Pizarro

31/12/2023

Portada

El último libro del año fue «Pizarro y la conquista del Imperio Inca», de Álber Vázquez. Creo que el título es bastante explicativo de lo que en él se trata. Es una de las muchas subtramas del proceso histórico por el que nuestra civilización ibérica cambió el mundo. Debería hablarse mucho más de estas gestas brutales,  de la colisión de aquellos mundos y de las cosas bellas y trágicas que engendraron. Es una lástima que las elites que pastorean España no tengan una visión geopolítica para el futuro del país para que la comprensión de estos materiales sería clave, así que seguiremos siendo secundarios de Hollywood.

Respecto a la historia novelada en sí, me propongo algún día aventarla para separar realidad de licencia literaria. Como siempre hay que sacar algún fallo a las cosas, me desagradó el uso en el diálogo de alguna que otra expresión que no existía en el siglo XVI, aunque comprendo que la importancia de la misión divulgadora lo justifique.

Escribo desde Irlanda en las últimas horas de 2023 tras un largo día de viaje por muchos medios después de cuatro semanas seguidas en España, cosa que no se me daba desde hace dieciocho años. Se me presenta un 2024 de muchos cambios, en principio positivios, e igualmente les deseo muchas cosas buenas a quienes estas líneas leen.


Vida y muerte de Manuel Gutiérrez

15/10/2023

Ofensiva de Zaragoza (agosto-septiembre de 1937)

El día que vi la película de Chapáyev había estado haciendo antes unas búsquedas y al intentar escribir el nombre del protagonista a la francesa tecleé «Tchepaieff» con la curiosa fortuna de que acabé en una página sobre la historia militar de la provincia de Castellón en la que se publicaba el diario de un miliciano que apareció cerca de Zuera, en el frente de Aragón, junto al cadáver de su autor y que un soldado del bando contrario había conservado durante más de sesenta años. La última entrada, del sábado 11 de septiembre de 1937, dice así:

Estamos acuartelados bajo los olivos; se esperan órdenes de un momento a otro se dice que para marchar a la línea de fuego. Hemos dormido mal; es triste sin embargo estar descansando (¿) y tener que dormir sobre lo labrado y bajo el techo bonito pero poco acogedor de los olivos, el azul cielo y las plateadas estrellas… pero paciencia; ¡es la guerra!…
Esta tarde hemos ido al cine pero no sé por que causas se ha suspendido el festival; lo siento porque tenían que hacer la película “Tchepaieff”.

Así que en un mismo día vimos un filme y supimos que hubo un hombre que murió y que la última nota que dejó escrita indicaba que se había quedado con las ganas de ver esa misma película. No pude sino ir al principio para leer las pocas páginas de espacio que ocupa todo el diario desde que comienza a escribirlo el día 6 de abril de 1937 hasta su muerte cinco meses después.

El contexto bélico es el de la ofensiva de Zaragoza, preludio de la más conocida batalla de Belchite. No es que el diario contenga ninguna información especial, es más bien una cosa personal que registra sobre todo aspectos cotidianos, casi domésticos, de la vida del soldado. Lo más fascinante es quizá que nadie haya recordado después a este hombre ni se sepa más de él que lo que dejó escrito en esas líneas: Un barcelonés llamado Manuel Gutiérrez que persiguiendo un ideal murió en la guerra de España, en Aragón.

Como no considero que sea un material demasiado publicable por si solo (quizá su mejor oportunidad estaría en alguna compilación de textos de diaristas) he querido humildemente darle algo de difusión  desde estas líneas por si pudieran contribuir a que se cierre alguno de esos círculos de la casualidad que produce la Historia.

Me parecieron interesantes sus consideraciones del 15 de agosto y la carta que envía desde Fraga a un amigo de Sabadell el 17 tras decidir abandonar la CNT para integrarse en la JSU:

Día 15, domingo

Esta mañana ha tenido lugar un mitin en el “Cigonye” – la rambla de Fraga. Han hablado Matas, Comisario de la 27 División, Trueba, el Secretario del Partido Comunista Aragonés, el Comisario de la Brigada Lister. Todos han definido las luchas internas de Aragón y la opresión de que han sido víctimas los trabajadores del campo por parte de los incontrolados en nombre del régimen libertario. Dijeron que de ahora en adelante se haría justicia inexorable contra el atrevido que osase aniquilar la vida a un soldado o a un campesino; y no tengáis miedo porque la ribera del Cinca está liberada gracias a la presencia de los soldados del pueblo.

No se ha efectuado el entierro de los cuatro asesinados que fueron abandonados en la sierra por los incontrolados.

