El rodaje de «Desencantada»

30/10/2023

Esta casa antes no era rosada

En mayo de 2021, a pesar de las restricciones de la pandemia, estuvieron rodando la película Disenchanted (secuela de Enchanted) cerca de donde vivimos, además de en otros lugares del condado de Wicklow. Que Desencantada sea la segunda parte de Encantada parece que tiene lógica.

Calle cortada

Cerca quiere decir como a unos veinte minutos caminando, lugar en el que se restringió el tráfico en una calle una de cuyas casas fue decorada profusamente para encajar en la magia de Hollywood.

Carroza

Una vez que la familia pasaba por allí un guardia les indico que los actores estaban a punto de salir. Al parecer ni siquiera había otra gente en los alrededores. Mi niña se quedó muy contenta porque Amy Adams la saludó desde el coche. Durante un tiempo estuvo diciendo que era su actriz favorita y sé que más de una vez hemos visto en casa la película Leap Year, que también fue rodada en Irlanda y que por eso mismo reponen a menudo, pero creo que ahora ya se le ha olvidado o ha pasado a otra fase, cosa normal.

Borrico

Este rodaje fue el tema de conversación de aquellos días. El pueblo de Enniskerry es el que quedó bastante transformado para la filmación de las tomas, pero yo no lo vi más que en las noticias de la tele. La película esta, que salió el año pasado, ni siquiera la he visto aún.


Chapáyev y otras películas soviéticas de los años treinta

23/09/2023

Cartel de José Renau

Había visto en algunas fotos y vídeos tomados durante la guerra civil en Madrid el cartel que José Renau hizo para Tchapaief, el guerrilleo rojo, (1934) que hace su parte de propaganda a propósito de la vida de Vasilii Chapáyev (1887-1919). Como puede verse el nombre está escrito a la francesa, ya que el francés era el medio de entrada a la cultura exterior de los españoles de aquel tiempo. No había visto la película hasta hoy. A pesar de la distancia se deja ver, pero del artículo que mencionaré a continuación tomo estas líneas:

La incidencia de las películas soviéticas en la cartelera madrileña durante la Guerra civil fue marginal. Incluso Chapaiev, un héroe más humano, con imperfecciones «para hacerlo más verosímil» y que metió más de 50 millones de espectadores en 5 años en las salas de la URSS exhibió sólo en 7 ocasiones en Madrid. Ante esta situación de marginación, el cine que creaba héroes debió buscarse otro público; el que estaba en las trincheras

Como digo he encontrado un artículo de 2009 titulado La construcción de un mito: La influencia del cine soviético en Madrid durante la Guerra Civil Española (1936-1939) de José Cabeza San Deogracias donde según he leído las películas propagandísticas no tuvieron una es acogida especialmente favorable y que el público en general prefería las películas estadounidenses y las de producción nacional. La propaganda para ser eficiente debe ser mucho más sutil.

De este artículo he entresacado varios títulos para ver cuando tenga algo más de tiempo:

Los marinos de Cronstadt (Yefim Dzigan-G. Berenko, 1936)
El circo (Grigori V. Alexandrov, 1936),
Los marinos de Cronstadt (Efim Dzigan, 1936)
Suburbios (Boris Barnet, 1933)
¡La patria os llama! (Yuli Raizman y Grigori Levkoyev, 1935)
El carnet del partido (Ivan Pyriev, 1936)
El diputado del Báltico, (Kheifits y Aleksandr Zarkhi, 1937)
La última noche (Yuli Raizman, 1937)
Aurora de París (Grigoriy Roshal, 1937)
Hijo de la Mongolia (Ilya Trauberg, 1936)
La juventud del poeta (Abram Naroditsky, 1937) sobre Pushkin
Bajos fondos (Jean Renoir, 1936) pelicula francesa sobre la obra de Gorki
Amor y odio (Albert Gendelstein, 1935)
Las tres amigas (Lev Arnshtam, 1936)
La juventud de Máximo (Leonid Kozintsev-Grigori Trauberg, 1935)

