El cine del resto de marzo

31/03/2021

Está a punto de acabar marzo, el mes en el que se cumple un año del inicio de las condiciones de vida actuales. También es el mes del noruz, de san Patricio y del cambio al horario de verano, que es cuando empezamos a dejar de sufrir el frío y la oscuridad para padecer la alergia a los pólenes. Lo más bonito que recuerdo del mes es que mi niña me dijo que san Patricio fue alfil. El trabajo, mejor olvidar. Y si no fuera anotando los nombres a excepción de tres o cuatro tampoco recordaría estas películas:

  • Love, Simon (2018): Una de esas películas del bachillerato gringo, sin mucho más interés que lo de presentar la homosexualidad como una cosa corriente.
  • August: Osage County (2013): Las buenas actrices como Meryl Streep o Julia Roberts te pueden mejorar una peli que no es gran cosa. Supongo que es por ellas por lo que me gustó porque si no no lo acabo de entender.
  • Exodus: Gods and Kings (2014): La historia de los Diez Mandamientos actualizada. Sin la épica de lo de Charlton Heston pero creo que vale la pena echarle un vistazo.
  • Sahara (2005): Película de aventuras de sobremesa ambientada en el África de este siglo. Sale Penélope Cruz y no lo hace mal.
  • Relatos Salvajes (2014): Esta es argentina y la puse para grabar de madrugada sin saber lo que era. El primero de los relatos, el del avión, me pareció muy bueno. Algún otro flojea pero quién te obliga a verlos todos del tirón.
  • Under sandet (2015): De este lote la película danesa es la buena que no habría que perderse. Trata de los prisioneros de guerra alemanes a los que obligaron a limpiar de minas las playas de Dinamarca tras la segunda guerra mundial. Una buena narración en un contexto histórico que plantée cuestiones morales universales son ingredientes para la obra maestra.
  • Dorian Gray (2009): La famosa obra de Wilde. Esta versión no me agradó.
  • Nobody’s Fool (2018): Comedia negra en el sentido de que está protagonizada por negros. Lo interesante es que plantea varios de los problemas que aquejan a ese grupo en EEUU: abandono familiar, elevada tasa de encarcelamiento, rasgos subculturales no muy compatibles con la integración en la sociedad más amplia etc.
  • Kollektivet (2016): Yo es que aborrezco de las comunas, del comunismo e incluso de la comunidad. A los veinte años uno cree que sería muy bonito vivir en una gran casa con todos sus amigos y estar de farra todo el día y tal. Pasan las décadas y de repente se da cuenta de la felicidad que le causa que la mujer y los niños se vayan de vacaciones y le dejen solo a uno en casa trabajando. Una pareja danesa de unos cincuenta años con una hija adolescente hereda una mansión y monta una comuna y como es lógico ocurren todas las mierdas que sabes que van a ocurrir desde el principio.
  • Sylvia (2003): En otras ocasiones he mostrado mi predisposición contraria a los personajes malditos, que se acentúa además en el ámbito de la poesía. Biografía: de la poetisa gringa Sylvia Plath que se quitó del medio a los treinta tacos. La interpreta Gwyneth Palthrow y lo hace bastante bien, entiendo que porque también está medio zumbada. Hace unos años leí de Plath  La campana de cristal, cosa que no me ha servido de mucho ni recomiendo, lo mismo que esta película.
  • The Day the Earth Stood Still (2008): Hay otra peli viejuna con el mismo título de la que apenas recuerdo nada pero que creo que me gustó más. En esta el planteamiento es interesante, pero el nudo es tan largo que hace que el desenlace ni importe.
  • Manchester by the Sea (2016): Película trágica sobre una población con este mismo nombre. Curiosamente conozco a alguien que vive allí. Obviamente en España nadie tendría el valor de llamar con el nombre de una población mediana a una película que dé mala imagen del lugar, cosa que en EEUU parece que les da bastante igual lo cual está bien.
  • The Boy Who Harnessed the Wind (2019): Para conocer mundo una bonita peli que tiene como escenario Malawi y como protagonista a un mozo que consigue energía eólica. Cuando la hermana le dice al novio que cómo quiere que se escape con él a Mangochi si ni siquiera habla yao y el otro le responde que allí también hablan inglés he pensado que hay que ver con el tercer mundo y luego me he acordado de que no iría a vivir a Barcelona ni aunque me pusieran en un cinco estrellas con todos los gastos pagados.
  • Lone Ranger (2013): El llanero solitario cabalga de nuevo. La tenía que haber considerado de superhéroes para así no verla.
  • The Shape of Water (2017): Muy alabada, pero aparte del atrezzo y la capacidad de recrear esos interiores asfixiantes y grotescos no me ha parecido demasiado interesante.
  • The Promise (2016): Supongo que la principal intención de la película es la divulgación del genocidio armenio de 1915, que como todo lo que sea reducir la ignorancia me parece una causa loable más allá de si se define como genocidio o como masacres. Como estuve en Armenia mantengo interés por la región. Otra de la misma temática que vi hace una década y que también me gustó fue Ararat de Atom Egoyan.
  • Til Death Do Us Part (2014): Telefilme tan pobre que no tiene ni página en la Wikipedia. Una tía se casa y acaba enterándose de que su marido había matado a la exmujer. El bien triunfa. Evitar.
  • Student Seduction (2003): Tengo que hacer el leve esfuerzo de no ver más telefilmes. Estudiante de bachillerato violento y un poco retrasado agrede sexualmente a profesora de la misma edad.
  • God’s Own Country (2017): Como Brokeback Mountain pero en vez de vaqueros salen un rumano y un chav.
  • The Men Who Stare at Goats (2009): Con este plantel y este planteamiento creo que podría haberse hecho una comedia que hiciera reír bastante más, la verdad sea dicha.
  • The Damned United (2009): Una película sobre el mundo del fútbol y toda la tontería que tiene alrededor en el momento en que empezó a salirse de madre por los años setenta. Trata del Leeds FC que es un club que mantiene muchos aficionados en Irlanda aunque lleve décadas sin comerse una rosquilla. 