Ya no he podido aguantar más; hoy precisamente he comprendido, mejor dicho he acabado de comprender, que estoy desplazado de la organización a la cual pertenezco. Me he decidido a afiliarme a las Juventudes Socialistas y así lo he comunicado al amigo Sales. Muchas cosas han influido en mi espíritu para llegar a este extremo. El buen trato que siempre he recibido de los compañeros socialistas entre los cuales nunca me he sentido extraño y que idénticos derechos que ellos he tenido y en sus reuniones de célula siempre he podido manifestar mi opinión; siempre he encontrado acertadas las consignas lanzadas por el C.S.V.C. a pesar de que, a veces he dudado de la buena intención de los que las proclamaban. A estas consignas han debido de amoldarse las demás organizaciones cuando ya no les ha sido posible seguir su grupo de equivocaciones. Reconozco – como ha de reconocer todo hombre consciente – que para llegar a la completa liberación humana es de necesidad imprescindible una firme organización, – un régimen de transición – y naturalmente surge la idea de gobierno. Prácticamente he observado todo eso y muchas otras cosas más y delante de los errores y desmanes de los fanáticos que integran la C.N.T. – en Fraga he observado que hay más de los que creía – me he hecho a mí mismo la siguiente pregunta – “¿Soy socialista o anarquista?” – y sin titubeo he respondido – “Soy un revolucionario pero sin apartar la mirada del Más Allá me adapto a las circunstancias del momento y freno los ímpetus que empujan los pies de mi ideal y con paso lento pero seguro marcho hacia la Libertad Humana” -. Así pues mi lugar está a las J.S.U.C.

Hasta las dos de la mañana he estado con el compañero Sales hablando al fresco y contándole las causas que han motivado mi resolución. Ha quedado perplejo pues no ignora las controversias que había tenido a este respecto con el compañero Sovaint y Pueyo, en las cuales me mostraba fuerte en mis teorías; pero !ah! las luchas que he sostenido yo en mi interior hasta este momento en que he quedado desengañado del todo.

Yo sé que no he cambiado nada; soy el mismo de siempre. Quienes han cambiado son los teóricos del anarquismo. Sé que la C.N.T. no se comporta con dignidad y estoy satisfecho por haber tenido suficiente fuerza de voluntad para separarme.

Estaba pensando que en el mismo escenario histórico nuestro hombre hace el camino político inverso al de Orwell  que es como decir al del protagonista de la película que en 1995 dirigió Ken Loach, Tierra y libertad.

A pesar de los pequeños avances republicanos en estas jornadas de septiembre y luego en diciembre-enero en Teruel, toda esta zona caerá en manos del ejército de Franco a lo largo de marzo de 1938.

 


Genocidios en diferido

12/10/2023

He pasado un feliz Día de la Fiesta Nacional de España a veces llamado por su antiguo nombre de día de la Hispanidad, que en realidad sería algo mucho más importante y digno de celebrar.

Ojalá el 12 de octubre lo siga siendo fiesta nacional siempre, ya que es el aniversario de la gesta histórica que está en el origen de la importancia de que hoy dispone nuestro país, gracias a la voluntad consciente de algunos españoles de entonces de aumentar su fortuna a la vez que extendían la religión verdadera por el mundo y al accidente de que junto a este sistema de valores se extendiera también nuestra lengua por todos los continentes. Esa lengua y esos valores son los que nos siguen dando un lugar en el mundo de hoy más importante que el que nos da nuestra mayor o menor fortuna.

Una de las ministras ultraizquierdistas ha sugerido esta mañana que debería plantearse dejar de conmemorar el día nacional en esta fecha. Yo creo que su mensaje incurre en varios errores de planteamiento y algunos de pura lógica formal. No hay genocidio contra los pueblos de América Latina si América no se latiniza primero, es decir, si no llega la latinidad hispana a las costas aquellas, que parte de lo que conmemoramos. Y si la latinización de América es genocidio sin paliativos no es que no habría América Latina hoy (por haber sido ya exterminada), sino que habría desaparecido sin haber llegado a latinizarse. Obviamente, la historia de la América Hispana, a pesar de toda la guerra y violencia que quepa en cinco siglos, no se caracteriza por el genocidio sino por el mestizaje.

Más fascinante me parece aún el uso del concepto de genocidio. El fin de semana pasado hemos visto un ataque inequívocamente genocida perpetrado prácticamente en directo  y la ministra y su tribu ideológica han corrido a ponerse del lado de los agresores. No son capaces de ver un genocidio ante sus ojos, pero en la llegada a las Antillas de tres carabelas ven todo eso. Y en cinco siglos de historia compartida no ven nada más que eso.


