En cambio, por la carretera de la alcazaba uno tiene una vista panorámica completa del camposanto en cuyas galerías uno puede aprehender aspectos muy importantes del primer tercio del siglo XX español.  No es que tuviéramos previsto entrar, pero ya  estando allí se nos ocurrió acercarnos a la parcela de la Legión y al Panteón de Héroes y una vez dentro leímos con interés las lápidas de los caídos de 1893, de 1909, de 1921 y de todos los años veinte y treinta, de todos los rincones de España, de todas las armas y de todas las guerras. Una visita aleccionadora para cualquiera y francamente necesaria para ciertos políticos españoles.

Volvimos hacia la ciudad por la calle del padre Lerchundi, donde entramos en fugaz contacto con la cuarta cultura de la ciudad a través de la vista exterior del poco aparente templo hindú, para poco después encontrarnos de nuevo con unas calles del ensanche modernista bastante vacías, cosa no especialmente sorprendente tratándose de un sábado por la mañana, y que no lo habría sido incluso si no hubiera coincidido con las festividades religiosas. De hecho, uno de los detalles que nos intrigaron fueron los graderíos instalados en la calle Juan Carlos I que, analizados en conjunción con los reposteros colgados de las farolas, parecieron indicarnos que habían sido colocados para el público de las procesiones. Tras observar varios de los notables edificios del art nouveau y el art déco con la luz de la mañana llegamos a la Comandancia General, en el extremo lejano y ancho del triangular parque Hernández, y de ahí salimos a hacer el recorrido que teníamos pensado inicialmente, que era toda la longitud del paseo marítimo hasta donde acaban España y esta ciudad por el sur, cerca de la playa de la Hípica.

Una vez llegados a terreno novedoso para mí y poco recordado para el patrón, paramos primero frente a la plaza que el mundo taurino conoce como «la mezquita del toreo» y un poco más adelante frente al museo egipcio cuya existencia había descubierto en mis investigaciones preliminares. Lamentablemente no se podía visitar sin cita previa y no estoy seguro de si no era esa una de las últimas consecuencias pandémicas. De allí seguimos por un enorme espacio urbanizado abierto y poco protegido del sol que después he sabido que se llama plaza de san Lorenzo. Atravesada la plaza, llegamos al paseo litoral para después cruzar el puente sobre el exangüe río de Oro.

Desde ese remedo de desembocadura hay un par de kilómetros a lo largo de tres o cuatro playas que en la práctica no dejan de ser la misma sólo que troceada por espigones. A pesar de la temperatura excelente y la brisa agradable era demasiado temprano para que hubiera más que uno o dos disidentes bañándose, pero sí que se dejaban ver individuos y grupos en plena  caminata o haciendo su deporte a lo largo del paseo. En la playa de la Hípica pueden verse diferentes casetas de recreo que parecen pertenecer a distintas unidades militares, cada una de ellas identificada con la respectiva panoplia. Por último se llega a la escollera sobre la que se encuentra la valla que separa España de Marruecos. Al final de la misma está plantado el enorme cañón Elorza traído de las Chafarinas. Frente a este titán pasamos un rato, mirando a un lado las grúas del puerto de Melilla y por el otro el puerto más grande aún de Nador y más allá el Atalayón, que fue escenario de la guerra nuestra y donde hoy puede verse una urbanización de elegantes casas de golf.

Volvemos hacia la ciudad por detrás de las casetas, donde hay una enorme de la Legión, también sin actividad a esas horas, para tomar avenidas alejadas de la playa (Astilleros, Polavieja, Actor Tallaví) y acabar regresando a la plaza de España. Allí junto al banco de la visibilidad transexual (que es un curioso objeto en esta cuña de Occidente) se le ocurrió al jefe tomar un taxi para llegar a los Cortados de Aguadú, lugar remoto si algo puede serlo en el pequeñ0 término municipal de esta  población y donde se encuentra la planta desaladora de agua. Al igual que el día anterior subimos por Cabrerizas y Rostrogordo para llegar casi al confín de la plaza. Relativamente cerca estaba el mirador del Barranco del Quemadero, al que no se puede acceder con vehículo, que ese ya sí que es el puro extremo norte de Melilla y queda para otra ocasión.

Tras un rato de recuerdos y fotografías el taxi nos devolvió al centro atravesando el bosque donde los melillenses hacen barbacoas y cuchipandas y luego por la carretera perimetral que es paralela a la mayor parte de la famosa valla, la cual lleva bastante tiempo sin actividad reseñable para los telediarios nacionales. El taxista era un bereber melillense y dijo que, aunque era duro pasar los días del Ramadán sin comer y sin beber ya estaba acostumbrado y que venía bien para bajar peso y también que prefería que Melilla siguiera siendo siempre española. Acabamos almorzando en uno de los pocos sitios abiertos en la calle Castelar. La mayoría de los comensales había hecho reserva de mesa, que debe de ser costumbre no sé si siempre o en estas festividades, así que casi tuvimos suerte de poder sentarnos a yantar.

Almuerzo

Tras un paseo por la ciudad y un té moruno en otro lado nos fuimos para Melilla la Vieja, que por quedar más cerca de la posada habíamos preferido dejar para la tarde. Así que tras atravesar la plaza de las Cuatro Culturas comenzó nuestra exploración de la parte más histórica.

