Resumen de 2023

01/01/2024

Aquí y pocas veces allí

No sé si sabré transmitir la hilaridad de la situación que se dio en el sofá de mi casa unas semanas después de la muerte de Matthew Perry, el Chandler Bing de Friends. En uno de esos momentos de cambio de canales nos encontramos con un episodio de la icónica serie de los noventa y la primogénita me pregunta con toda seriedad: ¿Quién crees que será el próximo?

Y ahora intentemos resumir cómo fue 2023: el año en que completé tantos años de vida en Irlanda como los que pasé en España (adonde tuve ocasión de ir cuatro veces), el año en el que olvidamos el covid, cerró mi banco, me despidieron y también encontré un nuevo empleo para 2024. La mayor parte del resto del tiempo se dedicó a labores de logística e intendencia y a procurarse un salario que luego por julio empezó a verse amenazado.

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Bolas

Respecto a las visitas a la madre patria en febrero bajamos a Gran Canaria, a la zona del sur donde ya habíamos estado en 2018 y esta vez al trío de costumbre se unieron los abuelos y la segunda de mis dos segundas sobrinas favoritas. Luego en Semana Santa estuve trabajando unos días desde la casa solar y durante otros pocos acompañé al legionario a Melilla, muy interesante viaje. El verano vio otro par de semanas de trabajo en Guipúzcoa además de las dos de asueto entre Salamanca y Extremadura, plan habitual con la novedad de haber podido culminar un plan que no salió hace casi veinte años y mediante el cual pudimos ver el valle de Cuelgamuros y El Escorial.

Lo de nuestra expulsión del trabajo tiene algún aspecto lamentable, pero por otra parte ya nos lo esperábamos y en el fondo el que nos echaran indemnizándonos tras la fusión de las empresas era casi lo mejor que nos podía pasar. Algunos del equipo a los que no les tocó ya se han ido incluso sin cobrar. Me postulé para tres empleos, de dos me rechazaron por tener demasiada experiencia y en el tercero me ofrecieron un puesto más elevado que ninguno de los que tuve con anterioridad. Aunque no las tenía todas conmigo acepté el reto ya que en el fondo, si las cosas no van bien, siempre puedo volver a la casilla de salida.

En el ajedrez por Internet alcancé el objetivo que me había propuesto y en el que fracasé el año anterior (llegar a un nivel de 2500 en bullet y blitz online) y abandoné demasiado pronto el propósito de cambiar de aperturas. En 2024 me temo que no habrá demasiado en este capítulo ya que para las custiones laborales necesitaré de todas las neuronas que pueda recaudar. Ha sido una bonita etapa que me ha ayudado a mantener la cordura en este lustro difícil.

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En algún momento volveremos a viajar

En 2023 hemos blogueado más que el año anterior. Hay 124 entradas, de las cuales 20 fueron en el primer semestre y otras 104 en la segunda mitad del año. Esto es debido a que tenía cientos de fotografías en un teléfono que debía devolver cuando acabara mi trabajo y fue una forma de ponerlas a salvo. La previsión es que en 2024 escribamos bastante menos, a niveles de 2019 o inferiores, pero es definitivo que mientras podamos seguir no vamos a bajarnos de este barco.

Guitarra parecida

Guitarra aparcada

Esto será así a pesar de que en 2023 recibimos 26.764 visitas. Número bajísimo. Veníamos de 76.334 en 2020, 52.228 en 2021 y 38.105 en 2022. Hemos superado por lo bajo el récord negativo de 36.765 de 2010. Aquí y ahora que nadie nos ve podemos decir lo que nos dé la gana, privilegio de valor muy superior al de la fama.

Resúmenes de años anteriores:

Sin más que añadir les deseo a todos (y sobre todo a los dos o tres que hayan llegado hasta aquí) un muy feliz y próspero 2024.


El torneo del milenio

30/09/2023

Juego de ajedrez soviético

Allá por el 2000 jugué un torneo de ajedrez en Irlanda. No recuerdo casi nada del mismo, pero este verano aparecieron las planillas dentro de un libro y sólo pude verlas un poco por encima pero como hago fotos a cualquier cosa ahora tengo las pruebas del delito en ese teléfono que sigo vaciando y hoy me he puesto a mirarlas un poco mejor.

Creo que era un torneo que se jugaba un sábado y un domingo. Las rondas eran 5 aunque no sé si 3+2 ó 2+3 ni tampoco recuerdo el ritmo de juego, que me imagino que 45 minutos o una hora a caída de bandera. Jugué tres partidas con blancas y dos con negras por lo que es casi seguro que las de blancas serían la primera, tercera y quinta. La única de la que recordaba algo era la quinta, que es la que perdí. También de la cuarta de negras, que es la que no se ha conservado, y en la que mi rival se dejó literalmente todo.