Chapáyev y otras películas soviéticas de los años treinta

23/09/2023

Cartel de José Renau

Había visto en algunas fotos y vídeos tomados durante la guerra civil en Madrid el cartel que José Renau hizo para Tchapaief, el guerrilleo rojo, (1934) que hace su parte de propaganda a propósito de la vida de Vasilii Chapáyev (1887-1919). Como puede verse el nombre está escrito a la francesa, ya que el francés era el medio de entrada a la cultura exterior de los españoles de aquel tiempo. No había visto la película hasta hoy. A pesar de la distancia se deja ver, pero del artículo que mencionaré a continuación tomo estas líneas:

La incidencia de las películas soviéticas en la cartelera madrileña durante la Guerra civil fue marginal. Incluso Chapaiev, un héroe más humano, con imperfecciones «para hacerlo más verosímil» y que metió más de 50 millones de espectadores en 5 años en las salas de la URSS exhibió sólo en 7 ocasiones en Madrid. Ante esta situación de marginación, el cine que creaba héroes debió buscarse otro público; el que estaba en las trincheras

Como digo he encontrado un artículo de 2009 titulado La construcción de un mito: La influencia del cine soviético en Madrid durante la Guerra Civil Española (1936-1939) de José Cabeza San Deogracias donde según he leído las películas propagandísticas no tuvieron una es acogida especialmente favorable y que el público en general prefería las películas estadounidenses y las de producción nacional. La propaganda para ser eficiente debe ser mucho más sutil.

De este artículo he entresacado varios títulos para ver cuando tenga algo más de tiempo:

Los marinos de Cronstadt (Yefim Dzigan-G. Berenko, 1936)
El circo (Grigori V. Alexandrov, 1936),
Los marinos de Cronstadt (Efim Dzigan, 1936)
Suburbios (Boris Barnet, 1933)
¡La patria os llama! (Yuli Raizman y Grigori Levkoyev, 1935)
El carnet del partido (Ivan Pyriev, 1936)
El diputado del Báltico, (Kheifits y Aleksandr Zarkhi, 1937)
La última noche (Yuli Raizman, 1937)
Aurora de París (Grigoriy Roshal, 1937)
Hijo de la Mongolia (Ilya Trauberg, 1936)
La juventud del poeta (Abram Naroditsky, 1937) sobre Pushkin
Bajos fondos (Jean Renoir, 1936) pelicula francesa sobre la obra de Gorki
Amor y odio (Albert Gendelstein, 1935)
Las tres amigas (Lev Arnshtam, 1936)
La juventud de Máximo (Leonid Kozintsev-Grigori Trauberg, 1935)

 

 

 

 


Los libros del conquistador

21/09/2023

Los libros el Conquistador

El otro día estábamos viendo la miniserie de el Quijote que RTVE hizo a principios de los años noventa y le contaba yo a la heredera sobre los libros de caballerías, ya que don Quijote tiene continuamente en los labios al Amadís de Gaula, a Palmerín de Ingalaterra o el caballero del Febo. Se me ha ocurrido buscar bibliografía sobre las novelas caballerescas del siglo XVI y me he encontrado con Los libros del conquistador de Irving Leonard (1953) el título original de la edición estadounidense de 1949 era Books of the Brave.

Es un interesante volumen que trata el tráfico de libros hacia las Indias en el primer siglo de la Conquista. A través de una serie de documentos de inventario, legado o compraventa sea en la ciudad de México o en la de Lima, puede reconstruirse parcialmente qué libros llegaban, qué precio tenían y de ahí intuir qué importancia tendrían en el imaginario de los llegados para poblar los nuevos reinos de América, ya que esta literatura no sólo le arruinó los sesos a Alonso Quijano sino que influyó en el modo de ver el mundo, las expectativas y el proceder de ciertas generaciones de hombres de acción que salieron de España hacia el Nuevo Mundo.

Muy interesante el desarrollo de la cuestión logística, la carrera de Indias que los libros tenían que hacer para atravesar el océano y la no menos trivial labor de atravesar el itsmo de Panamá o el camino hasta el Perú. Es fascinante que el Quijote estuviera disponible en Cuzco en 1606 en el año siguiente a su publicación en la Península. La pizca de conocimiento que he adquirido es que en Las sergas de Esplandián, la novela de donde salió el nombre California, la palabra «sergas» (que significa «hazañas») debería haber sido en realidad «ergas», que me supongo que tendrá que ver con los trabajos que el hijo de Amadís hubo de pasar.