También me he puesto a ver un par de series de tv: The Terror y The Flight Attendant. Tengo conexiones personales con ambas que quizá merezcan algún comentario cuando las termine.


Enclaves más allá del Karabaj

15/11/2020

Enclaves

Hoy 15 de noviembre los armenios tenían que retirarse del distrito de Kalbajar. Este y otros distritos de la autoproclamada República de Artsaj de que tendrán que ceder en las próximas semanas no pertenecían al enclave armenio del Alto Karabaj propiamente dicho, aunque también hay una parte del mismo que pasará a ser controlado por los azerbaiyanos, básicamente lo que queda al sur de Shusha.

En la prensa de lengua española la cobertura del conflicto en su versión de 2020 ha sido más bien pobre, cosa que no da para extrañarse dadas las escasas relaciones con la región y la situación de esos medios. Lo que más me sorprende es que ni siquiera a los adalides de occidente y la civilización cristiana les haya servido para propaganda.

Ciertamente los armenios tenían malas cartas aquí, dado que nadie está por reconocer otras fronteras más que las que salieron de la disolución de la URSS y que ellos no han podido seguirle el paso al crecimiento demográfico y económico de un Azerbaiyán rico en recursos energéticos. No he leído por ningún lado algo que me parece básico para comprender esta guerra: Armenia tenía alrededor de 3,5 millones de habitantes hace tres décadas y hoy apenas llega a los 3 millones mientras que Azerbaiyán ha pasado de 7 a 10 millones.

Los habitantes de Artsaj son unos 150.000, la mayor parte en el Alto Karabaj ya que por falta de recursos y voluntad (o ante la posibilidad de tener que devolverlos en el futuro como va a suceder) no tuvieron demasiado éxito en repoblar los territorios ganados en 1992-93. Con este panorama, sin un ejército al día ni alianzas diplomáticas y militares fuertes más que con Rusia, parece que deberían prepararse para salir del enclave en pocos años, y lo digo con la simpatía que tengo por ellos, que es más de la que tengo por un Azerbaiyán del que desconozco casi todo excepto que putearon innecesariamente a mis amigos denegándoles un visado.

