Amor, ceniza y barro de Max Buendía

20/12/2023

 

Conocimos hace ya algún tiempo a Max Buendía (2001-2023), que nos dejó demasiado joven a pesar de haber nacido demasiado viejo. Teniendo en cuenta los últimos sucesos en la poesía nos legó un importante poemario que ni rima. He postergado esta nota durante varios días y por empatía reproduzco el poema Procrastinación, que además es cortito y no tiene tabulaciones complejas ni de ningún tipo:

A día de hoy,

mi vida espera sola,

varada en la arena,

que alguien vaya

y la desentierre.

Mañana lo haré

Muy agradecido de haber compartido tiempo y ocurrencias tanto en prosa como en verso, esta vez en forma impresa pero siempre impresionante.


La monja mexicana

19/10/2023

Tenía guardada una imagen con este soneto de sor Juana Inés de la Cruz, que desde que lo descubriera, tiempo ha, no dejado de gustarme:

¿En perseguirme, mundo, qué interesas?
¿En qué te ofendo, cuando sólo intento
poner bellezas en mi entendimiento
y no mi entendimiento en las bellezas?

Yo no estimo tesoros ni riquezas,
y así, siempre me causa más contento
poner riquezas en mi entendimiento
que no mi entendimiento en las riquezas.

Yo no estimo hermosura que vencida
es despojo civil de las edades
ni riqueza me agrada fementida,

teniendo por mejor en mis verdades
consumir vanidades de la vida
que consumir la vida en vanidades.

página 4


Versos alejandrinos

26/06/2022

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El otro día la jefa trajo a casa varios tebeos de Tintín y Astérix, dos personajes que a ambos nos fascinaron en la infancia. La intención era iniciar a la heredera en la misma afición y no miento cuando digo que me sentí defraudado por su falta de interés, aunque en fin sean gustos que uno no puede imponer. Total, que ayer estuve con Tintín en el Tíbet y hoy me toca andar con Astérix por el Egipto. Al poco de iniciar el «Astérix y Cleopatra» (Asterix and Cleopatra en inglés) nos encontramos a un antiguo amigo de Alejandría que llega a la aldea en busca del druida Panorámix (en inglés, Getafix) que lo recibe y explica a los demás la proveniencia del visitante, con juego de palabras incluido:

  • My dear old Getafix, I hope I find you well?
  • An Alexandrine…

He contado las sílabas y he visto que había doce, y no catorce que son los que todo el mundo sabe que debe tener un verso alejandrino,  así que mi primera impresión fue que no habrían tenido en cuenta el detalle en la traducción. He buscado el original en francés:

  • Je suis, mon cher ami, tres heureux de te voir.
  • C’est un alexandrine.

Que también son doce sílabas. Aquí me he tenido que poner a mirar a ver si es que lo que se entiendo por verso alejandrino es diferente en otros idiomas. La respuesta es que sí. Tanto en inglés como en francés, verso de doce sílabas, dos hemistiquios de seis. Como en francés todas las palabras son agudas, contando las sílabas de los versos franceses a la española salen 6+1 y 6+1, total catorce.

Ya de paso me he enterado que el nombre viene del Romance de Alejandro. No podría ser tan sólo que cuatridecasílabo fuera una denominación enrevesada.

Me quedaba por comprobar qué hicieron al traducir al castellano:

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  • Estoy, querido amigo, muy contento de verte.
  • ¡Es un alejandrino!

Contad si son catorce y está hecho.


De Fuerteventura a París

08/02/2022

Primera edición

En 1924 Miguel de Unamuno fue enviado al destierro a Fuerteventura. Esta estancia de cuatro meses produjo un libro que se publicó el año siguiente en París donde continuaba su extrañamiento tras salir de la isla. Acabo de descubrir que hace pocos años también ha dado fruto a una película llamada «La isla del viento», que junto con la otra de «Mientras dure la guerra» que vimos recientemente pareciera que el filósofo se ha puesto de moda en el cine.