De las notas de un capítulo tomo esta lista cronológica de novelas de caballería que proviene de Henry Thomas, Spanish and Portuguese romances of chivalry; the revival of the romance of chivalry in the Spanish Peninsula, and its extension and influence abroad (1920) :

1508 Amadís de Gaula
1510 Sergas de Esplandián
1510 Florisando
1511 Palmerín de Oliva
1512 Primaleón de Grecia
1514 Lisuarte de Grecia
1516 Floriseo
1517 Arederique
1518 Clarián de Landanís
1519 Claribalte
1520 Leoneo de Ungría
1521 Lepolemo
1522 Clarimundo
1522 Clarián de Landanís II
1524 Clarián de Landanís III
1524 Reymundo de Brecia
1526 Lisuarte de Grecia II
1526 Polido
1528 Lidaman de Ganayle
1530 Amadís de Grecia
1530 Florindo
1531 Félix Magno
1532 Floramble de Lucea
1532 Florisel de Niquea
1533 Platir
1534 Lidamor de Escocia
1534 Lucidante de Tracia
1535 Rogerl de Grecia
15340 Valerian de Ungría
1542 Philesbian de Candaria
1544 (?) Palmerín de Inglaterra
1545 Cirongilio de Tracia
1545 Crisalián de Espana
1545 Florando de Inglaterra
1546 Silves de la Selva
1547 Belianís de Grecia II
1550 Floramante de Colonia
1551 Rogel de Greia II
1556 Felixmarte de Hircania
1562 Espejo de Príncipes
1463 Leandro el Bel
1564 Olivante de Laura
1576 Febo el Troyano
1579 Belianís de Grecia III
1581 Espejo de Príncipes II
1587 Duardo Segundo
1589 Espejo de Príncipes III
1602 Clarisol de Bretanha
1602 Policisne de Beocia


Salónica, la ciudad de los espíritus

09/09/2023

Portada

Este sábado nos hemos entretenido con Salonica City of Ghosts: Christians, Muslims and Jews 1430-1950, de Mark Mazower, a quien ya le habíamos leído otro libro sobre los Balcanes. Salónica es la segunda ciudad de Grecia desde que fue incorporada al país tras las guerras balcánicas de 1912-1913 y tiene un interesante pasado multicultural tanto en lo lingüístico como lo religioso hasta la mitad del siglo XX.

Aunque sabía que los griegos de la actualidad (en realidad desde 1937) llaman a la ciudad Thessaloniki, que en español queda un tan antiguo como la carta de san Pablo a los tesalonicenses, nunca había reparado en lo básico, que es que Tesalónica significa «la victoria de Tesalia» (y es también el nombre de una hija de Filipo de Macedonia, hermana de Alejandro Magno).

Lo que quería leer más en detalle es la historia de los judíos de Salónica, ya que es harto curioso que en 1900 existiera en el Oriente europeo una ciudad entre mediana y grande en la que la lengua mayoritaria de la población fuera una variante del español. Me sorprendió descubrir que además de los 70.000 judíos sefardíes también había unos 10.000 musulmanes que lo hablaban. Además del triste destino de esta gente con la que compartimos idioma también me interesa mucho la conformación de la identidad nacional griega moderna frente a lo otomano, lo eslavo y lo demás. No es Salónica un destino por el que tenga pensado dejarme caer, pero después de hoy ya sé mucho más del lugar que de otros por los que sí he pasado.

 

 

 


El sol sale de noche

03/09/2023

Ed. Progreso (Moscú 1970)

Un tema que de cuando en cuando aparece en estas notas es el de los españoles que anduvieron lejos y más concretamente por Rusia en diferentes épocas históricas. Por un casual nuestra vista se ha detenido ante El sol sale de noche: La presencia española en la Gran Guerra Patria del pueblo soviético contra el nazi-fascismo. Narrada por Eusebio Cimorra, Isidro R. Mendieta y Enrique Zafra. Edición publicada en la URSS en 1970 que incluye un artículo de la Pasionaria a modo de prólogo. No ha sido fácil encontrar una imagen del monumento a los espanoles caídos en 1943 en la aldea de Shubino (o Shubyne,  según Google Maps) en Crimea, pero aparece en la portada de una revista digital.