Enclaves de Azerbaiyán en Armenia (en teoría)

Un asunto del que se ha hablado menos aún es el futuro de los otros enclaves, diminutos pero que también existen, aunque sean muy pequeños en comparación con Nagorno Karabaj. Me sorprendió leer en un resumen del acuerdo arbitrado por Putin que los dos que los armenios controlaban en Tavush/Tavuz (Vorin Voskepar y Sofulu-Barxudarli) pasarían a manos azeríes el 20 de noviembre. Aunque no hemos estado en ellos sensu stricto, en 2011 pasamos muy cerca e incluso estuvimos en una iglesia de Voskepar que quedaba en terreno dominado por Armenia que sobre el papel era de Azerbaiyán. La carretera te metía en el Azerbayán de iure aunque estaba repleta de vehículos militares armenios.

La recuperación de los enclaves parece fuente de problemas para el futuro. Es curioso que en el acuerdo no se mencionen el relativamente cercano Artsvashen, que era de Armenia y está controlado por Azerbaiyán, ni del de Karki, que queda más cerca del enclave grande de Najicheván que de la mayor parte del territorio azerbaiyano.

Me despido por hoy con la curiosidad por saber cómo van a funcionar estas peculiaridades territoriales en un escenario en el que ambos países seguirán siendo enemigos, así como por saber cómo va a ser la conexión terrestre con Najicheván que se ha acordado (¿el modelo extraterritorial que Alemania planteó para la Autobahn a Danzig por el corredor polaco?) y si los armenios van a construir de verdad una variante para unir Stepanakart con Armenia sin pasar por Shusha (inversión arriesgada si es que estás condenado a perder el territorio).


Ali y Nino

03/07/2017

Ali und Nino (1937)

Hace ya más de seis años que leí una interesante entrada sobre el misterio de Essad Bey. Por mera coincidencia eso fue unos pocos meses antes de llegar al Transcáucaso, destino que nunca me había planteado. De las lecturas previas y posteriores al paso por Georgia, Armenia e incluso podía decirse que Azerbaiyán me quedó la voluntad de leer el «Ali y Nino» y con gran fortuna esta semana ha caído una traducción española en mi manos. Al parecer existen otras tres anteriores en castellano pero ésta es la más reciente (2012). De entre las varias versiones  cinematográficas debe de haber alguna más reciente aún.

La historia de amor entre una princesa georgiana y un noble azerí sirve muy bien para hacer comparaciones y alegorías  de la tensión compleja entre Oriente y Occidente o entre el cristianismo y el islam. Hay muchas frases muy interesantes a este respecto, pero la que me resulta más destacable es el alegado del padre de Ali Kan en el capítulo 22, no por nada específico de lo del choque de civilizaciones sino por cómo se puede observar el mismo fenómeno en muchos contextos políticos diferentes. El conflicto identitario empieza como conflicto interior :

«Eres un hombre valiente, Alí Kan. Pero ¿qué es el valor? Los europeos también son valerosos. Tú, y todos los que lucharon contigo, ninguno de vosotros sois ya asiáticos. Yo no odio a Europa. A mí Europa me resulta indiferente. Tú sí la odias, porque tú llevas dentro de ti un trozo de Europa. Fuiste a un colegio ruso, estudiaste latín, tu mujer es europea. ¿Acaso sigues siendo asiático? Si hubieras vencido tú, tú mismo hubieras introducido a Europa en Bakú sin darte cuenta. Da lo mismo que sean los rusos o nosotros quienes construyan las carreteras y abran las fábricas. No podía ser ya de otra manera. Cuando un hombre asesina a tantos enemigos con tal sed de sangre, ya hace tiempo que no es un buen asiático.»

La reacción identitaria la protagoniza siempre un mestizo que ya ha perdido la supuesta pureza ideal y pretende recobrar aquel pasado glorioso, que suele ser una ensoñación sin demasiado contacto con la realidad.