En la primera ronda jugué contra el Leningrado a base de 7.Ch3, que antes me gustaba y de la que ahora reniego según el sabio adagio del caballo por los rincones. Mi rival perpetra un 12…h5 que posicionalmente es como para que le quiten todos los puntos del carnet y luego, listo de mí, me dejo un trucazo de billar con un alfil haciéndome la carambola o brocheta por a4 en el que juraría que he caído alguna otra vez en la vida. Lo curioso es que el desastre negro es tal que a pesar de la calidad de menos la posición blanca es preferible. Tras una combinación fulera hay un instante fugaz en el que tengo la pareja de alfiles y él la dama pero no tiene forma de liberarla. Luego la lío un poco sin dejar de tener ventaja decisiva todo el tiempo. No recuerdo si esta partida concluyó donde acaba la planilla o si hubo más pimpón. Mucha gente estará de acuerdo en que las primeras rondas siempre se atragantan un poco.

En la segunda juego la Caro-Kann y me hacen 3.f3 de la que no tengo ni idea y de la que acabo de descubrir que, como otras líneas, lleva el nombre de Maroczy. Frívolamente juego 4…e5 y 5…exd4 y creo que tras la jugada 6 la posición negra pinta bastante mal. Por suerte cambia damas y para la 12 o por ahí el final ya está casi igualado y poco después con un truco ramplón le levanto la calidad. Tampoco sé si se jugó más de lo que quedó anotado. Mi impresión tras dos rondas supongo que sería bastante negativa por haberme dejado calidad en una por pura ceguera y por haberme librado en la otra de una apertura en la que no tenía ni idea y en la que me podían haber barrido. O sea, mal.

Lo que se jugó en la tercera partida creo que no se debe considerar India de Rey sino una variante del fiancheto contra el Volga. Como por aquellos tiempos no tenía preparado nada eficaz contra el famoso gambito, devolví el peón en b6, que suponía que sería menos teórica y tiene la ventaja de que le sacas al otro de lo que mejor sabe y la de que sólo te puede atacar por una columna en vez de por dos. Por ciertas rayas en la planilla en esta estoy muy seguro de que se jugó bastante más de lo que está apuntado. Si la notación es correcta se llegó a un final en el que tuve un peón de más pero que luego no fui capaz de ganar, lo cual no contribuiría a mejorar mi ya mermado amor propio. Tablas.

En la última ronda iba con tres y medio de cuatro y optaba a ganar el torneo si me cargaba al maestro internacional que era el número uno de la lista inicial. Jugué una porquería que hacía por entonces para evitar la Nimzoindia. El tipo se me hizo un erizo y no sólo no conseguí ninguna ventaja sino que me quedé en un final algo inferior que acabé perdiendo en el apuro de tiempo. La cosa anecdótica que recuerdo es que el rival me dijo después que mi 10.Tc1 le había parecido una jugada «muy continental», que nunca supe exactamente qué quiso decir con eso y yo le dije que no, que nada de continente y que sólo era mala (en realidad no es para tanto) y que había mezclado planes, que primero quería meter el alfil en b1 y que luego cambié de opinión.

Después de vistas estas partidas, creo que no son tan malísimas como parecían en lo poco que conservaba en mi memoria de las mismas y que aunque haya dejadas y fallos por no saber aperturas, el principal problema fue el mío de siempre de no saber manejar el tiempo. Creo que quedé tercero y tuve que ir a cobrar un cheque a un banco, pero no recuerdo de cuánto fue el premio, seguramente menos de cien libras. En el verano de 2002 fui a otro sitio de la periferia dublinesa a jugar un torneo de partidas no sé si de media hora en el que puede que también quedara empatado al tercer puesto. Allí conocí a un tipo que me ofreció que jugara en su club y aquella temporada jugué 5 partidas (creo que gané 3 e hice 2 tablas) y en 2003 se cierra mi efímera carrera en el ajedrez de esta isla.


Resumen de 2022

01/01/2023
Aquí y pocas veces allí

En 2022 fui cuatro veces al país anaranjado

La última vez que hice este ejercicio comencé con una anécdota divertida. La de este año tiene que ver con lo arduo que resulta conocer incluso por encima la cantidad enorme de los elementos que contiene la cultura de un país. En verano caminábamos por una calle de Salamanca y la alemana me advirtió de la presencia de unos tipos sospechosos, vestidos con ropa extraña y cargados de chapas. Cuando por fin llegamos a la altura de los presuntos malhechores resultaron ser de la tuna de Medicina.

Y ahora sí. Balance del 2022. O año tercero y yo diría que último de la guerra del covid, virus y enfermedad de los que ni me acuerdo que existen. A principios de este se acabaron las restricciones y en mayo fuimos un día a la oficina a comer pizza con la gente a la que hacía tantos meses que no veíamos. Eso fue flor de un día ya que seguimos trabajando desde casa. Primer año también de la guerra de Ucrania, a la que entre febrero y hoy ya nos hemos acostumbrado y de la que no sabemos qué más deparará. En marzo habría dicho que había concluido la era que empezó en 1989 y que los libros de historia del futuro reflejarían que Occidente perdió dos décadas entre Afganistán e Iraq en las que no prestó la atención debida a Rusia y China. Nueve meses después ni sé si esto tiene sentido y bastante tengo con intentar llevar las riendas de mi vida como para empezar a imaginar cómo se juega con las del universo.