Dado que trata sobre la guerra es acertado el tono épico que oculta tanta verdad incómoda. Ya no se puede escribir así porque estos tiempos mejores en que se escribe peor no se pueden disfrazar de epopeya. En todo caso, hace falta tener en cuenta que además de ser un libro del género histórico o biográfico no deja de ser un libro de propaganda prosoviética (en lo internacional) y antifranquista (en lo específicamente español)  publicado en plena Guerra Fría. Como ejemplo de la prosa épica que ya no puede practicarse este párrafo elegíaco en memoria de Justo Rodríguez Suaña:

Ese día las jabalinas se partieron como astiles sedientos de banderas, y el valor se puso zapatillas de plomo en los estadios obreros, y la nieve de Peñalara le pidió -y le rindió- cuentas al Cáucaso, y las agujas de los pinos se clavaron en el pulmón de todas las sierras del mundo, y un “échale hilo a la cometa” de garbo y desgaire madrileños empezó a poner telegramas negros a los Estados Mayores de la primavera.

Obviando toda la exageración bélica y la propaganda, quise fijarme en los pequeños detalles cotidianos de la vida de aquellos  españoles tan lejos de su país. A la vista de la noticia que ha copado los medios durante la segunda mitad de agosto de 2023 y a través de este fragmento que ponemos a continuación se plantea uno lo que ha sido la izquierda española y lo que es:

La calle de Gorki, en el mismo centro de Moscú, fue durante varios años, desde mayo de 1939, lugar preferido de cita a la que nadie convocaba, de paseo fisgón al que nadie invitaba, para muchos españoles que vivían en la capital o en sus aledaños. Los españoles solían encontrarse allí las mañanas de los domingos y los atardeceres de casi todos los días únicamente en el trozo que iba -y que va- desde Ojotni Riad (hoy Avenida de Carlos Marx) hasta la Plaza de Pushkin. Había sitios, esquinas, rincones preferidos para detenerse a ver pasar las chicas, que despertaban en la atención celtíbera un caracoleo de piropos. No faltaba algún “ortodoxo” que pontificaba:

– Camarada, que estás en Moscú.

– Pues que retiren esos monumentos que pasean por las calles -contestaba cualquier donjuán incorregible.

La verdad es que las chicas moscovitas no hacían mucho caso de aquel ojeo murmurador de los españoles. Y lo más que, quizá, pensase alguna es que la leyenda de lo “temperamental” no era tal leyenda.

Por mi afición al ajedrez me interesó el dato de que hubiera soldados durmiendo en el escenario en el que Capablanca había ganado el torneo internacional de Moscú de 1936 y donde Kárpov y Kaspárov habrían de enfrentarse en 1984:

La 4ª Compañía no volvió la noche del 15 de octubre a su cuartel. La alojaron en la Sala de las Columnas de la Casa de los Sindicatos. Su misión seguía siendo la misma. Habían dormido con el uniforme puesto y el macuto por almohada en la misma sala donde hacía muchos años tuvieron su cuartel destacamentos de la Guardia Roja moscovita.

Aquí un fragmento que como guipuzcoano y a la luz de lo acontecido durante las últimas décadas (incluso sin contar los últimos dos años) no me parece que resista especialmente bien el juicio de la Historia:

– ¿Usted es rusa?

– Soy ucraniana.

– Pues Ezequiel y yo somos vascos. Para que usted se entere, en nuestra lengua el País Vasco se llama Euzkadi. Porque es un país, como Ucrania. Y para que se entere mejor, los vascos somos todavía algo así como eran los ucranianos antes de la revolución. Yo le prometo, Valentina Vasílíevna, que pelearemos por Ucrania sabiendo que peleamos por toda la Unión Soviética, Y que al luchar por la Unión Soviética, lucharemos por España y por Euzkadí.

En total el libro es una serie de viñetas como las de Svetlana Alexievich pero ocultando todas las verdades incovenientes. No se percibe ninguna injusticia, ninguna carencia ni ningún error del sistema soviético. Una lástima porque hace que uno se cuestione cuán embellecidos no estarán unos relatos que uno quisiera que fueran estríctamente ciertos.


El Escorial

20/08/2023

Monasterio

Del Valle de Cuelgamuros nos acercamos a El Escorial, donde ya habíamos estado aquella otra vez aunque sin poder entrar al monasterio. La casualidad quiso que, pasado el monumento, encontrásemos aparcamiento frente a una placa que conmemoraba la residencia en la población de los hermanos Álvarez Quintero. Volvimos caminando hacia el grandioso edificio, que esta vez sí que estaba abierto al público, y finalmente pudimos entrar a verlo. Yo diría que la visita requiere entre dos y tres horas, y eso sin detenerse demasiado a reparar en detalles.