Luego lo de Occidente y el Islam. A mí me gustan estas metáforas novelescas porque le dan a uno la sensación (falsa) de que se puede comprender con un destello la complejidad de procesos históricos de gran calado. Por suerte y por desgracia esto no es así y en planteamientos como ¿cuáles son las diferencias entre Oriente y Occidente? no sólo las respuestas son bastante malas sino que lo más probable es que la pregunta y las categorías que pretende comparar también lo sean. Al menos invita a reflexionar, que no es poco.

En todo caso, es un bonito paseó por el corredor que va de Tiflis a Bakú, con excursiones al Alto Karabaj y hasta Teherán. Recomendable para quienes estén interesados en la historia del Imperio Ruso en Asia y en aquella visión romántica del Cáucaso como Far West que desde el principio dejó su impronta en la tradición literaria rusa.


Jachkar dublinés

24/04/2016

Jachkar

Jachkar

Hace cinco años, cuando estuvimos por Armenia, quedamos fascinados por el arte de labrar la piedra para formar intrincadas cruces de diseños geométricos. Tuvimos la ocasión de ver el cementerio de Noratus y muchos otros jachkares acá y allá. Es tradición que se asemeja al de los cruceros irlandeses.

Me ha sorprendido encontrarme con un jachkar armenio en los terrenos de la catedral de Christchurch. Paso por allí a menudo, pero como queda por dentro de la valla no me había dado cuenta a pesar de que el color rojizo de la piedra contrasta con los grises de la autóctona. Le inscripción indica que fue erigido el año pasado y está dedicado a la memoria de las víctimas del genocidio de 1915.

Lamentaciones 3 21.23

Lamentaciones 3:21.23

En la parte posterior están los nombres de los artistas (diseñador y cantero) y, de nuevo en armenio e inglés, unos versículos del Libro de las Lamentaciones.

Haec recolam in corde meo, ideo sperabo.
Misericordiae Domini, quia non sumus consumpti, quia non defecerunt miserationes eius.
Novae sunt omni mane, magna est fides tua.

Pero me pongo a pensar en algo y esto me llena de esperanza:
La misericordia del Señor no se extingue ni se agota su compasión;
ellas se renuevan cada mañana, ¡qué grande es tu fidelidad!


Pequeña Navidad

06/01/2016

Los Reyes Magos en un manuscrito armenio de 1451 que se conserva en Dublín

Los Reyes Magos de Oriente en un manuscrito armenio de 1451 que se conserva en Dublín

Alguna vez que había contado lo de que en España e Hispanoamérica no hay (todavía) tanto Papa Noel y lo de los regalos navideños es el día de Reyes me respondieron con un «Little Christmas?» que hasta hoy que lo he mirado no sabía que era una cosa más bien irlandesa, aunque también de zonas más o menos norteñas o célticas del país vecino. En realidad no es que sea una fecha especialmente señalada para ellos, así que es perfectamente posible estar aquí toda una vida y que pase absolutamente desapercibida.

También leo que en condados meridionales de la costa oeste de Irlanda lo llaman «la Navidad de las mujeres» y que tienen tradiciones parecidas a algunas que en Iberia se relacionan creo que con santa Ágata. Son curiosidades, pero la Epifanía, que es importante en otros países europeos (ayer me llegaron mensajes diciendo que las oficinas de mi empresa cerraban en España, Italia, Francia, Polonia y Alemania – Múnich sí, Fráncfort no). Una vez puse una nota diciendo que en inglés epiphany es «revelación», en el sentido de una idea que de pronto nos ilumina. Con razón se preguntaba mi vieja si los irlandeses de verdad erán católicos.

A causa de unos paquetes que llegaron con retraso mi niña oyó hablar de los Reyes Magos de Oriente por primera vez la semana pasada, pero hoy ya no hemos podido aguantar la tensión y ya le hemos dicho que es una historia de ficción y que son los padres. Aunque soy de ideas liberales (también en lo económico) me criaron como marxista y materialismo me sigue resultando un marco adecuado de pensamiento. Por mucho que os cuenten de la ilusión de los niños a los niños no les hace ninguna ilusión que les engañen sino maximizar su bienestar en forma de juguetes o lo que sea.


