Ni la versión actual ni la enmienda
Aunque viva en el exterior sigo leyendo las noticias de España. Sin embargo, en muchos aspectos me considero desinformado porque me falta eso que llaman «el pulso de la calle». A veces me doy cuenta de cosas que me resultan raras de golpe, porque llego a ellas como la rana a la que echan al agua hirviendo. Tampoco es nada especial, me imagino llevando la misma vida allí y me podría pasar perfectamente lo mismo.
En las últimas semanas me ha llamado la atención el uso que se está haciendo del término «bipartidismo«. A lo mejor lleva en boga varios años, quizá desde aquello del 15-M. No sé refiere al sistema, como autoriza el diccionario, sino a los dos partidos mayores o a su suma. A veces la confusión del lenguaje lleva a la confusión política y los que quieren acabar con el bipartidismo me recuerdan a aquella anécdota ferroviaria en la biografía de Tal: había un problema con el último vagón de los trenes y alguien sugirió eliminarlo, como si no fuera a quedar un último vagón después de hacerlo. Al final en un sistema representativo lo más normal será que queden dos partidos principales. No es que el sistema sea bipartidista sino que el comportamiento electoral de los electores que se cansan de perder hace que acabe pareciéndolo hasta cierto punto.
Cuando yo estudiaba estas cosas, lo que ahora llaman bipartidismo se llamaba concentración electoral, y el índice de concentración electoral era la suma del porcentaje de voto de los dos mayores partidos. También existía el índice de concentración parlamentaria, que era lo mismo pero en escaños y que en España debido al efecto de la ley d’Hondt pero sobre todo de la circunscripción provincial era mayor aún (en 2008 serían de alrededor del 80% y 90%, electoral y parlamentario respectivamente). Ahí les dejo los términos por si quieren hacer uso cultivado y que no les entienda la vecina cuando comenten estas cosas en la pescadería.
Bipartidismo no es eso
Ya puestos voy a comentar algo que sucedió hace meses. Alguno de los becarios de El País hizo lo que entonces consideré una traducción fulera del termino bipartisan. En la web de El País básicamente se dedican a traducir noticias de agencias y de los medios anglosajones. Lo sé porque muchas veces veo la misma noticia en la BBC y en El País con unos veinte minutos de diferencia.
Total, que el contexto de un acuerdo entre el Partido Demócrata y el Republicano sobre no recuerdo qué, el artista tradujo a bipartisan solution como «una solución bipartidista». No fue el único. En aquel momento me pareció una gran pifia y creí que la versión correcta a nuestro idioma habría sido «solución bipartita». Llevándolo más allá del idioma hasta el ámbito de nuestra propia cultura política «solución de consenso» habría sido lo adecuado.
Consenso en sentido muy estricto ya que en un sistema bipartidista «de verdad» como el de los Estados Unidos los dos partidos suponen el 99% de todo lo que hay. Hay que partir de la base de que «bipartidista» en España se está entendiendo como «excluyente» mientras que bipartisan, en los EEUU, implica más bien lo contrario. Pero en fin, si el uso moderno del término es aceptable probablemente aquella mala traducción también lo fuera.