Una vez adquiridos los boletos es relativamente sencillo moverse por el enorme edificio siguiendo los carteles con fechas. Sólo para llegar a la Biblioteca Real es necesario un pequeño desvío. Mis espacios preferidos fueron la propia biblioteca (donde pude observar por la página en que estaba abierto el Libro de ajedrez, dados y tablas de Alfonso X), la impresionante Sala de Batallas y otra próxima a los aposentos de Felipe II cuyos muros están decorados con multitud de mapas. En general es mucho más interesante la parte de los Austrias, más sobria, que la de los Borbones, que me pareció un remedo de Versalles.

Obras (agosto de 2023)

En la Basílica pasamos bastante rato, observando pinturas, relicarios y los cenotafios de los Austrias mayores. El lugar donde más parece que uno siente la Historia con mayúsculas es la cripta en la que se encuentran los panteones de infantes y reyes de España. Desde el Emperador Carlos V todos excepto Felipe V y Fernando VI yacen allí. Me pareció curioso pensar que la princesa de Asturias, a pesar de ser tan joven, ya sabrá que aquí tiene que acabar.

Jardines

En general creo que El Escorial no es tan conocido fuera de España como debería. Es el problema de que un país tenga demasiados atractivos turísticos. Aunque a mí no me gusta utilizar este tipo de comparaciones o al menos no de modo oficial, si uno lo piensa, este lugar es como el Pentágono junto con la Casa Blanca en el siglo XVI.

Felipe II

Tras salir del sitio entramos a tomar un refresco en un bar que había en los edificios de enfrente, que también tienen una interesante historia y luego estuvimos descansando un rato en un jardín de por allí que parece ser que también pertenece a Patrimonio Nacional. Curiosamente el parque está delante del Centro Universitario María Cristina, que es donde, según había leído un par de días antes, Pedro Sánchez estudió Empresariales aunque él haya dicho que hizo Económicas en la Complutense. Tras despedirnos de Felipe II bajamos a Barajas a recoger a nuestra pasajera y pusimos rumbo de vuelta a Salamanca después de habernos sacado la espina de aquel plan por fin cumplido.

 

01.08.2023


El Rif en sombras

05/01/2023

Portada

A principios de cada año suelo consultar las obras de los autores que han quedado libres de derechos. Este 1 de enero pasan al dominio público las obras de los fallecidos en 1942. El más destacable a mi modo de ver sería Miguel Hernández. He estado ojeando unos cuantos archivos y he acabado leyendo de un tirón «El Rif en sombras (lo que he visto en Melilla)» de Juan Guixé (1886-1942). Trata la situación de Melilla en 1921 tras el desastre de Annual.

Libro escrito al dictado de la trágica actualidad de aquellos momentos que se comparan con el trasfondo histórico de los hechos de 1898 y 1909. Las reflexiones relativas a la presencia española en el protectorado cuyo abandono ya se planteaba por entonces tienen ya poca vigencia incluso en lo relativo al potencial civilizador de España en el norte de África a través del mero comercio. Me interesaron más las críticas veladas a la primera autoridad del país y a ciertos malos hábitos que hicieron de la mal planteada presencia en el protectorado algo incluso peor de lo que debería haber sido. Me limito a copiar unos cuantos párrafos ilustrativos:

El desplome de la comandancia militar de Melilla ocurrió en julio de 1921 y la situación semanas después no había mejorado a pesar de la acumulación de tropas:

Hacia fines de agosto la situación de Melilla, a pesar de las expediciones diarias de pertrechos y de que habían desembarcado cerca de 60.000 hombres, era la misma. La incógnita continuaba sin despejar y la pregunta ¿por qué no se avanza? estaba en todos los labios. Transcurrió el tiempo y nuestras tropas seguían inmovilizadas. ¿Qué pasaba? Ya lo sabíamos algunos, aunque la censura no nos lo permitía decir: que no había municiones de artillería en cantidad suficiente para el suministro de un ejército de 60.000 hombres. Hacían falta, según cálculos de Berenguer, 50.000 proyectiles de cañón; pero no los tenía España y se estaban fabricando a toda prisa- Las espoletas hubo que encargarlas en Alemania y Suecia. Nuestro ejército no avanzaba porque no tenían principalmente las municiones necesarias. Tampoco instrucción ni organización. Ese era el secreto. Los generales temían que los soldados, sin foguear ni entrenar, “chaquetearan” (retrocedieran). ¿Y qué hubiera pasado entonces? Que los moros habrían entrado en Melilla y deshecho nuestro segundo y flamante ejército de ocupación.