Grossman en Armenia

24/04/2015

An Armenian Sketchbook

El Tólstoi de la URSS

Los dirigentes del Comité del Partido en la Ciudad de Yereván me contaron que en una asamblea general de los trabajadores de las cooperativas agrícolas de un pueblo del valle del Ararat, respondiendo a una propuesta para eliminar la estatua de Stalin, los campesinos habían dicho: «El Estado recaudó cien mil rublos para erigir esa estatua. Ahora el Estado quiere destruirla. ¡Adelante, destruidla!, pero devolvednos nuestros cien mil rublos». Un anciano propuso retirar la estatua pero para enterrarla intacta. «¿Quién sabe? Si otros llegan al poder aún puede servirnos. Así no tendremos que apoquinar por segunda vez».

Hace unas semanas estuve leyendo An Armenian Sketchbook, la versión inglesa de Добро вам!, que son las notas que Vasili Grossman tomó durante los dos meses de 1961 que pasó en la entonces república soviética (y hoy país independiente) para una actividad que durante todo el texto denomina «traducción» pero que en realidad consiste en la mejora de la calidad literaria de una traducción anterior de una novela escrita originalmente en lengua armenia. La novela se titulaba «Los hijos de la casa grande,» y su autora se llamaba Hrachya Kochar, que aparece en el texto como «Hortensia». Grossman reconoce que sólo conoce dos palabras del armenio así que, partiendo de esa base, poca traducción puede hacer.

Este cuaderno armenio es algo que quizá me hubiera convenido leer antes de viajar a aquel país, obviando el pequeño detalle de que la edición inglesa se publicó dos años después de nuestro paso por el mismo. La introducción y los apéndices que añaden los editores, en especial las 74 notas explicativas, han hecho que sea una versión especialmente productiva y agradable de leer, sobre todo teniendo en cuenta la cantidad de aspectos que habrían quedado en la oscuridad de no haber sido por estas explicaciones adicionales y la incómoda sensación que produce ser consciente de esas amplias zonas de ignorancia sin resolver.

Aparecen en el texto varios escenarios armenios que tuvimos la fortuna de contemplar en 2011: la propia Yereván a la que llega y cuya apariencia es aproximadamente la misma medio siglo después, a pesar de los simbólicos cambios de estatuas. Cerca de la capital de la república están el monasterio de Ghegard y el templo de Garni. También Echmiadzin, en donde como nosotros se fija en la tumba de algún antiguo katolikós. Ya yendo para el norte se acerca a la gastronomía a orillas del lago Seván, cuyo proceso de aralización ya había comenzado y donde por entonces la trucha ya escaseaba. Un escenario importante de las andanzas de Grossman y que no vimos fue Ծաղկաձոր (Tsajkadzor, el valle de las flores), que era el lugar donde llevaba a cabo su actividad «traductora». Tsajkadzor era y es localidad balnearia y de reposo y por ello debe de ser simililar a la cercana Diliyán de los balcones, de la que sí había leído con anterioridad y que en tiempos soviéticos era un destino de retiro con el que premiaban a «los ingenieros del alma».

Grossman toma estas notas dos años antes de su muerte. Son una especie de diario y no constituyen una estructura muy elaborada, lo cual puede verse en datos como que confunde a Edison con Graham Bell, el modo en que reconstruye la historia de su familia para acaso hacerla más literaria o cómo atribuye a los alemanes crímenes de guerra perpetrados en Ucrania por sus aliados rumanos. Las notas aclaratorias y biográficas y los apéndices añadidos por el editor son de nuevo de gran ayuda para separar la paja del grano.