El libro De Fuerteventura a París lo he leído esta tarde con la intención de empaparme de la isla por la que espero pasar bien pronto. La edición que he encontrado es la de entonces, hecha en Francia: el libro no se publicó en España hasta 1981. Alterna la poesía en forma de soneto con la prosa y en realidad trata bastante más de la situación política y social de la España de mediados de la década de 1920 que de los exóticos paisajes con cuyas descripciones uno quería deleitarse aunque algo de eso también haya. Puedo entenderlas en el contexto histórico de su momento y en la situación personal de Unamuno pero las críticas al rey Alfonso XIII y al dictador Primo de Rivera tienden a parecerme demasiado duras ya que desde mi perspectiva los anos veinte y su dictadura fueron una época no tan mala. Sin duda esto es por comparación con lo mucho peores que fueron la década y la dictadura siguientes, cosa que don Miguel seguro que no alcanzaba ni a imaginar.

Me alegro mucho de que los poemas estén explicados, ya que casi un siglo después es imposible que el lector recuerde que hubo una prostituta llamada «la Caoba» implicada en escándalos de tráfico de drogas y en un affaire con el general y marqués o que Rubán era el nombre de un caballo de Alfonso XIII que ganó alguna carrera. Más allá de los enredos y tejemanejes del período aparece mucho del problema eterno y el dolor de España desde ese enfoque tan agónico que me parece a mí que le da Unamuno a todas las cosas.

Ahora voy a lo de las imágenes de viajes exóticos en una isla que hace un siglo no era aún el paraíso turístico que uno espera encontrarse hoy día sino un peñasco remoto en medio del océano: árido, pobre, sediento y carente de casi todo:

VIII

¡Oh, fuerteventurosa isla africana,
sufrida y descarnada cual camello,
en tu mar compasiva vi el destello
del sino de mi patria! Mar que sana

con su grave sonrisa más que humana
y cambia en suave gracia el atropello
con que un déspota vil ha puesto el sello
de la loca barbarie en que se ufana.

Roca sedienta al sol, Fuerteventura,
tesoro de salud y de nobleza,
Dios te guarde por siempre de la hartura,

pues del limpio caudal de tu pobreza
para su España celestial y pura
te ha de sacar mi espíritu riqueza.

11-V-1924.

Esta es la explicación que deja Unamuno al pie del soneto: «Ya con este soneto entré en otro campo. Fuerteventura es una isla hoy pobre, muy pobre, que puede enriquecerse si logra alumbrar agua ; pero rica, riquísima en la nobleza de sus habitantes, los majoreros —que así se llaman—, y en la maravilla de su clima. Mas de ella he de escribir largamente en otro libro».

XVI

Ruina de volcán esta montaña
por la sed descarnada y tan desnuda,
que la desolación contempla muda
de esta isla sufrida y ermitaño.

La mar piadosa con su espuma baña
las uñas de sus pies y la esquinuda
camella rumia allí la aulaga ruda,
con cuatro patas colosal araña.

Pellas de gofio, pan en esqueleto,
forma a estos hombres —lo demás conduto—
y en este suelo de escorial, escueto,

arraigado en las piedras, gris y enjuto,
como pasó el abuelo pasa el nieto
sin hojas, dando sólo flor y fruto.

17-V-1924.

En este se percibe bien el paisaje arenoso «ruina de volcán», los sufrimientos del camello y del hombre. El gofio, esa comida pobre «harina de maíz» que descubrí en Lanzarote, tras haber oído hablar de ella a un compañero de trabajo canario que la aborrecía… y a mí no me pareció tan mal.

XLIV

Betancuria.

Enjalbegada tumba es Betancuria,
donde la vida como acaba empieza,
tránsito lento a que el mortal se aveza
lejos del tiempo y de su cruel injuria.

Se oye en esta barranca la canturía
de la resignación en la pobreza,
la majorera —blancas tocas— reza
entre ruinas, soledad, penuria…

Desnuda la montaña en que el camello
buscando entre las piedras flor de aulaga
marca en el cielo su abatido cuello;

mas de la tierra en la sedienta llaga
pone el geráneo con su flor el sello
de Ja mujer que nuestra pena apaga.

Aquí nos dice Unamuno que la conquista de la isla llevada a cabo por Juan de Betancourt…. ¡vaya conquista!