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Bolas

Mis principales novedades tienen que ver con el trabajo. Nuestra empresa se fusionó con otra de mayor tamaño y renombre y en el proceso de hacer realidad lo que está en los papeles andamos. Es de prever que sobre gente y que en un momento dado nos echen a varios, lo cual no estaría nada mal ya que esto no es EEUU y algún derecho tenemos a que se nos indemnice. Seguramente eso sería lo mejor para mí, aunque si se da el caso acabará resultandoestresante, ya que uno ha perdido la capacidad de venderse e interactuar en los mercados del trabajo.

Mis aficiones principales siguen siendo el ajedrez por Internet y la televisión y el Youtube. Mi objetivo para 2022 era llegar a un nivel de 2500 en bullet y blitz online y fracasé en ambas modalidades quedándome en 2471 y 2484.  El objetivo que tengo para 2023, mucho más modesto, es cambiar de aperturas e intentar jugar siempre 1.e4 con blancas y con negras 1…e5 contra esa y 1…Cf6 contra 1.d4. Otros objetivos son los de leer más y un viaje raro cuyo destino ya está elegido y del que daré cuenta en cuanto se produzca. También lo de leer más. La tele, quizá ver menos y que sea mejor. La mayoría de las cosas que veo me parecen bastante malas pero este 2022 me enganché con la serie danesa Borgen (de la que llevaba mucho tiempo oyendo hablar) y un concurso de telerrealidad de la BBC que se llamó The Traitors. Aquí quisiera mencionar las innumerables horas que he pasado escuchando conferencias de la Fundación March y de Raíces de Europa, además de con los divulgadores Fernando Díaz Villanueva, Joaquín Rivera Chamorro, Kira Sensei, Fabián C. Barrio, UTBH y otras personas admirables con canal en Youtube. Ciértamente es un privilegio el poder disfrutar mientras uno trabaja de contenidos audiovisuales o al menos sonoros.

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En algún momento volveremos a viajar

Por fortuna hemos podido ir varias veces a España, cosa que cada vez me da más pereza pero que cada vez me gusta más. No me gusta ir, pero me gusta estar. El otro día regresé tras nueve horas de desplazamiento y seis medios de transporte. El único viaje de descubrimiento fue el que hicimos a Fuerteventura en febrero y sobre el que hice varias entradas. No es que tuviera mucho que contar pero en algún lado hay que poner las fotos.

En 2022 hemos blogueado menos y con menos interés. Hay 72 entradas, de las cuales 44 fueron en el primer trimestre del año. No creo que nunca abandone esto del todo: no tengo ninguna importancia que darme, pero o empiezan a ocurrirme o a ocurrírseme más cosas o no veo cómo remontar…

Guitarra parecida

Guitarra aparcada

En 2022 recibimos 38.105 visitas. Veníamos de 76.334 en 2020 y 52,228 en 2021 y casi alcanzamos el récord negativo de 36.765 de 2010, con la diferencia de que entonces íbamos hacia arriba. Me gusta pensar que esto no me influye nada o casi nada en el ánimo de escribir, pero realmente ni lo sé. Creo que hubo una edad dorada del blogueo, luego vinieron las redes sociales, después el guasap y que últimamente es la temporada de los vídeos breves. Haga lo que haga sé que a esos otros formatos no me voy a pasar.

Por esta vez no voy a recomendar ningún contenido de la cosecha anual, pero aquí quedan los resúmenes de otras añadas.

Resúmenes de años anteriores:

Sin más que añadir les deseo a todos un feliz 2023 y ya iremos viendo.


Mis interacciones con la monarquía británica

08/09/2022

Hoy puede ser el día menos adecuado para recordar que, en 2011, cuando la reina de Inglaterra vino a Dublín, la policía no me dejó entrar a casa por la puerta habitual debido a que tenían a SM visitando el centro de convenciones de la manzana de al lado. Debe de haber más de cien metros y eso fue lo más cerca que he llegado a estar de un representante de tan augusta institución, sin contar su imagen en algún penique que haya tenido en el bolsillo o algún sello de correos que me haya tocado chupar.

Desde aquellos tiempos hasta hoy nos hemos ido separando del país vecino. Todavía fuimos a Escocia aquel año y a Gales en 2013 y cuando empecé en mi empleo actual me tocó ir dos veces a Londres en 2015, pero en 2016 llegó el bréxit y todo ha ido pareciendo más complicado, aunque en realidad de un modo secundario puesto que pesan más las circunstancias de la vida. Supongo que volveremos pero no sé cuánto tardaremos en volver.

Por otra parte he ido cambiando de opinión con respecto a esto de la monarquía, que a mi yo de antaño le parecía algo tan estrambótico y ajeno. Ahora me parece una forma de la jefatura de estado bastante razonable sobre todo si ya está establecida y quienes propugnan las alternativas son tus adversarios.


Tallin 2002

30/06/2022

Esta parte del mundo

Antes de que se me acabe de junio voy a dejar escrito que se han cumplido veinte años de aquella vez que fui a pasar cuatro días a Helsinki, el tercero de los cuales acabó siendo ser una excursión en la que atravesamos en barco el golfo de Finlandia para pasar el día en Tallin, capital de Estonia y regresar por la noche. No recuerdo cuánto tardaba el barco en llegar, creo que el billete de ida y vuelta me costó unos sesenta euros, que me pareció caro pero quizá no lo fuera tanto ya que tuve que ir a más de una taquilla, de diferentes compañías, y al parecer no era tan sencillo conseguir billete de un día para otro y la tarifa dependía precisamente de eso.