El año pasado un amigo andaba leyendo Vida y destino y me escribió que desmontaba mi argumento de que no se puede aprender historia a través de las novelas. Mi respuesta quedó a la espera de que yo también leyera la principal obra de Grossman. En realidad creo que nunca he dicho tanto, aunque sí que recuerdo haber dado un papel secundario a las novelas en relación a las estadísticas para la comprensión de la realidad. La novela histórica suele adolecer de diversos errores y de la habitual presencia de la falacia del historiador. Quizá esto no sea tan problemático en el caso de Grossman, que más o menos escribe a la vez que suceden las cosas y parte de cuya obra (El libro negro) es en realidad documentación histórica.

A causa de su parecido físico (por unas fotos que aparecen en el libro) se me ocurre establecer paralelismos con un héroe personal: el jugador soviético de ajedrez Mijaíl Botvínnik, que fue campeón del mundo. Judíos ambos que alcanzaron notoriedad en la URSS. A pesar de los problemas que su condición les supusiera durante el estalinismo y las discrepancias que pudieran tener con el sistema, se alinearon con la ortodoxia y el poder.

Del paso de Grossman por Armenia me queda la impresión de un hombre derrotado y enfermo, con miedo de perder lo que le queda. A veces se percibe una inseguridad propia de los adolescentes, que quizá sea normal que se extienda a otros grupos de edad si se ven obligados a desenvolverse en un régimen totalitario. Es curioso que acabara enfrentándose con la autora del libro que debía «traducir» (vide supra) a causa de que su reescritura de la novela estuviera siendo más creativa de lo que se suponía que tenía que ser. Esa búsqueda de espacios de libertad.

Grossman murió en 1964. Sus notas armenias se publicaron en ruso en 1967. Vida y destino en 1980, fuera de la URSS.


Una historia de amor iraní

08/01/2012

Censurando una historia de amor iraní

Fue en Yereván y en una noche calurosa de agosto. El remero y yo entramos a un local para comer jorovats (o kubidé  si a la historia le conviene mejor una palabra persa) y el moreno de la cola nos oye hablar  y nos dice que su mujer también es española y que está fuera del local. Nos pide que vayamos a saludarla, que le hará mucha ilusión y nos la señala, al otro lado de la ventana. El remero salió al abordaje con la intención de plantarle un beso en la mejilla y metió el remo hasta el fondo. La moza dio un respingo y no parecía entendernos. El moreno se reía desde dentro del local; de fuera podíamos verle mientras seguía haciendo cola. Viene y nos dice en español americano que son iraníes, pero que él vive en Tejas y nos invita a que compartir mesa. Queda claro que la moza no habla español, sólo inglés y persa, como es lógico.

Vamos a por nuestros pinchos morunos y cocacolas y nos sentamos con ellos. Él nos empieza a contar en inglés, para que la mujer entienda, que tiene una agencia de viajes allá en los Estados Unidos. A veces bromea en español. Su modo de hablar es muy enfático, hiperenergético o por decirlo de otro modo muy yanqui. Yo dudo en silencio cuando dice que en el negocio le va genial, con los tiempos que corren. La mujer vive en Isfaján que también es la ciudad natal del marido, pero él está haciendo los papeles para llevársela para allá. Se muestra muy orgulloso cuando deja caer que tiene 49 años  y ella 32.  Me apresto a calcular que la joven nació en el año de la revolución.

El remero se excusa unas cuantas veces y se congracia con la pareja diciendo que Isfaján es la mitad del cielo. Lo sabe bien porque pasó por allí años atrás. Ella habla un inglés más que decente para haber pasado toda la vida en Irán. Aquí viste con vaqueros y no lleva pañuelo alguno en la cabeza. Me imagino que la vida en Isfaján es muy diferente. También me pasa por la cabeza la idea de  que casarse después de los treinta debe de ser tarde para casarse en Irán. El marido habla de Irán como de un país que podría ser una maravilla, pero que está muy atrasado.

Es comida rápida y cuando se despiden él insiste en que ella nos bese. Se lo explica en persa y ella accede. Me imagino que su plan es irla adaptando al choque cultural que supondrá vivir en el territorio del Gran Satán. Qué difícil debe de ser el contacto con nuestras barbas para alguien que ha vivido toda la vida en el régimen de los ayatolas. Hemos acercado las mejillas con mucha cautela y un ligero embarazo ante la insistencia del marido. La chica nos ha rozado muy fugaz y tímidamente. Un matrimonio asimétrico y agradable. Una historia de amor iraní.