La segunda parte de esta desconsoladora verdad la ha revelado o la ha repetido el conde de Romanones en su intervención en el debate político. Resulta que después de lo de Annual, aunque España tenía hombres, no tenía proyectiles de cañón; pero tenía 871 generales y 20.671 jefes y oficiales (las cifras son del,Anuario Militar). ¿Que no hay dinero para ejército? En el presupuesto de 1921 a 1922 se consigna la cifra de 1.162 millones para los cuerpos armados. De donde resulta que a mediados de agosto del año que corre había veintitantos mil jefes y oficiales y se gastaban más de mil millones en atenciones del ejército; pero España no pudo formar dos divisiones, una división que fuese a Monte Arruit. He aquí por qué no se fué en socorro de Navarro (pp. 105-106)

Sobre el peculiar microcosmos que era la sociedad melillense de la época:

Los primeros días de la catástrofe se oían claramente los improperios, las vociferaciones, las acusaciones mutuas entremezcladas con los gritos de venganza contra el moro. La población civil, muchas clases y algunos jefes y oficiales y soldados levantaban los puños en alto indignados, gritando: “¡cobardes!, ¡cobardes!”.
La primera impresión que recibió el autor fue que Melilla era un avispero de odios, de indisciplina y de rivalidades. Los vicios de cualquier población de Andalucía de tercero o segundo -orden estaban allí agravados, porque en cualquier población civil- como el número de personas acomodadas y de la clase media es enormemente más reducido, unas clases se equilibran con las otras; los vicios de unas las purifican las demás y viceversa, en una especie de armonía compensadora. Allí, no. En general todo era clase media y soldados convertidos para el caso en ordenanzas o asistentes. Yo he presenciado más de una vez cómo un oficial detenía al primer soldado que pasaba delante de la terraza del café, para mandarle realizar cualquier comisión doméstica o de servidumbre o de recadero. Yo me preguntaba, como es natural, si los soldados son criados o soldados. Yo creo que las ordenanzas no prescriben que. un soldado pueda ser mandado a llevar aviso de que el señorito no come aquel día en casa o cosa por el estilo y que para eso existen los asistentes. Es la eterna arbitrariedad del español que toma por cosa propia lo que es del Estado o que emplea la autoridad que le confiere, la patria en su uso personal. Eso lo vemos todos los días en las oficinas y en las plataformas de los tranvías. (pp. 139-140)

Melilla ciudad de vicio y vicios:

En la Melilla de Silvestre—no sé en la anterior—eran frecuentes las broncas (otra palabra sucia) entre oficiales y suboficiales y sargentos. Entre éstos y aquéllos existía un verdadero odio y una rivalidad juerguística, como pude observar enseguida. Los sargentos no querían a los oficiales, no sé si justa o injustamente, y los oficiales miraban con enorme recelo y desprecio a los sargentos.
Los sargentos los tildaban de “militares de salón” y de otras cosas. Eran frecuentes, como resultado de ese odió latente, las riñas entre ellos, al encontrarse en los antros de placer. Cuando varios sargentos veían ocasión en una casa de juerga, de abofetear a un oficial, se lanzaban a la obra con la mayor voluptuosidad. Había, por esto, declarada una verdadera guerra de guerrillas en que el resultado eran los palos, las bofetadas, los botellazos. en la impunidad. El autor ha visto casos de éstos y sacó de ellos la impresión de que España está totalmente gangrenada y moralmente encanallada (p. 145)

El párrafo del libro que destacaría casi cualquiera a la vista de cómo acabaron las cosas dos décadas después:

Ante eso, se pone uno a pensar qué sería de España bajo un Gobierno militar. Muchas veces hemos oído entonar alabanzas por personas que se,tienen por serias a las ventajas de una dictadura de ese género en nuestro país, para acabar con el desorden y el desbarajuste administrativo, que a la postre, es inmoralidad.
Pocos españoles habrá que, por no haberlo pensado bien, o por un sentimiento de asco y desesperanza ante el fracaso de nuestros políticos y profesionales de la política, no hayan caído en la tentación de esa novedad, como un mal menor. Pues bien, ante lo que se ve y se dice—y claro que no se comprueba—en Melilla, asusta pensar lo que sería España bajo semejante sistema de Gobierno. Precisamente lo que asusta, lo que pone los pelos de punta al que pasa por Melilla, es el sentirse sin garantía ninguna frente al militar, y no al fuero militar. Allí tiene que ser uno mudo y ciego. Ver, oír y callar, y disimular cuando se ve, es lo que debe practicar todo -el que aspire a vivir en Melilla con relativa tranquilidad. Se está en una plaza militar y boca abajo todo el mundo… menos los militares de cierta graduación. (pp. 146-147)