Pikk tänav – Calle larga

En el barco de ida ya había gente bebiendo desde primera hora de la mañana. Cosas de las gentes del norte. El caso es que salí de la Unión Europea y me aparecí en Tallin con buen tiempo. Estaba en medio de una soledad soleada de asfalto pero desde el puerto se podía llegar al centro histórico de la ciudad a pie. Lo primero con lo que me encontré por la zona portuaria y antes de llegar a las murallas fue un acto de confraternización parecido a un pícnic de algún tipo de iglesia rusa. Recuerdo que sobre todo las chicas iban muy elegantes y todos llevaban una tarjetita con su nombre.

Rincón pintoresco

Entré por una calle cuyo nombre, Pikk, ahora sé que quiere decir calle larga. Como mi día estuvo dedicado al callejeo no recuerdo ninguna visita a nada en especial. Sí que vi unos tenderetes en el lado interior de la muralla (Müürivahe tänav) y que por allí salí y en el escaparate de una inmobiliaria pude comprobar que en Estonia existían apartamentos, vaya usted a saber dónde, por lo que al cambio eran dieciocho mil euros. Recuerdo que paré a comer en un restaurante que estaba bien sin ser caro y en el que un gringo le preguntó a la camarera cuál era el nombre de la divisa estonia. Al menos eso yo sí lo sabía En cambio me pareció indignante que esta camarera hablara inglés mejor que yo, que ya llevaba casi tres años viviendo en Irlanda.

´Cúpulas de la catedral ortodoxa de Alexander Nevsky

Llegué a un mirador donde se alcanzaba a ver una buena sección de la parte vieja de la ciudad. Allí un tipo que intentaba vender cedés me estuvo contando cómo de importante es la música en la cultura estonia. En parte como en todas, pero ellos tienen su especie de sambódromo para concursos de canción y festivales corales y, por supuesto, estas manifestaciones de lo dionisíaco habían tenido su relevante papel en la formación del nacionalismo y en la actividad política que dio lugar a la independencia. Según veo este mirador está en un lugar llamado Kohtuotsa, nombre que tiene algo que ver con juzgados. Hay muchos consulados por allí. Acabo de ver el de España en Street View y da bastante miedo.

Veinte años menos

Otro de los lugares a los que me asomé fue la catedral ortodoxa de Alejandro Nevski, personaje principesco del siglo XIII, antecesor de los zares (zar es un título posterior). En la historia del mundo rusófono sería algo así como lo que para nosotros son los reyes de León. Y además santo, como Fernando III. En mi ignorancia de la liturgia y el arte de las iglesias orientales me pareció todo reluciente, desconcertante, hermoso e incomprensible, así que le tiré una foto a las cúpulas.

Callejuela estrecha de Tallín

Por lo que he visto hoy en día las fachadas están bastante mejor pintadas que por aquel entonces. También me parece que tanto la capital como el país han prosperado mucho. De hecho, en 2021 superaron a España en PIB per cápita ajustado por poder adquisitivo. Compruebo que hay en Tallin bastantes más negocios para los turistas que en 2002, dónde en cuanto me alejaba un poco de las calles principales del centro histórico me metía en pleno siglo XIX.

Escenario callejero

Cerca de la calle ancha (Lai tänav) que es paralela a la larga, en un lugar llamado Aida, que no sé si quiere decir algo o es por la ópera de Verdi, había una especie de escenario de teatro que me sorprendió mucho y favorablemente, dentro del aspecto un tanto desmejorado pero mejorando que tenía casi todo.

Las últimas horas las pasé en una especie de mercado medieval que había en la plaza mayor de la población y donde compré un marcapáginas de cuero y una cuchara y un tenedor de madera que seguramente anden aún en algún lugar en casa de mis padres. Antes de volver al puerto me paré junto a la muralla en el monumento al desastre del Estonia, que no se refiere al país sino eal barco hundido en 1994, naufragio que me parece que ha dejado poco en la memoria colectiva europea, aunque es de esperar que en Suecia y Estonia se recuerde mucho más. Curiosamente aquel mismo 2002 había visto el memorial que conmemora el mismo evento en Estocolmo. Por allí fuera de las murallas había unos adolescentes fumando y haciendo cosas de adolescentes y así salí de la Tallin medieval, conocida como Reval antes de la edad de los nacionalismos.

Plaza del ayuntamiento de Tallin

Me volví para el barco y allí me di cuenta de que debía de ser el único pasajero que no volvía a Finlandia con cajas de cervezas y licores. Como una parte importante de los retornados había dedicado el día al bebercio parecía que más que un barco regresaba una discoteca. Aunque tarde, Todavía era de día cuando llegué a Helsinki. La amiga de Gutiérrez me había dado su dirección para que me pasara tras volver de mi excursión porque iban a estar allí tomando algo. Me parece que no fui capaz de entender el telefonillo de su portal y me volví al albergue. Creo que tampoco volví a volver a Gutiérrez en Dublín. Años después supe por un amigo común que él y la finlandesa se habían dejado.