Cien mil muertos por línea

12/12/2011
A History of the Middle East

Estoy documentándome sobre el genocidio armenio. El otro día en la biblioteca me leí casi entero The Burning Tigris de Balakián y salí trastornado después de tanta barbarie. Hoy se me ha ocurrido hacer una comprobación en un libro que tengo por casa y que leí hace unos cuantos meses. Es una Historia del Oriente Proximo escrita en 1991 por Peter Mansfield. Tengo la segunda edición, posterior a la muerte del autor,  revistada y actualizada en 2003 por Nicolas Pelham. Son 429 páginas, y en ellas se dedican a las masacres de los armenios en 1915 diez líneas en la página 150.

Más aún, por toda Anatolia oriental los turcos estaban amenazados por la insurrección de sus súbditos armenios, que interrumpían las comuinicaciones y formaban grupos de voluntarios para ayudar a los rusos. Otros se alistaron en las fuerzas de la Armenia rusa. Los turcos ejecutaron una venganza terrible al ordenar la deportación de toda la población armenia de Anatolia oriental hacia el norte de Siria. Mataron a cientos de miles y muchos más murieron de hambre y enfermedad a la intemperie. Entre un millón y cuarto y un millón y medio de armenios perecieron. Los nacionalistas armenios aún buscan venganza frente a los representantes del estado turco.

Peter MANSFIELD, Nicolas PELHAM. A history of the Middle East,  2nd ed. Penguin 2003, ISBN 9780141011233 (traducción mía)

Y luego sigue con cosas de la Primera Guerra Mundial. Así visto de golpe, suena crudo que en un libro de cuatrocientas páginas sólo se dediquen unas líneas a una tragedia de tal calibre. En cambio, puede que tenga cierta lógica. Al fin y al cabo hay quien le atribuye a Hitler la pregunta retórica aquella de quién se acordaba de lo de los armenios (atribución, creo yo, más que dudosa).

Durante siglos un grupo de población habitó unos territorios y quedó borrado de la faz de la tierra en cuestión de meses. En cambio ese democidio no supuso ningún cambio sustancial en la política internacional, ni siquiera en las relaciones entre los estados de la región.

Pero llama la atención: un millón y medio de muertos, diez líneas.


Compañía de capellanes castrenses

26/11/2011

De los tres grandes poderes fácticos sólo falta la banca

Poco después de que yo regresara del Cáucaso mis camaradas se vieron obligados a saltar en avión al Asia central. Cuando Jorge se fue de Uzbekistán regresó a Armenia y entre otras cosas pudo contemplar en Yereván el desfile militar conmemorativo por el vigésimo aniversario de la independencia del país.

De entre las fotos que vi de tan magno acontecimiento, me impresionó una en la que un grupo de clérigos marcha al compás junto al resto de compañías. Sabida es la importancia de la religión en la formación de la identidad armenia y también son conocidas sus disputas con sus vecinos musulmanes. Con todo, pareciera como si el ejército armenio se pasara de la raya, y esta escena en la plaza de la República yerevaní es más que llamativa.


Viaje por Transcaucasia 2011

01/10/2011

Londres-Bakú-Tiflis

Transcaucasia 2011

Finalmente creo que he acabado de contar todo lo que quería sobre el viaje por esta zona entre Europa y Asia que debería llamarse, con propiedad, Transcaucasia (aunque he solido escribir el Cáucaso por conveniencia). En lo escrito a lo largo del mes de septiembre está todo lo que sucedió en los tres países, aunque la presencia en Azerbaiyán siga siendo más que discutible. Me ha parecido conveniente hacer una especie de índice para cuando mis amigos me pidan consejo y se encuentra al final de esta entrada.

