Arte moderno que me agradó

18/11/2022

Estaba borrando fotografías viejas y me he encontrado con unas de junio de este año. Recuerdo que se trataba de una exposición en el Castillo de Dublín en un espacio que no suele estar abierto y que creo que antiguamente fueron las caballerizas. Había más cosas pero me fijé sobre todo en la maqueta de una casa que parece haber cobrado vida y un mural bicromático de unos 5 x 2 metros que ocupaba toda una pared.

Había más piezas, unas mejores y otras peores, pero estas fueron las dos que más me llamaron la atención.


Edo en color

13/11/2021

Esta mañana he tenido algo de tiempo para revisar alguna de las cosas que vimos el sábado pasado en la exposición Edo in colour de la Chester Beatty Library. Se me ha ocurrido poner tres imágenes que me llamaron la atención:

Ichikawa Danjuro IV (CBL J 2431)

Nos deslumbró la imagen del actor de kabuki Ichikawa Danjuro IV (1754-1770) por su parecido con el malvado Gargamel, enemigo acérrimo de los pitufos. Fue uno de los iniciadores de una dinastía de actores que llega hasta nuestros días. Más fascinante ha sido  leer que «Takatoshi Horikoshi, conocido como Ichikawa Ebizo XI e hijo de of Danjuro XI había previsto tomar el nombre de Danjuro XIII en mayo de 2020 pero esto tuvo que aplazarse ya que los espectáculos de kabuki fueron cancelados a causa de la pandemia de covid-19«.

Tsukasa de la casa de Ogiya, de Utagawa Kuniyoshi (CBL J2587)

El azul no es un color que suela aparecer en el arte japonés y por eso de entre las piezas de la exposición destacaba esta obra creada en algún momento entre 1830 y 1844. Como indicaba la plaquita de al lado: «el pigmento sintético llamado azul de Prusia lo llevaron a Japón los mercaderes neerlandeses y chinos. Estaba compuesto de pequeñas partículas y daba un color muy estable lo cual convirtió a este azul prusiano en el elemento estrella de las impresiones azules (aizuri-e)«. He querido saber qué era Tsukasa y resulta que es nombre propio tanto de varón como de fémina.

Vista de Hakone, de Hiroshige (CBL J2676)

Si he puesto una por la conexión con la cultura popular y otra por la conexión con Occidente, la tercera es por un vínculo más personal. Del mismo modo que sólo conozco tres lugares en los alrededores de Tokio sólo conozco dos nombres del arte japonés que son Hiroshige y Hokusai. Esta imagen la hizo el primero de ellos y el lugar, el lago de Hakone, es uno de los que fuimos a visitar cuando anduvimos por allí.

De entre todas las maravillas que se contienen en la exposición en línea (en la que uno puede ver prácticamente todo lo que hay en el museo pero con más tiempo y mejor aprovechamiento) me ha dado por mirar un vídeo sobre una de las imágenes expuestas con un motivo que se llama takarabune, que son los siete dioses de la fortuna en un barco. Según parece hay una costumbre llamada hatsuyume que consiste en ponerla bajo la cama en una de las primeras noches del nuevo año para tener sueños auspiciosos y buena suerte en el año entrante. Para que todo vaya bien hay que soñar con el monte Fuji, o con halcones o con berenjenas. Esta lista analogista me ha parecido tan absurda que tuve que buscarme otra fuente para confirmar que fuera cierta, que parece ser que sí.

A lo mejor vuelvo para fliparme un poco más. El tema de Japón es tan alucinante e inabarcable que a veces miro algo, me sorprendo, lo intento incorporar a lo que sabía y como nada acaba de cuadrar, lo dejo y vuelvo un lustro después.


En busca de un velázquez

26/06/2020
Portada

Portada

A la mujer le pareció buena idea regalarme este libro: The Vanishing Man: In Pursuit of Velázquez que por lo que veo no está (aún) traducido al español. Los que tengan interés denle tiempo, que parece que fue publicado en 2017, no hace tanto.