No he encontrado en este libro, cuya segunda mitad está escrita ya desde París, demasiado de las cosas canarias que yo buscaba. Quizá un día me ponga a estudiar los años veinte españoles del siglo pasado y con un poco de suerte me puede pasar como con el siglo XIX, que me acabó gustando más que el XX.

Una curiosidad: Me sorprendió que Unamuno no recordara la oda del dos de mayo. Dice «No sé de dónde es eso de no hay un puñado de tierra sin una tumba española.«. Me pregunto si de verdad lo olvidó, si finge no recordarlo o si es que el poema alcanzó su cénit de popularidad después de su muerte, durante el franquismo.


Lluvia de la luna de marzo

02/11/2021

Llovía un infierno
y nos amábamos en la buhardilla.
Por la claraboya ovalada
flotaban las nubes de marzo.

Las paredes inquietas del cuarto,
bajo los dibujos de tiza.
Nuestras almas en danza,
invisibles al mundo concreto.

-Va a llover en tus alas -dijiste –
llueven globos en el globo y el tiempo.
-Está bien -te dije- Lorelei,
llueve mi vuelo con plumas.

Y empecé a ascender
y no sé cómo salí del cuarto.
Me llamabas: – responde, responde,
¿qué es más hermoso? ¿los hombres? ¿la lluvia?

Llovía un infierno, una lluvia de locos
mientras nos amábamos en la buhardilla.
No quisiera que nunca acabara
esta luna de marzo.

Nichita Stănescu


Nobleza, humildad y llegar a viejo

15/10/2021

La estrofa

Seguimos vaciando los cajones. Como es normal, también olvidé la razón por la qué el 23 de diciembre de 2014 quise anotar ésta de entre tantas sentencias memorables que se incluyen en las Cartas marruecas:

Nobleza hereditaria es la vanidad que yo fundo en que ochocientos años antes de mi nacimiento muriese uno que se llamó como yo me llamo, y fué hombre de provecho, aunque yo sea inútil para todo.

José Cadalso, Cartas Marruecas, XIV

La excusa para su publicación será la conexión con un pequeño hallazgo de esta semana. Creo que debido al 12 de octubre y la Hispanidad y los desfiles ha pasado varias veces por delante de mí un vídeo que se acompaña con unos versos de Calderón, versos que se encuentran en la llamada Comedia famosa, Para vencer a Amor, querer vencerle. Hay varias menciones a la superioridad de la nobleza de carácter respecto a la nobleza de sangre, que es lo que lo enlaza esta historia con lo escrito por el coronel Cadalso un siglo después. También se loa la virtud de la humildad de un modo que me pareció interesante.

El problema que me surgió era que en dos versiones distintas me encontré con los verbos parecer y aparentar y quise saber cuál era la más antigua y auténtica:

Y así, de modestia llenos,        Y así de modestia llenos,
a los más viejos verás,             a los más viejos verás,
tratando de ser lo más,           tratando de ser lo más,
y de parecer lo menos.            y de aparentar lo menos.

Supuse que la del Siglo de Oro sería «parecer» y que «aparentar» sería una adaptación al habla actual. Ni siquiera he llegado a esclarecer tanto ya que en la búsqueda del texto antiguo me he llevado otra sorpresa. No se me asusten con las eses largas:

Y aſsí, de modeſtia llenos,
a los más viejos verás,
tratando de ſerlo más,
y de parecerlo menos.

Que me parece que cambia por completo el sentido. No se trata de que los viejos sean lo más sino de que puedan llegar a más viejos. Ser más viejos y parecer más jóvenes. Lo de sobrevivir es un afán bastante más cotidiano y útil en la vida de soldado que el de exhibir virtud. Lo de lucir joven es bastante prosaico y, claro, siendo así las cosas también la estrofa me parece que parece menos.