Bandera de Azerbaiyán

En realidad lo que mejor hemos visto ha sido Armenia, con un trayecto circular que ha acabado pareciéndose mucho al del primer itinerario que se previó. Los cinco días en el país, teniendo como base su capital, nos han permitido acceder a sus mejores vistas. ¿es un país por el que recomiendo viajar? No lo sé, quizá sólo a los viajeros experimentados. Puede decirse que está a mayor distancia en millas y en dinero que muchos otros destinos hermosos. Por otra parte, uno de los grandes atractivos del país reside en sus antiguos edificios de piedra y es fácil caer en el síndrome de la fatiga monasteril. El otro es su antigua cultura, su historia y su modo de vida. Cosas cotidianas de las que disfrutar, como los albaricoques o el pan y el trato con las gentes y el aprender a entender cómo se vive con menos de cuatro mil dólares de renta per cápita. Una gran oportunidad para leer sobre el cristianismo antiguo, sobre el Imperio otomano o sobre las barbaridades acaecidas durante  el genocidio de 1915.

Bandera de Armenia

De Georgia y por desgracia, apenas pudimos ver la capital Tiflis (en georgiano Tbilisi), que nos pareció una ciudad mucho menos centrada y dinámica que Yereván, pero con mucho encanto, con su barrio antiguo y sus viejos balcones. Tuve la posibilidad de acercarme a la antigua capital, Misjeta, pero poco más. Quedan zonas muy interesantes que recorrer: Tushetia, Esvanetia, Kajetia. Por lo que leí, no me pareció que sus playas del mar Negro valieran mucho la pena. Es un país para subir a la montaña, por la carretera militar georgiana hacia Kazbegi. La república socialista de Georgia tenía la fama de disponer de la mejor gastronomía soviética y en este momento de malas relaciones con Rusia los georgianos suelen decir que el imperio quiere que vuelvan a ser su restaurante. Esto es algo que sin duda el viajero debe aprovechar. No creo que me haya quedado sin ver mucho de Armenia, pero a Georgia sin embargo sí que me gustaría volver. A Azerbaiyán, en cambio, como que le hemos cogido manía.
Además de mis textos, malnarrando los sucedidos, he colgado una barbaridad de fotografías. Es síntoma de ser mal escritor que en realidad, los textos no tengan demasiado sentido sin ellas. Considero el blogueo un género mixto y mi técnica consiste, gran parte de los días, en rellenar los espacios que quedan entre las fotografías que subo. Considero que esta subida de archivos de imagen es una de las partes más arduas de bloguear y no creo que vuelva a tratar una escapada con tanta profusión. Hay dos fotos que debo poner y que para mí son las más importantes, porque sin estas dos ninguna de las otras tiene demasiado sentido. Son las únicas que los tres tripulantes de que la Slowly había tenido hasta ese momento se hicieron juntos. Como la aventura de este vehículo singular es de largo recorrido han pasado muchas cosas desde entonces: una denegación de visado, un abandono de nave, un vuelo a Uzbekistán, una incorporación al equipo, fracturas de huesos, despedidas, regresos…. la última vez que supe algo de la máquina infernal fue hace dos días, desde Teherán. Sin Jorge, esta pequeña locura no habría sido posible y estas líneas son en cierto modo un homenaje. También porque a mí me gusta creer que me gustaría hacer lo que el hace. Una alegría compartir y repartir galeras con alguien que sabe remar y aporta el glamur de la capital de la moda. Aparte de unas horas decembrinas, no había visto a Xabi desde el día de las góndolas.

La tripulación de la Slowly, ante la catedral de Yereván

Didube, Tiflis (Georgia): la despedida

Como el rendimiento es bajo, no voy a volver a escribir tan extensamente sobre viajes. No sé si mi principal lector, que es mi yo futuro, me lo tendrá que agradecer o reprochar. Puede que vuelva  a tocar temas de la región caucasiana o de cada uno de los países, como de hecho ya había hecho con anterioridad. Las entradas pueden encontrarse clasificadas con sus respectivas etiquetas (Cáucaso, Armenia, Georgia, Azerbaiyán), a continuación el índice de entradas:

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