El libro trata de un cuadro (que NO es el que aparece en la portada) presuntamente pintado por Velázquez en Madrid en 1623 y en el que aparecía el rey inglés Carlos I de Inglaterra cuando era aún príncipe y se pasó por la corte de Felipe IV acompañado del duque de Buckingham para intentar casarse con la infanta María Ana. El matrimonio no salió pero hizo mucha juerga. Las crónicas de la época no lo cuentan pero recientemente hemos sabido que llegó a conocer al capitán Alatriste al que tendría que haberse llevado a Inglaterra para no terminar sus días tan mal como los acabó. La historia simplificada del cuadro que supuestamente le hizo Velázquez se puede consultar en la entrada de la Wikipedia referida a su descubridor: John Snare, cuya biografía es el hilo conductor de la narración. Por resumir: nadie lo ha visto desde 1885 y no hay fotografías ni copias.

Debido a mi residencia en el exterior si quiero leer libros sobre asuntos españoles no me suele quedar más remedio que recurrir a los de los autores anglosajones. Es fácil percibir que no tenemos la misma visión del mundo, como cuando la autora Laura Cumming trata al conde-duque de Olivares de Prime Minister o cuando dice que Juan de Pareja era negro:

Velázquez set off from Malaga in 1648, accompanied by his black assistant Juan de Pareja

A mí, que a pesar de ser blancucho tengo en la familia a varios más oscuros, esta negritud me cuesta mucho verla y aceptar la categoría me cuesta más aún. Pero en fin, es una convención gringa que si uno no tiene un tono de piel noreuropeo ya tiene que ser otra cosa.

En el capítulo de agradecimientos donde suele estar la gente que revisa el borrador no veo ningún nombre hispánico. Somos una civilización lo suficientemente grande como para no necesitar cuotas, pero seguramente a un español no le habría pasado desapercibido este párrafo, cuya fuente debe de ser el folleto de Snare donde también se menciona el detalle cromático:

The colours of the Spanish flag might be even represented in a yellow and red curtain, draping over part of the globe, which had become apparent during the nerve-racking cleaning.

La cortina que cubre parcialmente el globo terráqueo que aparece en la escena lleva los colores que son los de la bandera de España desde más de un siglo después de la muerte de Velázquez, concretamente desde 1785.

Velázquez es enorme porque en su pintura hay verdad. En lo de John Snare y el cuadro desaparecido, vaya usted a saber.


Los desastres de la guerra

05/01/2018

No salgo del diecinueve. Ayer era el aniversario de la muerte de Galdós, pero en vez de seguir con sus novelas lo que hice fue acercarme a la hora de comer a la exposición de los grabados de Goya que hay en la Chester Beatty Library, ya que se va acabar este mes. Cuando vivía en el centro de Dublín podía acercarme en cualquier momento, pero ahora está más complicado.

He recordado que hace años vimos, aquí en Dublín, Goya en Burdeos de Carlos Saura, que me pareció una película oscura. Más oscuros son Los desastres. La contemplación de estos grabados no es precisamente una experiencia de deleite en las bellas artes. La visión de escenas desagradables se compensa con la cierta idolatría de acercarse a los originales goyescos, aunque no sé exáctamente qué sentido tiene la palabra «original» cuando se habla de grabados. Me parece que este museo tiene la serie completa de la segunda edición (1892) auqnue no la han expuesto completa. A falta de papel todos los demás tenemos acceso hoy día en la telaraña donde se encuentra uno de todo (y completo) y puede disfrutarlo con mayor provecho y en un ambiente más propicio para el aprendizaje que las salas de exposición.

Me han sorprendido algunas de las traducciones al inglés de los títulos de los grabados (Ni por esas – Or these) y como veo que las que aparecen en Wikimedia son las mismas entiendo que no son traducciones ad hoc sino que están oficiliazadas de algún modo. En el cartelito que habían colocado junto a una de las imágenes el texto en español estaba mal (¡sólo había que copiarlo del propio grabado!). Me he dado cuenta de que Goya no usaba símbolos de apertura ni para la exclamación ni para la interrogación y he descubierto qué es la almorta.


