Monumento a la naranja (que salvó a Odesa)

Monumento a la naranja. El emperador Pablo I

En mayo del pasado año [2010], alfanje y Rod se fueron a la Rusia menor, por otro nombre Ucrania, y como ya se ha comentado en estas páginas, acabaron poniendo pie en la ciudad de Odesa.

En uno de nuestros paseos, cerca del puerto y de las famosas escaleras de Acorazado Potemkin, llegamos a un barrio humilde, en una de cuyas calles había un monumento bastante feo, que a mí me recordaba a la carroza de Cenicienta, aquella que se convirtió en calabaza. Con nuestra limitada imaginación y nuestros limitadísimos conocimientos de la lengua rusa -mejor ni hablar de la ucraniana- no fuimos capaces de imaginarnos de qué se trataba. Le tomamos algunas fotografías y ahí quedó la historia.

Meses después, gracias al poder del internel y de los traductores informáticos, puedo decir que hemos conseguido averiguar qué era esa monstruosidad e incluso por qué se encontraba en aquel lugar tan fuera de lugar. De paso aprenderemos algo de la historia de esta parte recóndita de Europa.

El engendro es un monumento a la naranja (que salvó a Odesa). El Monumento a la Naranja fue inaugurado en el día de la ciudad, el 2 de septiembre de 2004, y que es obra de Alexander Tokarev. La idea fue de Valery Baluj y el arquitecto del proyecto Vladimir Glazyrin,

El monumento se encuentra sobre un pedestal, consiste en una naranja pelada a la que le faltan unos gajos. En su lugar se encuentran la figura del emperador ruso, Pablo I. Forman parte de la composición tres caballos, unidos a la naranja por riendas. Además, la naranja lleva ruedas, que simbolizan el transporte de las naranjas desde  Odesa a San Petersburgo. Sobre la naranja se encuentran los edificios más famosos de Odesa: La Ópera, la catedral de la Transfiguración y la columnata del palacio Vorontsov.

El monumento se hizo en Kiev y para su realización fue necesaria una tonelada de bronce. El coste de la escultura fue de 160.000 grivnas, unos 25.000 euros de 2004 .

Lo más interesante es el acontecimiento histórico que el monumento quiere recordar:

La carroza de Cenicienta

Los hechos históricos

En 1795, tras la subida al trono del emperador Pablo I se había suspendido la financiación de la construcción del puerto de Odesa. El vicealmirante De Ribas había sido sustituido y el ingeniero despedido . El puerto no estaba terminado y Odesa no era aún capaz de comerciar y abastecerse. A punto de empezar el siglo XIX, la ciudad parecía tener los días contados.

Los males de la ciudad parecían provenir de su puerto inconcluso y con esta idea, los miembros del consejo local se reunieron el 9 de enero de 1800. En pleno decidieron solicitar del emperador un préstamo a 25 años para terminar el puerto. Enviaron al magistrado Kiryakov, director de la Aduana de Odesa a pasar el invierno a San Petersburgo con el fin de interceder ante el emperador. Lo acompañaron unas naranjas de la mejor calidad. La ventaja de tener un puerto en Odesa implicaba que fruta fresca podría llegar al norte antes que por cualquier otra ruta. Las naranjas llegaron el día 8 de febrero y el día 26, el emperador accedió a firmar el edicto por el que se entregarían al magistrado Kiryakov los materiales necesarios para la construcción del puerto y se concedía a la ciudad de Odesa un préstamo de 250.000 rublos a devolver en 14 años.

 

La columnata del palacio Vorontsov

La construcción y el cambio de ubicación del monumento

Loa noticia del plan de construir un monumento a la naranja apareció en primavera de 2004. Las obras comenzaron en agosto del mismo año.

El dinero tenía que provenir de donantes voluntarios y no tan voluntarios. A algunas compañías de transporte que operaban en el puerto de Odesa les rechazaron la documentación de los envíos a no ser que mostraran justificantes de pago de contribuciones para la construcción del monumento. Los empleados de aduanas dicen que recibieron la orden de sus jefes. Las cantidades requeridas dependían del tamaño de la empresa.

En un principio, el monumento se ubicó en la intersección de las calles Lanzheronovskoy y Pushkin, frente al Museo Arqueológico. Sin embargo, en enero de 2007 el Departamento de Urbanismo decidió trasladar el monumento a una nueva ubicación, el bulevar de las Artes, esquina con la calle de la Transfiguración. En junio de 2007 el gobierno local confirmó la decisión y el monumento se movió en julio al lugar que ocupa hoy en día

La razón oficial del traslado era la recomendación de algunos expertos de la UNESCO, que consideraban que el monumento a la naranja era uno de los elementos que destruían el entorno histórico de Odesa . Uno de los autores, el arquitecto Vladimir Glazyrin, solicitó que simplemente se moviera a otro lugar .

Sin embargo, existe otra teoría. A un lado de la naranja, el opuesto al lado en que se encuentra el relieve del emperador Pablo I, se inmortalizaron en bronce los nombres de los gobernantes de la ciudad y la región en el momento de su construcción (2004). Todos ellos perdieron sus cargos tras la revolución de 2005 (que, paradójicamente, se conoce como la Revolución Naranja) . Hay quien ha entendido que los nombres de sus adversarios políticos y predecesores dolían a la vista de los nuevos dirigentes locales, por lo que decidieron trasladar el monumento a un lugar más remoto.

Los odesitas dicen que si los gansos salvaron a Roma, las naranjas salvaron a Odesa. También hay quien dice que el monumento es, en realidad, un monumento al soborno.

Referencias: Памятник апельсину

3 Responses to Monumento a la naranja (que salvó a Odesa)

  1. […] descifrar la historia a través de un traductor automático del ruso, pero es larga y curiosa y algún día la contaré. Monumento a la […]

  2. […] el haber estado allí deja un poso de interés para rebuscar en historias ya conocidas o descubrir algunas nuevas. Agradezco a mis lectores su interés. Con esto cierro más o menos el capítulo aunque siempre es […]

  3. […] Una vez llegados a la parte desde la que se ve el mar nos encontramos con una extraña escultura. Semanas después de haber vuelto del viaje conseguí averiguar que era el monumento a la naranja, que salvó Odesa. Sólo pude descifrar la historia a través de un traductor automático del ruso, pero es larga y curiosa y algún día la contaré. […]

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