La abolición del hombre

09/12/2023

The Abolition of Man (1943)

A pesar de estar pasando diciembre en latitudes más templadas que las de costumbre, el tiempo tampoco invita a demasiadas actividades al aire libre por lo que aparte del paseo matinal el resto del día es yantar, café, conversación, audiovisual y alguna lectura.

En el sofá me he encontrado este ensayo de C.S. Lewis el famoso escritor de ficción científica y mundos mágicos muy vinculado con la isla de Irlanda y, si no lo confundo del todo con Tolkien, de pensamiento conservador que me recuerda bastante al de Chesterton. Me ha impulsado a la lectura la coincidencia memorable de que hoy Ana Íris en su artículo de El País ha reproducido una cita memorable del autor: «Cuando uno esta al borde de un acantilado, lo más progresista es dar dos pasos para atrás».

«La abolición del hombre» me ha parecido un alegato favorable a la educación tradicional y contrario al relativismo moral que probablemente sea más necesario ahora que cuando se publicó si bien la exposición de las ideas y la selección de ejemplos no me resultan especialmente atractivas.


Contra el fanatismo – Amos Oz

22/01/2010

«Cómo curar a un fanático? Perseguir a un puñado de fanáticos por las montañas de Afganistán es una cosa. Luchar contra el fanatismo, otra muy distinta. La actual crisis del mundo, en Oriente Próximo, o en Israel/Palestina, no es consecuencia de los valores del islam. No se debe a la mentalidad de los árabes como claman algunos racistas. En absoluto. Se debe a la vieja lucha entre fanatismo y pragmatismo. Entre fanatismo y pluralismo. Entre fanatismo y tolerancia. El fanatismo es más viejo que el islam, que el cristianismo, que el judaísmo. Más viejo que cualquier Estado, gobierno o sistema político. Más viejo que cualquier ideología o credo del mundo. Desgraciadamente, el fanatismo es un componente siempre presente en la naturaleza humana, un gen del mal, por llamarlo de alguna manera».

Amos Oz, «Contra el fanatismo», Ediciones Siruela (2003)

Este librito me gustó mucho cuando lo leí hace unos años. Me hizo pensar sobre la configuración de causas que hacen que un individuo se convierta en un fanático, algo que parece mucho más probable en la franja de Gaza que en Noruega. No soy muy partidario de explicaciones genéticas, las llevo hasta el punto de creer que es un elemento durmiente en todo ser humano pero que todos compartimos. El entorno es lo esencial. En realidad no es que sacara nada en claro, porque la respuesta se puede afrontar desde muy diferentes métodos; lo cual a menudo significa que no hay respuesta. En cualquier caso, reflexionar sobre estas cosas correlaciona mucho con no ser un fanático.

Hace unos días leí una frase de Chesterton:

«It is not bigotry to be certain we are right; but it is bigotry to be unable to imagine how we might possibly have gone wrong.»

No es fanatismo estar seguros de que tenemos razón, pero sí es fanatismo ser incapaces de imaginar cómo podríamos habernos equivocado.