Hugh Lane Gallery (5)

02/06/2017

Robert Ballagh: Third of May – After Goya (1970)

El punto en el que había dejado la lectura de los Episodios Nacionales me viene de perlas para recordar que hace un par de semanas llevé a mis viejos a la Hugh Lane, más que nada porque queda muy a mano y porque tenía interés en mostrarles la curiosidad que es el estudio se supone que intacto de Bacon.

Entre varias cosas cuyo valor me parece bastante discutible hay en una de las salas de arte moderno una reinterpretación de los fusilamientos del 3 de mayo, relizada a cuento de la situación en Irlanda del Norte a principios de los años setenta. Supongo que es un cuadro universal que a todo el mundo de un cierto nivel cultural  le suena y debería evocarle algo. Poquitos españoles habrá que vean el Ballagh y no piensen inmediatamente en Goya. No quisiera sorprenderme.


Hugh Lane Gallery (4)

17/03/2016
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Hoy día de san Patricio, patrón de Irlanda y de Murcia estoy pasando el día en casa a la espera de que las hordas de borrachones gringos abandonen la ciudad. He salido esta mañana hasta la Casa de Aduanas, pero abrumado por la muchedumbre he decidido regresar a lugar seguro.

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Aprovecho para colgar unas fotos de la última vez que estuve en la Hugh Lane Gallery, allá por enero. Desde el vestíbulo principal se accede a una sala obscura en la que hay expuestas unas vidrieras de Harry Clarke, de quien uno nunca había oído hablar aunque tras la visita he visto otra obras suyas en los almacenes de Collins Barracks y numerosos libros sobre él en las librerías de los diversos museos. Según parece su obra sigue siendo muy apreciada en Irlanda.

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Al menos, trabajar con el vidrio requiere cierta habilidad que quienes trabajan sobre el lienzo no deben demostrar. Precisamente he leído que esta semana habían robado en Madrid obras de Francis Bacon, que también tiene cosas expuestas en la Hugh Lane. Hace falta mal gusto, aunque el dinero sea el dinero. También suele ser mal gusto el gusto por el dinero. A lo que iba es que mientras que para hacerse pasar por poeta o pintor sólo hace falta una pluma o pincel, es muy difícil engañar como maestro vidriero.

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Los motivos de la obra de Clark suelen ser religiosos o ilustraciones de relatos. De entre las obras que hay en esa sala oscura la más destacada es la de La víspera de santa Inés, que ilustra un poema de Keats (3). Según leo, la vidriera del café Bewleys de Grafton st también es suya. Ya os llevaré a desayunar huevos y salchichas si hay ocasión.

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Liebres dublinesas

06/03/2016
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Liebre hípster

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Liebre tigre celta

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A lo largo del Liffey

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A caballo

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Más liebres

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Liebre Joyce

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Pergamino celta

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¿Australia?

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Mixomatosis

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Tipografía céltica

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Plaga

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Los Beatles

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Firmamento

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Hilera

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Las liebres al sol

Hoy nos hemos encontrado con una exposición basada en una multitud o plaga de liebres. Estas esculturas han estado en diversos puntos de la ciudad y ahora se acumulan en el CHQ. Es al menos la tercera vez que veo algo parecido. Recuerdo por lo menos otras dos ocasiones, en los que los objetos a decorar eran huevos y cerdos. Me parece que la dinámica de este negocio es entregar las piezas en blanco a diferentes artistas que luego las decoran cada cual según su estilo y criterio. Más tarde hay subastas para que quien quiera poseer uno de estos objetos pueda aflojar la lana a la que su orgullo le obligue. Me sorprende dos veces la misma cosa: que haya tantos artistas que puedan hacer el trabajo de decorar estos animales y que haya tanta gente con el dinero, el espacio y el interés de comprarlos. Me ha parecido que eran más de doscientas.