La Melilla de los no tan felices veinte en cuatro líneas:

Melilla es una plaza militar; pero no encuentro en ella nada de ese ordenancismo cuartelario que hace las delicias y provoca los entusiasmos de algunos partidarios de una dictadura de generales y coroneles. Al contrario, Melilla es como una ciudad de provincia donde falta el freno religioso, y con una mezcla de judaísmo, bereberismo y flamenquismo que le quitan toda personalidad, y al propio tiempo con una indolencia parasitaria. Cafés, casinos, bares, casas de prostitución, fondas, hospederías y cuarteles, eso resalta más que nada. (p.154)

Lamento que la figura del autor del libro no goce de mayor reconocimiento. Me ha costado encontrar datos biográficos del leridano Juan Guixé Audet. Sin entrada en la Wikipedia a día de hoy, cosa extraña para el autor de una docena de libros, en una página oficial lo confunden con su hijo Juan Guixé Cañizares pero creo que estas líneas corresponden a su biografía:

Seguidor de Ortega y Gasset y de Manuel Azaña. Dirigió, en Madrid, La Palabra Libre y La Jornada, y fue secretario de redacción de España, El Imparcial y El Liberal. Fue uno de los directores de la publicación La Voz de Guipúzcoa y director de La Calle, Revista gráfica de izquierdas, además también colaboró en Heraldo de Madrid o Leviatán. Realizó numerosos viajes a Marruecos y varios países europeos. Fue Jefe del gabinete de prensa nacional y extranjera del Ministerio de la Gobernación. Entre los libros que escribió cuentan Problemas de España (ensayos), Idea de España, La nación sin alma. También fue autor de dos novelas: Sangre azul y El lenguaje de los ojos. Asimismo realizó versiones españolas de obras de autores como Valmiki o Joseph Conrad. Tras la derrota republicana se exilió en Chile, donde retomó su labor periodística, colaborando en revistas como España Peregrina, Revista de las Indias o Atenea.


El eterno retorno

24/12/2022

Unión Editorial, S.A. (1976)

Esta mañana he estado leyendo un cuadernillo en forma de libro de unas cien páginas titulado El problema regional en la Segunda República, escrito en 1976 por Santiago Varela Díez (1948-1993) en el que se trata al asunto que el título indica a la vista del incipiente desarrollo democrático y autonómico que bien podía preverse en el año posterior al de la muerte de Franco.

Hay mucha continuidad entre los trasfondos y los debates de ambas etapas democráticas, entre todo lo relativo al regionalismo y la autonomía en la II República y en la época histórica actual. Una que desconocía es la que se presenta en ciertas figuras del PSOE reacias a las concesiones al catalanismo, pero que como acaban transigiendo uno no puede realmente saber cuáles son sus auténticas convicciones. Esos serían los equivalentes a los Lambán, Page, Fernández Vara (o antes Rodríguez Ibarra) de nuestros tiempos, que aún mostrándose contrarios, supuestamente acaban cediendo y votando lo que quien manda en el partido les indica que tienen que votar.

Más inusual y coherente es la discrepancia que en 1932 encarnó de modo más explícito por el diputado José Algora Gorbea según nota a pie de página.

Tan sólo hubo un caso , el de José ALGORA , diputado socialista por Zaragoza , en el que se decidió romper con la disciplina del partido y se manifestó en las Cortes una opinión socialista contraria al Estatuto : «A lo que no hay derecho diría criticando el abstencionismo de sus compañeros- es a hablar exclusivamente en los pasillos y a simular enfermedades para no venir aquí en pro o en contra del Estatuto (…). Yo hablo en nombre personal y me someto siempre a la disciplina de mi partido , pero de antemano digo que, como representante de mi provincia, desde luego votaré en contra (…). Tome, pues, el partido socialista, al que tengo el honor de pertenecer, las medidas y determinaciones que quiera, que yo las acato con toda resignación y con toda tranquilidad» (en DSCC, núm 188, 23-VI-32).

En efecto, en septiembre de aquel mismo año fue uno de los 19 diputados que votaron en contra del Estatuto, lo que acabó causando su expulsión del grupo parlamentario de la minoría socialista. En las elecciones de 1933 se presentó como independiente por su provincia sin conseguir el acta. Es fácil imaginar que su expulsión contribuyera a salvarle la vida cuando fue detenido en Zaragoza durante la guerra, cosa que no sé a ciencia cierta.