La fortaleza de Melilla la Vieja es un mundo de cantería. Aunque querría jactarme de saber, ahora, qué es un hornabeque omitiré la descripción e incluso la mención del sinfín de puertas, fosos y baluartes que componen los cuatro recintos fortificados del promontorio en el que nació la ciudad castellana a finales del siglo XV y donde en siglos anteriores habían estado la Rusadir de los fenicios y algunos asentamientos bereberes e islámicos. Campamos a nuestras anchas por todos los rincones sin apenas ver ninguna gente y fisgando por sobre puentes levadizos y en garitas, aspilleras y demás elementos arquitectónicos y decorativos. En la plaza de Armas se preparaba algún tipo de concierto, pero fueron las visitas a sendos museos, el Etnográfico y el de Arquitectura e Historia de la ciudad, los momentos más interesantes y educativos de nuestra tarde.

También hubo tiempo de tomar un refresco en un chiringuito municipal en la plaza de Estopinán, frente a la antigua residencia del Gobernador, un edificio muy principal hoy carente de uso y desde donde puede verse la estatua del fundador de la ciudad en una plazuela aledaña que asoma a la ciudad junto a las banderas de todas las taifas españolas que ostentan la misma cualidad y categoría que este pueblo.

Nos llegamos después a la zona más alta de esta parte antigua y estuvimos caminando por el adarve que lleva al faro. Poco antes nos sorprendió que otro museo sirviera de ascensor y nos planteamos utilizarlo para descender al puerto, cosa que al final no hicimos ya que dimos la vuelta entera a la acrópolis, pasando por delante del museo histórico militar, que ya estaba cerrado y al que también nos planteamos volver al día siguiente (cosa que tampoco hicimos y que también contribuye al cúmulo de bellas razones por las que retornar algún día). Al final bajamos por los túneles por los que mi padre subía en lanróver tanto tiempo ha para así acabar en la zona portuaria, como el día anterior. Allí descubrimos adónde bajaba el ascensor del museo. Tras otro rato merodeando por el espacio que hay entre la plaza de España, la de las Culturas, la de los Héroes y el parque Hernández, compramos en un colmado unas botellas de agua para la noche y nos subimos para el hotel, dónde esta vez sí que vimos ponerse el sol desde el balcón. Creo que este fue el día en que el teléfono dijo que habíamos hecho treinta y tantos mil pasos y veintitantos kilómetros. Nada mal.

01.04.2023


Entre la Segunda y la Tercera República

16/04/2023

Portada

En los días que he pasado recientemente en España me ha dado tiempo a algunas cosas, aunque no tantas como habría querido. Una de ellas fue la lectura del libro de Alejandro Nieto «Entre la Segunda y la Tercera República» que me pareció muy sensato y bien informado a partir de un análisis de la historia de España y especialmente de los años treinta del siglo pasado con el que concuerdo mucho. La lástima es que como hoja de ruta resulte poco práctico, ya que si un día España se encuentra en la tesitura histórica de poder volver a ser una república ninguna de las cosas sensatas que aquí se plantean será tenida en cuenta  y los grupos de poder que más fuerza acumulen nos dirigirán al cambio de régimen que sea posible dadas las circunstancias.

Así que, azuzado por un tuit un tanto ridículo de la plataforma que pretende llevar a la presidencia del gobierno a la candidata que ciertos medios y sectores han construido, se me ha ocurrido saltarme directamente el libro (cuya lectura no puedo menos que recomendar) y contar cómo veo yo la tensión monarquía-república a estas alturas de la película.

Lo primero que diré es que nada existe en el vacío, y que la cuestión en abstracto no me merece demasiadas consideraciones. Así pues si hay que elegir entre monarquía y república soy republicano en Irlanda, el país en que vivo, y monárquico en España el país del que provengo y cuya nacionalidad conservo. Aquí hay un pequeño matiz derivado de que en la política irlandesa no se suele decir «republicano» al mero partidario de esta forma de gobierno sino a otra cosa, pero utilizo el término a la española, o más bien a la española versión 2023 que tampoco es lo mismo que en 1923.

Como bien indica Alejandro Nieto, república sin apellido no quiere decir nada. Mejor me parece cualquier monarquía parlamentaria europea que una república soviética, una república islámica o las decenas de tipos de repúblicas que podrían emerger. Seguramente es posible que haya una república idéntica a nuestro sistema político excepto en lo relativo a la jefatura del Estado, en cuyo caso el esfuerzo del cambio no llegaría a compensar si ese es el único cambio que uno considera deseable. Lo más probable es que el proceso de cambio en sí ya suponga una desestabilización que podrían aprovechar gentes que están mejor organizadas que yo o quienes mejor puedan representarme, por lo cual me abstendría de colaborar con el mismo. La pregunta que uno debe hacerse es quién tiene más que ganar y quién está en mejor posición de lograrlo. Obviamente yo y la gente que es como yo, no.

No tomé demasiadas notas del libro, pero en compensación por no haberlo tratado con la profundidad que merecería aquí va una:

En términos generales los condicionamientos externos e internos de cualquier revolución son obvios. A la media o a la larga nunca se impone la revolución que se quiere sino la que se puede y permiten las circunstancias. El conocimiento de lo sucedido en la zona republicana en 1936-1939 es imprescindible para percatarse de las dificultades que la realidad impone a un proyecto revolucionario.