 

 

 

 


Desayuno con diamantes

30/08/2023

Breakfast at Tiffanny’s (1961)

Como para tener conexión de Internet estoy casi obligado a tener televisión por cable con ochenta canales que son casi todos malos, suelo grabar algunas películas para ver cuando surja la ocasión. A veces borro algunas sin haberlas visto después de que hayan estado meses ocupando espacio para nada. Este clásico de 1961, Desayuno con diamantes,  ya llevaba meses ahí y me he puesto con él porque no recordaba si la había visto antes o no (ahora estoy bastante seguro de que no). Tenía curiosidad por saber en qué andaban Audrey Hepburn cuando era tan joven y tan mona y el coronel Hannibal Smith cuando sólo era cabo. Lo que me ha enganchado ha sido que antes de empezar, una voz de la cadena de televisión ha dicho algo como:

Audrey Hepburn cruza el Moon River para desayunar en Tiffany’s. Les recordamos que es una película de otra época que contiene apropiación cultural y que uno de los personajes se considera hoy ofensivo.

Como eso de la apropiación cultural me resulta la idea más gilipollas del mundo y tengo curiosidad por saber qué cosas ofenden a la gente me he puesto a verla y he tardado aproximadamente dos minutos en descubrir el personaje que se supone que ofende a la gente, que era una caricatura de japonés interpretada por un gringo. La apropiación cultural no la he llegado a descubrir por separado así que supongo que se trata de las cosas más o menos japonesas que hace este mismo personaje.

La verdad es que lo he encontrado una tontería sin capacidad ni de ofender y, lo que es mucho peor, sin capacidad de hacer ninguna gracia, que se supone que sería el objetivo. La película tampoco me ha parecido que tuviera ningún interés. A lo mejor hace sesenta años, con ver una pareja de guapos y algo de la vida de las clases pudientes en Nueva York la gente ya se contentaba. No creo que se le pueda recomendar a la gente joven de hoy.


Réquiem por un campesino español

01/10/2022

Recuerdo haber leído hace años el Réquiem por un campesino español de Ramón J. Sender. Estoy bastante seguro de que fue una edición que compré junto con el periódico. No sé si en España los periódicos se siguen vendiendo junto con todo tipo de coleccionables. Tampoco sabía hasta hoy que existía una versión cinematográfica de la novela, rodada en 1985. Creo que no es muy buena o al menos me ha causado peor impresión que el recuerdo favorable que en mí ha perdurado de la lectura. Aún y todo me ha parecido curioso ver el aspecto de unos pueblecitos aragoneses de los años ochenta que intentaban aparentar estar en los treinta y me ha agradado ver a un Antonio Banderas joven y a un Antonio Ferrandis cuya actuación me ha recordado mucho a su interpretación del general Escobar.

Mientras miraba la película la plaza del pueblo me ha resultado conocida. No he estado allí nunca pero alguna vez había leído sobre la plaza ochavada de Chodes, provincia de Zaragoza. Existen unas cuantas plazas octogonales más en España, aunque pocas. Esta sensación déjà vu de ce qu’on n’a pas vu ya se me presentó en ocasiones anteriores.

Y ahora la valoración política: Esto es una obra de ficción pero que sirve para representar bien, incluso con fidelidad, episodios ciertos de violencia que se dieron en la España controlada por el bando sublevado durante la guerra civil. Tras los cuarenta años de mentiras franquistas era importante que esta parte de la verdad pudiera verse y ese es el cine español sobre la guerra que se hizo en las décadas de los ochenta y los noventa. No creo que haya nadie que pueda negar que estas barbaridades se produjeron. Ahora, por alguna ley histórica del péndulo o la compensación, llevamos cuarenta años de mentiras antifranquistas, o al menos cuatro décadas en las que estas son las prevalentes en el espacio público. Es por ello que hacer de nuevo una película de este estilo o del de Las trece rosas es contraproducente para el conocimiento de la verdad. Reto a los cineastas españoles a hacer una equivalente sobre los mártires de Barbastro, por poner otro ejemplo aragonés, o sobre las matanzas de Paracuellos. Esas películas hoy no pueden hacerse y mientras no se puedan hacer estaremos viviendo en una memoria histórica que si no es una mentira es al menos una parte no inocentemente seleccionada de la verdad.