Arte y vino etiope

05/03/2016
Cartel

Cartel (septiembre 2015)

Hace unos meses Carlos me llevó a una exposición de arte etíope. Él estuvo en Etiopía hace años. La organizaba una asociación benéfica y la visita me permitió conocer el renovado Smock Alley Theatre. Uno no sabe nada de arte ni lo compra, pero para lo bonitos que me parecieron muchos de los cuadros los precios me parecían económicos. Lo injusto es quizá que los cuadros feos costaran igual.

Caras

Caras

Rostros

Rostros

Sede

Salón

Serie

Serie

Arte

Arte

No sé el valor que pueden tener las obras, ni si se trata de un arte muy elaborado o piezas que se producen como churros. El caso es que hay una pequeña comunidad de etíopes en Irlanda que organizaba el asunto. Me dieron un tebeo bilingüe (inglés-amárico) para niños que todavía debe de andar por casa y me enteré de que en Etiopía también se producen vinos. Con la exportación de los conocimientos y el calentamiento del planeta puede que dentro de poco se produzca incluso aquí.

Folleto en amhárico

Folleto en amárico

Vino

Vino


La muerte y el gluten

01/03/2016
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«Crucifixión», Giovanni di Paolo di Grazia (s. XV)

Recuerdo por conversaciones que se produjeron en mi empleo anterior que a mis compañeras irlandesas les producía un enorme desasosiego el hablarle a sus hijos -niños de unos ocho o diez años de edad- del sexo y de las cosas de la vida.

Como en ese sentido recibí una educación bastante liberal ni sufro este problema ni casi soy capaz de entenderlo como tal. En cambio, sí que me causa cierta desazón la perspectiva de descubrir a los niños no ya las cosas de la vida sino las de la muerte. También será verdad que hay una edad para cada cosa.

Se me está ocurriendo que educando a los hijos la sexualidad tiene una narrativa difícil para los creyentes y la muerte una más sencilla, mientras que para los ateos ocurre en cierto modo lo contrario. No creo que haya una respuesta a cuál es la mejor edad para hablarles a los niños de la muerte. Uno aprovecha su natural tendencia a la procrastinación. En la Galería Nacional y frente a la Crucifixión de Juan de Pablo de Gracia se me dio la siguiente conversación:

– Papá ,¿qué hace él?

– Parece que está durmiendo. [aprovechando la bidimensionalidad de la imagen]

– ¿Qué tiene en sus manos?

– Son pinchos, pegs como esas con las que tú juegas.

– Tiene sangre… se le va a salir el gluten.

Y a otra cosa, mariposa. Misión cumplida. Por cierto, que esto del gluten se le ha ido la gente de las manos. Y los niños, ya se sabe, lo que oyen en casa.


Hijos de alguien

04/01/2016
Instalación

Instalación

HIJO DE ALGUIEN

En eterno recuerdo

Se eligió este espacio público para hacer visibles a aquellos niños irlandeses que un cruel estado católico hizo desaparecer. Con nombres y placas de ataúd queremos invocarlos para que vuelvan al presente – desde zanjas y fosas encharcadas de Tuam a Castlepollard, de Sean Ross a Bessborough – los bebés y niños enterrados entre los muertos de noche, sin sacerdote ni clérigo ni ritual, ni una madre a su lado.
Toda criatura viviente merece ser llorada, merece las ceremonias que dan valor a su existencia. Hoy en este lugar recordamos la grave injusticia que recayó sobre estos niños, que tuvieron el infortunio de ser alienados hasta el punto de que les fueran denegados los ritos que normalmente ofrece una sociedad decente.
Estamos aquí en pie, no a hombros de gigantes ni habiendo realizado obras extraordinarias sino lamentando que a estos niños no se les concediera el amor y la ternura ni en la hora de su nacimiento ni en la de su muerte.
Mientras sigan ocultos en lugares prohibidos protegidos por las autoridades que continúan negando un final a los vivos y a los muertos habrá quien los eche de menos.
Nuestro compromiso eterno es recordar a estos niños como niños de nuestra propia sangre. Nuestros propios hermanos. Familia.