Calles de Tallín

Unas semanas antes de mi llegada se había celebrado en Tallin el festival de Eurovisión. Creo que fue el año en que al menos en España y  a causa de los concursos de talentos empezó a recuperar popularidad tras décadas de declive. Así que cuando le contaba a la gente que había estado en esta ciudad, me solían comentar lo del Eurovisión. Hoy día Estonia está en la OTAN, en la UE y en la Eurozona, me imagino que hay vuelos baratos al país desde todas partes sin tener que llegar en barco y el que no va, es porque no quiere o no tiene interés. Han superado el sovietismo, han progresado bien y la etapa optimista no ha concluido hasta este periodo 2020-2022 marcado por el covid y por la invasión de Ucrania. Veremos qué resulta de esta incertidumbre.


Resumen de 2021

01/01/2022
Aquí y pocas veces allí

Algo más de once meses de verde y algo menos de uno de anaranjado

No me había dado tiempo a contar la gran anécdota de estos últimos doce meses. Mi primogénita, expuesta al tabú anglosajón sobre los tacos y de tanto oír hablar de la f-word, al volver de la escuela me dijo un día:

Yo creía que John F. Kennedy quería decir John Fucking Kennedy.

Tiene otra muy graciosa, que se la debe a que mi madre quería comprar un prado que hay al lado de la casa en el pueblo y eso de que la abuela iba a comprar el prado lo procesó como que iba a ser dueña del museo nacional homónimo incluidas Las meninas, El jardín de las delicias y Los fusilamientos del 3 de mayo.

Y ahora sí. Una vez más, aquí nos encontramos haciendo balance del año anterior. Ha sido 2021, año segundo de la guerra del covid, un año de transición sin grandes noticias ni sobresaltos. Por un momento pareció que iba a ser el de la liberación en la forma de una vacuna que, si no ha sido tan buena como algunos creímos que iba a ser, al menos nos llegó a tiempo para poder irnos de vacaciones en verano. Seguimos teletrabajando y un día me di cuenta de que ya habíamos pasado más meses en casa que en la oficina nueva. Por falta de posibilidades me sobraron días de vacaciones que había que gastar antes del 31 de diciembre y he podido volver a pasar unas navidades en casa de los padres, cosa que hacía más de una década que no ocurría y ya de paso ver también a unos cuantos amigos que no veía desde 2019 o incluso antes.

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Bolas

Releyendo lo que escribí el año pasado por estas fechas compruebo que la sensación de extrañeza se ha evaporado por completo y que aquel mundo raro es ya el mundo sin más. Especialmente en invierno me harto de mi monótono empleo y a la vez me falta energía para empezar en ningún otro sitio. Me pregunto si podría seguir así las dos décadas que me faltan hasta la jubilación y la respuesta es que seguramente sí. Cada año que pasa le vamos debiendo menos a los bancos y la duda que tengo es si en algún momento podré permitirme dejar de trabajar y vivir de rentas aunque en mi caso los días de trabajo se parecen mucho a los de ocio por lo cual no tendría demasiado sentido. Tampoco si eso es triste o si más bien se aproxima bastante a la felicidad absoluta. En este 2021 también he visto decenas de películas aunque casi todas me parecen obviables hasta el punto de que he dejado de tomar aquellas notas breves ya que me ha acabado pareciendo que muchas no merecen ni las cuatro líneas que les dejaba.

Cumplí mi objetivo de dejar de jugar el ajedrez a un minuto. He jugado a 3+0 y a 2+1 y en ambas modalidades blitz y bullet he pasado de 2400 puntos. Mi objetivo para 2022 es llegar a 2500 en ambas. Si en 2020 jugué 17.000 partidas en 2021 habrán sido unas 4.000. He aparcado la guitarra y no tengo otras aficiones aparte de leer algún que otro libro (este año menos de treinta, lo compenso con la cantidad ingente de vídeos de historia que habré visto en Youtube) y por supuesto con este blog.

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En algún momento volveremos a viajar

En 2021 hemos blogueado más que en anteriores ejercicios. Cuento 99 entradas. Hubo una época entre septiembre y octubre en la que algo publicaba casi todos los días, no porque tuviera tantas ideas sino porque quise vaciar la carpeta de borradores y la galería de fotos del teléfono.

Guitarra parecida

Guitarra aparcada

En 2021 recibimos 58.228 visitas. Veníamos de 76.334 en 2020 y el de este año es el registro más bajo desde los 36.765 de 2010. Por un lado hay veces en las que me gustaría ser un autor famoso y que me dieran el Nobel de literatura por mis ocurrencias de aquí mismo e incluso un merecido Óscar de Hollywood y una pensión vitalicia a cargo del Estado, pero por el otro lado, que es el que domina mis pensamientos el 97% del tiempo, la difusión que esto tenga importa relativamente poco. Un dato curioso es que en algún momento del mes de marzo llegamos al millón de visitas acumuladas desde que empezamos este invento.