La joven de la perla

01/08/2022

.

Unas pocas semanas antes de partir para La Haya me leí la novela de Tracy Chevalier «La joven de la perla». No me disgustó ni me pareció nada especial aunque como ya indiqué no me pareció bien del todo que al maestro Vermeer le inventara un affaire con la desconocida protagonista del cuadro.

Hace tiempo que tengo constancia de que existía una película homónima basada en la novela pero no la había visto hasta hoy. Lo que no recordaba es que la película ya se había estrenado ya por aquellos tiempos, dato en cuya búsqueda he salido al contemplar a una Scarlett Johansson y un Colin Firth excesivamente jóvenes.

La película es a mi modo de ver mucho mejor que la novela, o al menos mucho mejor que el pobre recuerdo que conservo de la novela. Por una parte se salen del cuadro los supuestos amores entre pintor y modelo, por otra parte la fotografía es excelente y quienes conozcan la obra de Vermeer, lo cual no es demasiado difícil al ser un pintor del que no disponemos de demasiados cuadros, se llevarán más de una grata sorpresa. El guión de la historia es el de una historia sin más, acaso muy parecido a la novela pero aparte del importante detalle que he mencionado mi memoria da para muy poco más.

Hace demasiado que vengo incumpliendo el propósito de detenerme más tiempo a contemplar cosas bellas.


Crónica de la guerra carlista

21/03/2022

Cartel

Habrá varios motores para mover estas líneas pero sin duda uno es la serendipia. Entre que el otro día recordamos una película del cine vasco de los ochenta y tras haber leído sobre la primera carlistada me ha venido a la memoria una película de 1988 ó 1989 de la cual recuerdo haber visto noticias televisivas sobre su rodaje y creo recordar también que de sus problemas de distribución: Crónica de la guerra carlista (1872-1876).  Esta se refiere a la segunda (o tercera) guerra carlista y no la había visto hasta hoy.

Se la tengo que recomendar más a los amantes de Clio que a los del séptimo arte. Gustará especialmente a los interesados en la Historia de Vasconia. Más que una película propiamente dicha es una especie de documental guionizado, pero se ven algunos rasgos del paisaje y del paisanaje que pervivieron hasta los finales del siglo pasado. También se puede decir que adolece de un sesgo difícil de evitar: asoma la perspectiva de la época en la que se rodó, que no es la misma que se tenía cuando los hechos acontecieron.


La conquista de Albania

05/03/2022

El cartel

Estaba escuchando una conferencia sobre la romanización de Albania cuando un comentario de la ponente me ha hecho recordar que allá por tiempos de mi tierna infancia hubo una película que fue bastante comentada, al menos por la parte de Vasconia: La conquista de Albania, de Alfonso Ungría (1983). Trata de una curiosidad de la historia del reino de Navarra en la que por ciertos azares dinásticos, cuatrocientos soldados acaban yendo a la conquista de la ciudad Durazo en lo que hoy es el país balcánico. Si mal no recuerdo incluso en el libro de texto de lengua vasca de alguno de aquellos primeros años de la EGB aparecía una mención al episodio. Como no recordaba bien cuál era la razón precisa de esta expedición, lo he mirado y me he encontrado con el filme, al que le he echado un vistazo. No recuerdo haber visto esta película con anterioridad… aunque no es que sea precisamente memorable.

