Juego de ajedrez soviético
Allá por el 2000 jugué un torneo de ajedrez en Irlanda. No recuerdo casi nada del mismo, pero este verano aparecieron las planillas dentro de un libro y sólo pude verlas un poco por encima pero como hago fotos a cualquier cosa ahora tengo las pruebas del delito en ese teléfono que sigo vaciando y hoy me he puesto a mirarlas un poco mejor.
Creo que era un torneo que se jugaba un sábado y un domingo. Las rondas eran 5 aunque no sé si 3+2 ó 2+3 ni tampoco recuerdo el ritmo de juego, que me imagino que 45 minutos o una hora a caída de bandera. Jugué tres partidas con blancas y dos con negras por lo que es casi seguro que las de blancas serían la primera, tercera y quinta. La única de la que recordaba algo era la quinta, que es la que perdí. También de la cuarta de negras, que es la que no se ha conservado, y en la que mi rival se dejó literalmente todo.
En la primera ronda jugué contra el Leningrado a base de 7.Ch3, que antes me gustaba y de la que ahora reniego según el sabio adagio del caballo por los rincones. Mi rival perpetra un 12…h5 que posicionalmente es como para que le quiten todos los puntos del carnet y luego, listo de mí, me dejo un trucazo de billar con un alfil haciéndome la carambola o brocheta por a4 en el que juraría que he caído alguna otra vez en la vida. Lo curioso es que el desastre negro es tal que a pesar de la calidad de menos la posición blanca es preferible. Tras una combinación fulera hay un instante fugaz en el que tengo la pareja de alfiles y él la dama pero no tiene forma de liberarla. Luego la lío un poco sin dejar de tener ventaja decisiva todo el tiempo. No recuerdo si esta partida concluyó donde acaba la planilla o si hubo más pimpón. Mucha gente estará de acuerdo en que las primeras rondas siempre se atragantan un poco.
En la segunda juego la Caro-Kann y me hacen 3.f3 de la que no tengo ni idea y de la que acabo de descubrir que, como otras líneas, lleva el nombre de Maroczy. Frívolamente juego 4…e5 y 5…exd4 y creo que tras la jugada 6 la posición negra pinta bastante mal. Por suerte cambia damas y para la 12 o por ahí el final ya está casi igualado y poco después con un truco ramplón le levanto la calidad. Tampoco sé si se jugó más de lo que quedó anotado. Mi impresión tras dos rondas supongo que sería bastante negativa por haberme dejado calidad en una por pura ceguera y por haberme librado en la otra de una apertura en la que no tenía ni idea y en la que me podían haber barrido. O sea, mal.
Lo que se jugó en la tercera partida creo que no se debe considerar India de Rey sino una variante del fiancheto contra el Volga. Como por aquellos tiempos no tenía preparado nada eficaz contra el famoso gambito, devolví el peón en b6, que suponía que sería menos teórica y tiene la ventaja de que le sacas al otro de lo que mejor sabe y la de que sólo te puede atacar por una columna en vez de por dos. Por ciertas rayas en la planilla en esta estoy muy seguro de que se jugó bastante más de lo que está apuntado. Si la notación es correcta se llegó a un final en el que tuve un peón de más pero que luego no fui capaz de ganar, lo cual no contribuiría a mejorar mi ya mermado amor propio. Tablas.
En la última ronda iba con tres y medio de cuatro y optaba a ganar el torneo si me cargaba al maestro internacional que era el número uno de la lista inicial. Jugué una porquería que hacía por entonces para evitar la Nimzoindia. El tipo se me hizo un erizo y no sólo no conseguí ninguna ventaja sino que me quedé en un final algo inferior que acabé perdiendo en el apuro de tiempo. La cosa anecdótica que recuerdo es que el rival me dijo después que mi 10.Tc1 le había parecido una jugada «muy continental», que nunca supe exactamente qué quiso decir con eso y yo le dije que no, que nada de continente y que sólo era mala (en realidad no es para tanto) y que había mezclado planes, que primero quería meter el alfil en b1 y que luego cambié de opinión.
Después de vistas estas partidas, creo que no son tan malísimas como parecían en lo poco que conservaba en mi memoria de las mismas y que aunque haya dejadas y fallos por no saber aperturas, el principal problema fue el mío de siempre de no saber manejar el tiempo. Creo que quedé tercero y tuve que ir a cobrar un cheque a un banco, pero no recuerdo de cuánto fue el premio, seguramente menos de cien libras. En el verano de 2002 fui a otro sitio de la periferia dublinesa a jugar un torneo de partidas no sé si de media hora en el que puede que también quedara empatado al tercer puesto. Allí conocí a un tipo que me ofreció que jugara en su club y aquella temporada jugué 5 partidas (creo que gané 3 e hice 2 tablas) y en 2003 se cierra mi efímera carrera en el ajedrez de esta isla.
53.779755
-7.305531