A continuación voy a volver a hacer lo de poner una entrada destacada por mes aunque no de cada mes ya que esta añada ha resultado irregular:

12 entradas de 2021:

  1. Una lección
  2. Una intuición moral
  3. Una intuición política
  4. Una curiosidad
  5. Una excursión histórica
  6. Una excursión natural
  7. Un dato bastante desconocido
  8. Unas fotos de Dublín
  9. Un mapa
  10. Una decepción
  11. Un libro para disfrutar
  12. Un libro para aprender

Resúmenes de años anteriores:

Y sin nada más que añadir les deseo un feliz 2022 con mucha salud a todos ustedes y a sus seres queridos.


Una intuición

14/10/2021

Gasto en protección social (% del PIB) en la OCDE 2014

24.10.2017

Tengo un gráfico que me debería servir para explicar una diferencia importante sobre cómo funcionan España e Irlanda que son los países que más conozco, pero que es a la vez una distinción que sirve para comparar diferentes tipos de países. Cuánto se gasta en protección social y cómo se hace: si mediante transferencias de efectivo, ofreciendo servicios u otorgando deducciones fiscales.

En general en Irlanda, hay poca voluntad política de tipo comunitarista. El irlandés tiene mentalidad de pequeño propietario y no se plantea utopías transformadoras. Quiere que las cosas sean como son con más dinero en su bolsillo. La mayor parte del gasto social se produce mediante transferencias y los servicios son pocos y suelen ser de pago.

En España en cambio, la mentalidad es mucho más colectivista y no en vano la creación de la Seguridad Social debería ser considerada la gran gesta nacional por encima de la conquista de América. Los subsidios y prestaciones en efectivo suelen ser escasos y limitados en el tiempo, pero se hace un gran esfuerzo por invertir en sanidad y educación, que son los pilares del Estado de Bienestar entendido a la manera española.

¿Qué es mejor? No lo sé. Por un lado, si uno está crecido, sano y desempleado no lo sirve de mucho que le ofrezcan una sanidad y una educación que no necesita mientras que carece de lo esencial para la vida cotidiana. Por otro, la inversión en sanidad y educación redunda en muchas ventajas para la sociedad.

El caso es que hasta donde yo he visto, la existencia de subsidios similares al de desempleo en España pero de carácter ilimitado en el tiempo, ha creado en Irlanda una clase social de gente que no ha trabajado nunca, ni nunca va a querer trabajar. En general hablo de irlandeses autóctonos, pero también hay inmigrantes que se han apuntado a ese modo de vida. Y ahora voy con esta reflexión de @PhilAMellows, que me pareció acertada:

 


Resumen de 2020

01/01/2021
Aquí y pocas veces allí

Siempre felices en las islas de abajo

Me gustaría pensar que pronto las cosas volverán a ser como eran y que todos recordaremos 2020 como un año de excepción en todo lo que ha tenido de negativo.  Si el 2016 del Brexit y Trump pareció malo, la verdad es que se queda en broma comparado con este año de la peste en el que aquellos dos disgustos  o lo que fueran concluyen sin que quede claro su legado. Sirva como ejemplo de cómo ponemos nuestras miras en aspectos arbitrarios de la realidad mientras se producen grandes cambios en una escala en la que no acertamos a intervenir.

Hablemos del asunto que determina el Zeitgeist. Ciertamente nos consideramos afortunados en que la plaga del covid que llegó no nos haya tocado, al menos que sepamos, ni a familiares ni a amigos ni a allegados. Muy afortunados también de trabajar en el sector tecnológico y mantener el empleo y de que nuestras condiciones vitales hayan incluso mejorado una vez que dejó de existir la obligación de desplazarse diariamente a la oficina. Extremadamente afortunados además por haber podido ver dos veces a la familia de España. La primera en Tenerife en febrero, apenas unos días antes de que todo se fuera al carajo y la otra en la Península en agosto cuando las cosas no estaban tan mal como antes ni como después.

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Empecé a usar esta imagen cuando la crisis anterior. Ahí seguimos.

Ahora a no ser que sea estrictamente necesario ya no viajamos, que es tanto como decir que ya no viajamos. La vida se ha hecho bastante extraña, monótona más que nada, en lo cotidiano, lo laboral, lo social… Interactúo bastante a través de la pantalla con la gente de mi equipo (somos seis). La compañera con la que tomaba café todas las mañanas se  me fue a vivir a Alemania en febrero y la he echado menos de menos de lo que pensaba por causa de cómo cambió todo. En todo el año he visto tan sólo a un mismo amigo dos veces: una en enero y la otra en diciembre. De hecho, desde marzo sólo he estado una vez en Dublín, y fue de paso camino del aeropuerto. He dedicado las dos terceras partes del tiempo a dormir y a trabajar pero de pronto se me han liberado cuatro horas al día que sobre todo he dedicado a ver cine en televisión y a jugar al ajedrez por Internet. Respecto a lo primero, aunque habré anotado unas 200 películas seguramente haya visto unas cuantas más, no menos de una al día de promedio. Respecto a lo segundo, desde marzo he jugado unas 17.000 partidas de ajedrez bala (un minuto por jugador) a un nivel que oscila entre 2150 y 2250 puntos de Elo la mayor parte del tiempo. Mi propósito para 2021 es dejar de jugar partidas sin incremento de tiempo porque soy bastante lento y es algo que veo imposible mejorar.