El breve apunte que quiero que quede en mi memoria sobre esta extravagante aventura del siglo XIV lo tomo de la entrada de la Wikipedia referida a la Companía Blanca que cita la Historia del Reino de Navarra en la Edad Media de José María Lacarra (2000):

La primera compañía fue creada por Carlos II de Navarra para luchar contra Carlos V de Francia. Tras la paz conseguida en 1366, los soldados se organizaron en una compañía bajo las órdenes del infante Luis de Navarra, conde de Beaumont-le-Roger y duque de Durazzo por su matrimonio con Juana. Luis era hermano de Carlos II de Navarra, quien le apoyó en su intento de recuperar Durazzo y el Reino de Albania. Asimismo, Carlos V de Francia ayudó a Luis con 50.000 ducados.

En 1372 la compañía creció gracias al reclutamiento efectuado por Enguerrand de Coucy, quien contrató a 500 lanzas y 500 arqueros a caballo, la mayoría de Gascuña. Aunque estos soldados fueron reclutados para servir en Albania, se organizaron en Nápoles. Entre 1375 y 1376 muchos hombres de Navarra se alistaron en la compañía y viajaron directamente a combatir en Albania. Las listas de soldados enrolados se conservaron en Pamplona, donde se puede observar la gran cantidad de ingenieros que formaron parte de la compañía. Las tropas salían de Tortosa y cobraban 30 florines aragoneses de oro al mes.

En 1376, Luis y la compañía navarra tomaron Durazzo y restablecieron el Reino de Albania. Luis murió ese mismo año dejando a la compañía sin trabajo, por lo que se pusieron bajo las órdenes de Pedro IV de Aragón en 1377 y se organizaron en cuatro compañías, mandadas por los gascones Mahiot de Coquerel y Pedro de Lasaga, camarlengos del rey de Navarra, y los navarros Juan de Urtubia y Garro, que tenían el rango de escuderos.

Aquí vemos que por razón de su matrimonio el hermano del rey intentó conquistar los territorios de los que su esposa había sido desposeída pero que tras el inicial éxito militar, dada su muerte, todo quedó en nada con los restos de la compañía uniéndose a los aragoneses en Morea. Es sabido que durante el siglo XV el reino de Navarra está en declive, geopolíticamente encajonada entre Castilla y Aragón, sufre una guerra civil y no tiene músculo para operaciones de este calado ni tan siquiera para seguir existiendo.​

Respecto a la película, carece absolutamente de ritmo, la fotografía es muy oscura, la banda sonora estridente, no se ha hecho ni el mínimo esfuerzo en arcaizar algo el lenguaje y me ha costado mantener la atención durante las casi dos horas. En el lado positivo me ha hecho ilusión reconocer un paisaje de las Bardenas haciendo las veces de la Iliria. De verdad que no lo digo como crítica, ahora que volvemos a algo parecido con Rusia habrá que recordar que ciertamente no sería nada fácil ni económica ni administrativamente rodar en el país que proverbialmente era el más hermético de la Europa de la Guerra Fría: la Albania de Enver Hoxha.

 


Usucapión – adverse possession

18/01/2022

Una de las cosas para las que me debería servir este cuaderno de notas a la vista de todos es dejar constancia de lo que voy encontrándome por ahí e incorporando al acervo. Trataremos de hacerlo más a menudo.

Acabo de ver una película pasable aunque no puede decirse que buena: Hampstead (2017) con una Diane Keaton que ya no es Annie Hall. Basada en el homónimo barrio londinense de clases acomodadas y a propósito de un tipo que se monta una chabola y que acaba teniendo sus más y sus menos con la protagonista femenina, los promotores inmobiliarios y la justicia. Lo que aporta el chamizo son todos los elementos de planning applications, codicia inmobiliaria, nimbyismo y bananas.

Por el juicio que se celebra al final me entero de que al equivalente a la usucapio latina en el derecho anglosajón lo llaman adverse possession. No es ni puede ser una traducción exacta. Si ni siquiera son idénticas entre sí las usucapiones en los países de nuestro entorno por un lado, ni tampoco la adverse possesion del Reino Unido es idéntica a la de los EEUU o a la de Irlanda es imposible que ambas expresiones signifiquen exactamente lo mismo, pero como aproximación puede servir.


