
Aquí y allí
Como esta semana se da la curiosa coincidencia de que hay elecciones locales tanto en la República de Irlanda como en el Reino de España (en ambos países se han hecho coincidir con las europeas) me ha parecido interesante hacer una comparación de esta parte del gobierno y la administración en ambos sistemas políticos. La oportunidad tiene algo de conjunción planetaria ya que los ciclos electorales son en España de 4 años y en Irlanda de 5.
Circunscripciones: En España son circunscripciones cada uno de los 8.131 municipios. En Irlanda las 31 circunscripciones locales son básicamente los condados, con el de Dublín partido en 4 concejos (councils) y 3 ciudades que van a tener su propio concejo (separado del del condado del que son capital). Por decirlo de un modo impreciso pero comprensible, en Irlanda más que votar por pueblos se vota por provincias.
Concejales: En España se elegirán más de 60.000 concejales. En Irlanda, 949 councillors. Hay 60 veces más en España que en Irlanda, pero teniendo en cuenta la población relativa de ambos países (unos 47 millones en España y unos 4.7 millones en Irlanda) habría como 6 veces más concejales por habitante en España que en Irlanda. Cierto es que en España la mayoría no cobran aunque haya algunos muy bien pagados en las localidades grandes. En Irlanda se considera que es un trabajo a tiempo parcial y todos los concejales reciben anualmente 17.400€ (imponibles) más gastos.
Alcaldes: Cada uno de los municipios españoles tendrá un alcalde votado por los concejales que se elijan. Esta figura apenas existe en Irlanda y donde lo hay su papel es más bien ceremonial. Por primera vez va a haber alcaldes elegidos directamente en las urnas en 3 ciudades (Limerick, Waterford y Cork). Desde una cultura política habituada al presidencialismo de proximidad resulta sorprendente que poblaciones relativamente grandes no tengan a una figura dirigente al mando. En Dublín el alcalde (Lord-Mayor) es un puesto rotativo que cambia de figurante todos los años. Parece ser que no puede pasar a ser electivo debido a que Dublín está dividido en cuatro concejos.
El dinero: Leo que la administración local irlandesa hace el 9.8% del gasto público. En España el porcentaje es algo más elevado. Teniendo en cuenta que en Irlanda no hay un nivel intermedio entre la administración central y la local podría decirse que el país es muy centralista. La administración local irlandesa está muy infrafinanciada y en general no es muy capaz de extraer tributos por sí misma.
Un asunto que está en el trasfondo de las diferencias es que la identidad local es muy débil en Irlanda. Hay una cierta identificación con el condado por temas de localización que yo veo comparable hasta cierto punto a la que se da en las provincias de Castilla, pero en cambio los pueblos no tienen ni alcalde, ni santa patrona, ni fiesta mayor. De hecho, al no existir la categoría de municipio a veces no está claro qué es un pueblo y qué no. La mayor parte de las localidades son meros topónimos sin estructura.
Una idea que tomé de Fukuyama es que el modelo canónico que explica el antiguo régimen en el mundo anglosajón (con el rey, los nobles y el parlamento que es el protector del pueblo) no funciona del mismo modo en la península Ibérica. Las Cortes de Castilla apenas se reunieron y cuando lo hicieron en general votaron lo que los poderosos les decían que tenían que votar. Históricamente el auténtico contrapoder en España fueron las villas. Los hombres libres se agrupaban dentro de una muralla y demandaban un fuero. Este vínculo con el municipio ha seguido siendo sólido desde siempre y me atrevo a decir que mucho más que otras identidades que aparecen día sí y día también en la arena política. Tan sólido es que nadie lo cuestiona ni necesita aparecer.
En las elecciones locales españolas los residentes en el extranjero no podemos votar. En las irlandesas sí que podría, pero no me he registrado para hacerlo (otra diferencia interesante). Las urnas abrirán pasado mañana viernes de 7.00 a 22.00 (otra más) y si me hubiera registrado podría ir e identificarme con el carnet de la biblioteca o con una tarjeta de crédito (la mejor de todas). El condado de Wicklow en el que vivo tiene 32 concejales para sus 142.000 habitantes, pero yo podría votar sólo a los 12 candidatos que se presentan para cubrir los 6 puestos asignados a Greystones y sus alrededores que es la zona donde vivo (no parecen muchos representantes para un distrito electoral de 26.323 habitantes). Lo interesante es que podría votar a los 12, a todos, ya que se escogen por el sistema de voto único transferible del que ya hemos hablado alguna vez en el que más que escoger candidatos lo que se hace es asignarles un orden de preferencia.
Tampoco voy a votar en las europeas ni en España con lo del voto rogado (la única vez que lo hice fue en las anteriores europeas) ni aquí en Irlanda. Me pareció interesante descubrir que aunque técnicamente era factible no se debía e incluso era delito hacerlo en más de un país.