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Este fui yo

En 2020 hemos blogueado de otra manera. Ya no cuento nada de lo que veo por la calle porque nada veo por la calle (vivo entre un campo de golf y unos aparcamientos y apenas salgo al supermercado). También fue distinto este año en que escribimos más en la segunda mitad que en la primera (17 entradas el primer semestre, 43 el segundo). Al principio, cuando se desató la pandemia, no tenía demasiada capacidad de concentración, leía noticias de modo compulsivo pero no podía ponerme a acabar un libro. Eran los tiempos de lavarse las manos como locos y de las mascarillas no valen para nada. Poco a poco hemos ido encontrando un nuevo equilibrio. Es posible que en todo el año sólo haya leído cuatro o o cinco libros más que la veintena de la que he dejado notas. También hemos abandonado del todo FB, los RSS y el correo electrónico personal. Para encontrarnos lo más rápido es el WA o TW.

Guitarra parecida

Guitarra parecida

Recibimos 76.334 visitas, superando a los dos años anteriores  (2019: 69.263; 2018: 67.322; 2017: 76.901) aunque curiosamente con menos visitantes (39.387) que en cualquier otro año desde que existe esta estadística (2013). La cifra de páginas por visitante había oscilado entre 1,25 y 1,46. En cambio en 2020 ha subido a 1.94. Razones: no sé si tiene que ver con que los Estados Unidos hayan superado a España como país del que llega más gente (que supongo que serán bots y tal), pero en realidad ni idea.

A continuación voy a volver a hacer lo de poner una entrada destacada por mes, versión 2020, por si alguien quisiera una muestra de lo que hacemos aquí:

12 meses, 12 entradas:

  1. Enero: Inmersión lingüística irlandesa
  2. Febrero: Elecciones aplazadas por defunción
  3. Marzo: Cuaresma creativa
  4. Abril: Jilguero
  5. Mayo: El discurso del rey
  6. Junio: Republicanos
  7. Julio: Documentales, BBC, y leyenda negra
  8. Agosto: Quiénes somos y cómo hemos llegado hasta aquí
  9. Septiembre: Las lanzas coloradas
  10. Octubre: Cómo se elegía al Dogo de Venecia
  11. Noviembre: Barrilete
  12. Diciembre: Técnicas de propaganda

Resúmenes de años anteriores:

Antiguamente solía escribir a los amigos en estas fechas que ojalá nos pudiéramos ver en el año que entraba. Tal y como están las cosas me parece un objetivo demasiado optimista. Ya me gustaría que pudiéramos irnos vacunando todos y volver a vernos no antes de que acabe 2022. Entretanto, ¡Feliz 2021 a todos!


Resumen de 2019

01/01/2020
Aquí y pocas veces allí

Aquí y a veces allí

Volvemos a sacar la plantilla para mirar un poco hacia los doce meses más recientes. Al igual que el año anterior hemos sobrevivido 2019 como una espera sin apenas cambios. He descubierto por casualidad que en algunos países avanzados es costumbre tener un plan financiero para la vida y aunque encontré el mío por casualidad una vez instalado en él puedo decir que al menos, año que pasa, menos deuda que queda.

En el trabajo seguimos a la espera de que se venda la empresa y de las oportunidades que ello pueda traer consigo. Aunque los desplazamientos a la capital de lunes a viernes sean bastante insufribles veo que no me queda otra que seguir aquí en la periferia, entre un mero campo de golf y unos aparcamientos (y cerca de un supermercado y una triste parada de bus) al menos otros siete u ocho años más, por lo que me conviene la flexibilidad de un entorno laboral en el que ya estoy consolidado. Esperamos también los problemas que se deriven del bréxit y de la próxima crisis cuando quiera venir. En todo caso nos pillará en este país. Las perspectivas en España no parecen mucho más halagüeñas por causa de la inestabilidad política, el desbarajuste institucional y la tendencia al faccionalismo y el centrifugado. Así que mejor aquí.

Un evento un tanto absurdo como puede ser haber perdido el teléfono que usaba desde 2012 me ha desconectado bastante de la gente con la que estaba en contacto bastante a menudo hace uno o dos lustros. Intentaré enmendarme a lo largo del nuevo año. Lo peor de 2019, como cada año, los que nos dejaron para no volver y no nos queda sino recordarlos.

pigs-countryballs

En cuanto a los viajes, apenas salimos de la isla esmeralda. Un par de visitas breves a España en la primera mitad del año y luego en verano pasamos casi dos semanas entre Salamanca y Extremadura y donde fue motivo de gran gozo poder disfrutar unos días con toda la vieja familia nuclear y la siguiente generación al completo. Entre todos ya sumamos unos cuantos. Ahí pudimos conocer al nuevo sobrino, que es de la cosecha del año anterior pero las distancias hacen que las cosas vayan despacio.

alfanje-xian-terracotta-army-2001

Este fui yo

El blogueo como siempre concentrado en la primera mitad del año y algo más abandonado en la segunda. Debe de ser que se me van las fuerzas. Aproximadamente una entrada por semana pero para qué más. Más de la mitad de las entradas son comentarios, resúmenes o notas de libros que leo. La verdad es que no tengo demasiada imaginación ni una vida especialmente rica en acontecimientos y creo que esos dos elementos contribuyen a una moderada felicidad y a la vez a una experiencia literaria pobre. Por motivos que se me escapan España NO es el segundo país más montañoso de Europa ha sido especialmente exitosa.