L’homme est une femme comme les autres

03/01/2022

El afiche

Hoy he encontrado una carpeta con imágenes y recortes de prensa que escaneé alrededor de 2004. La historia que contaré viene de antes. Hacia 1996, 97, 98… tenía montado en mi cuarto de la casa paterna una especie de collage en la pared. Creo que fotos propias no había, pero sí recortes, entradas de conciertos y otros trozos de papelería sentimental como billetes de tren y postales… La mayoría de las postales las había comprado yo en viajes, y había algunas otras de propaganda. Creo que es un tipo de mercadotecnia que no duró demasiado y que ya se ha dejado de practicar: había productos que se anunciaban en bares mediante postales gratuitas. Coleccioné algunas de películas y les tenía aprecio aunque a veces ni siquiera había visto la obra. Me recordaban el día que salí de fiesta con tales o cuales amigos. En concreto una de ellas, ganada en buena lid en el viaje iniciático por el extranjero que me cambió la perspectiva de la vida, mostraba el cartel no sé si muy erótico o no de una película francesa llamada L’homme est une femme comme les autres (1997) que no sé ni si se llegó a estrenar en español.

La cartulina a saber por dónde andará, pero al encontrar el archivo de imagen se me ha ocurrido mirar a ver de qué trataba el filme y por suerte estaba disponible en Youtube. Resumiendo mucho trata de judaísmo y homosexualidad que son temas que me tocan mucho más de lejos que si dijéramos poscatolicismo e intentar acostarse con mujeres mucho más atractivas que uno sin demasiado éxito, pero con todo la película es comprensible y se deja ver. Un joven gay debe casarse y tener descendencia para poder heredar de un tío millonario y le buscan una candidata sin que las cosas acaben de funcionar, como podría parecer lógico.

Sabiendo esto, que yo nunca había sabido, la imagen del cartel cobra algo de sentido. Me ha parecido que en el momento en que se produce esa escena el protagonista además lleva una kipá puesta. No sé si con eso ya eran demasiados elementos para el cartelito. Leo que el título viene de una frase de Groucho Marx que sin embargo no consigo encontrar. En un momento en que la acción se desplaza a Nueva York nos avisa un cartelito negro con letras blancas de la misma tipografía que aparece en las películas de Woody Allen. Más cosas alenianas: aparte de que el planteamiento es totalmente neurótico, el protagonista toca el clarinete. En vez de jazz de Nueva Orleans hace klezmer de Europa oriental pero es uno de los mejores elementos que incorpora la película.


Cine soviético y tomas dinámicas

23/10/2021

https://twitter.com/pedrojdoc/status/1448234616570134533

Hoy me han salido dos tuits que tratan de lo mismo o algo parecido y me ha dado por investigarlo. Lo primero sería ver ambas escenas provenientes de las películas soviéticas Cuando pasan las cigüeñas (1957) y Soy Cuba (1964). Esta última coproducida con Cuba.

https://twitter.com/NickDale/status/1450617359375343617

Cuando yo era adolescente a este tipo de toma los entendidos en cine le llamaban trávelin, que es una de las primeras palabras raras como flashback o atrezzo que recuerdo que me chocaron la primera vez que las oí. Hoy me he enterado de que travelling no existe en inglés y que es un pseudoanglicismo de esos que nos llegaron de Francia como camping, parking y recordman. Hace mucho que no lo oigo así que quizá el travelling haya quedado tan démodé como el footing.

Yo he puesto aquí arriba toma dinámica, no sé si de modo un tanto impreciso. Empecé con toma larga, luego vi que no era lo mismo long take (la que dura mucho) que long shoot (la que se toma de lejos), así que me he quedado con el dinamismo que caracteriza al movimiento. La otra opción, cinética, no me convenció porque una toma cinematográfica cinética sería redundante. Me he asomado a los tecnicismos a través de una tesis doctoral y así he descubierto que hay muchas expresiones inglesas para tratar este fenómeno, matizarlo y subdividirlo: tracking shot, dolly shot, following shot, steadicam.  Lo que nadie va a entender en lengua inglesa es un travelling que no sea viajar.