Guitarra parecida

Guitarra parecida

Echo de menos el formato las antiguas y hermosas estadísticas anuales de WordPress (2015, 2014, 2013, 2012, 2011), que no han de volver. En 2019 hemos tenido 69.263 visitas (que son menos aún que las 76.901 de 2017 y las 89.844 de 2016, pero más que las 67.322 de 2018, lo cual supone la primera subida desde 2012).

Aquí he intentando poner lo que me parece lo mejor de lo que ha salido de mis dedos tecleadores en cada mes de 2019:

12 meses, 12 entradas:

  1. Enero: Macedonia prenacional
  2. Febrero: Declive y caída del imperio Austrohúngaro
  3. Marzo: Superfreakonomics
  4. Abril: Buzón victoriano
  5. Mayo: Elecciones locales en Irlanda y en España
  6. Junio: Arendt sobre la violencia
  7. Julio: Cosas de la España medieval
  8. Agosto: Postal del lago Bled
  9. Septiembre: Tango en skai
  10. Octubre: Taxi Teherán
  11. Noviembre: Dalkey y Dowland
  12. Diciembre: En Lughnasa Franco no era aún generalísimo

Resúmenes de años anteriores:

Después de década y media mantengo la voluntad de seguir dando la lata por aquí. También intentaré que sea más en persona. ¡Feliz 2020 a todos!


Resumen de 2018

01/01/2019
Aquí y pocas veces allí

Aquí y a veces allí

Un año más aquí estamos, tratando de resumir los doce meses anteriores. No ha habido demasiados cambios. Tanto en lo personal como en lo que afecta al rumbo de mis países diría que 2018 ha sido un año de tránsito hacia no se sabe exactamente qué. Suena a que estoy muy perdido y seguramente así sea. No es que estemos en el paraíso pero percibo la sensación de una calma que precede a la tempestad. En general teme uno los cambios porque ve que hay más margen para el empeoramiento que para la mejora. Quisiera que 2019 no fuera peor y me conformaría con mejorarlo con nada especial, con apenas un poco más de felicidad cotidiana. El peligro está en el bréxit. Espero no tener cambiar de trabajo hasta 2020, que es cuando se supone que venderán nuestra empresa o la sacarán a la bolsa, que algo tienen que hacer con ella.

pigs-countryballs

En cuanto a los viajes, al igual que el año anterior: una semana en invierno en Canarias, esta vez a Gran Canaria, en invierno y otra a la España peninsular a finales de octubre para ver a la familia. El resto de los días de vacaciones se los comen las visitas de la familia, que esperemos que siga viniendo a vernos ya que es una alegría muy grande y nos saca mucho de la monotonía.

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Este fui yo

El blogueo como siempre concentrado en la primera mitad del año y abandonado en la segunda. En parte porque la pantalla de mi portátil del trabajo no va muy bien y lo suelo dejar en la oficina, donde tengo un monitor externo. Este año ha sido el año en el que pasé a interesarme mucho por los podcasts y en especial por la historia militar. No hice demasiado con la guitarra: una aproximación a Koyunbaba de Carlo Domeniconi que en el mejor de los casos tardará años en fructificar y sí estoy relativamente contento de lo rápido que fui capaz de montar la BWV 999 de Bach y una piececita brasileña Se ela perguntar de Dilermando Reis a la que creo que nunca me habría aproximado de no ser por la interpretación de David Tutmark.

Guitarra parecida

Guitarra parecida

Definitivamente las bonitas estadísticas de WordPress (2015, 2014, 2013, 2012, 2011) no han de volver. En 2018 hemos tenido 67.320 visitas (que son menos aún que las 76.901 de 2017 y las 89.844 de 2016).

Aquí voy a poner una selección de entradas variadas con lo que más me ha gustado de lo que he escrito en 2018:

12 entradas para leer:

  1. Enero: Todo sobre Tuvalu
  2. Febrero: Por qué empezaba el año fiscal irlandés el 6 de abril
  3. Marzo: Tolerancia y postureo
  4. Abril: Vuelvepiedras común
  5. Mayo: Lo de Pablo Casado
  6. Junio: Wicklow capital
  7. Julio: El año islámico no se calcula restando
  8. Agosto: Breve guía de la civilización clásica
  9. Septiembre: Oficina vieja
  10. Octubre: Jonathan Swift
  11. Noviembre: España, república de trabajadores
  12. Diciembre: Supremacismo banal

Resúmenes de años anteriores:

Creo que si todo va bien esta etapa de la vida se prolongará unos siete años más. En estas circunstancias el único reto bloguero es seguir haciendo al menos una entrada al mes, aunque sea mala. Ya vendrán tiempos mejores o al menos más ociosos. !Feliz 2019 a todos!