Por si los versos se popularizaran, en honor a la verdad histórica, aquí queda mi transcripción:

Eſſe Exercito, que vés,
vago al hielo, y al calor,
la Republica mejor,
y más política es,
del mundo, á que nadie eſpere,
que ſer preferido pueda
por la nobleza que hereda,
ſino por la que él adquiere:
porque aqui á la sangre excede
el lugar que uno ſe hace,
y ſin mirar cómo nace,
ſe mira cómo procede.
Aqui la neceſsidad
no es infamia; y si es honrado,
pobre, y deſnudo un Soldado,
tiene mayor calidad,
que el más galán, y lucido;
porque aqui á lo que ſoſpecho,
no adorna el veſtido al pecho,
que el pecho adorna al veſtido:
y aſsi, de modeſtia llenos
a los mas viejos verás,
tratando de ſerlo mas,
y de parecerlo menos.
Aqui la más principal
hazaña es obedecer,
y el modo cómo ha de ſer,
es, ni pedir, ni reuſar.
Aqui, en fin, la cortesía,
el buen trato, la verdad,
la fineza, la lealtad,
el honor, la bizarría;
el crédito, la opinion,
la conſtancia, la paciencia,
la humildad, y la obediencia,
fama, honor, y vida, ſon,
caudal de pobres Soldados,
que en buena, ó mala fortuna,
la Milicia no es más que una
Religion de hombres honrados.

 


Ciento volando de catorce (Sabina)

02/03/2018

De la exigua sección de libros en español de la biblioteca de aquí al lado (planteamiento que puede sonar a queja, pero ya bastante mérito tiene que exista) extraje este libro de sonetos de Sabina. Publicado en 2001, no sé en que año adquirió la biblioteca el ejemplar pero parece ser que soy el primer prestatario.

Un centenar de sonetos a base de endecasílabos. Muchos los tenía leídos ya. Voy a decir que de Sabina me gusta una canción de cada tres y un soneto de cada diez. Quizá el mejor que aquí aparece sea el dedicado a Antoñete. Hay unos cuantos sonetos taurinos más.

Nunca he ido a los toros ni me gustan especialmente, pero su proyección en la cultura nuestra (aquí en forma de poema, otras veces en forma de pasodoble o de frase hecha) me parece más que notable. Aprovecho para dejar aquí mi posición actual sobre la materia, ya que esta semana resurgió la secular polémica en uno de los grupos de guasap.

Mi planteamiento a día de hoy: no tengo pensado ir a los toros pero defenderé la tauromaquia a muerte. En un país sin término medio, prefiero mil veces que la linea del frente esté en la arena de la plaza a que pase por mi frigorífico.


Máquina de escribir

01/12/2015

Máquina

Máquina

Hay un poema de Miguel Hernández que hace muchos años que me gusta mucho. No es uno de los más conocidos. Lo lanza la visita que hace a una fábrica de tractores en la URSS en septiembre de 1937. No sé por qué no se me ocurrió la conexión en una ocasión que me ocupé de los tractores ucranianos. Ese poema y otro escrito durante el mismo viaje que se llama «Rusia» me parecen muy buenos. Me da igual la invocación y loa al compañero Stalin: es pura fascinación sovietista que arrastro.

En todas las ediciones que he visto siempre dice que la ciudad es Jarko, pero entiendo que tiene que ser Járkov, que es una de las ciudades más grandes de Ucrania. Un día se me ocurrió que las fábricas de tractores no son como las panaderías y que seguramente se podría saber cuál es la factoría que le llevaron a ver. Debe de ser la llamada Malyshev, que anteriormente tuvo otros nombres («Fábrica de locomotoras de Jarkov», «Komintern») pero que en 1937 se llamaba «Fábrica nº 183». Además de su dedicación ferroviaria primigenia, incorporó los tractores Kommunar en 1923 y justo antes de la Segunda Guerra Mundial había empezado a fabricar el famoso tanque T-34.

Es curioso pensar en lo difícil que habría sido conseguir esta información hace unos veinte años (antes del boom de Internet) y no digamos hace treinta (antes del crash de la Unión Soviética). Incluso hace diez (ya con Internet, pero antes de la etapa de expansión brutal de la información) habría sido complicado. Al menos habría hecho falta suertecilla, Siempre podía uno haberse encontrardo con una enciclopedia creada por un trainspotter friqui del todo en Geocities.

El sábado pasado, en una tienda del mercadillo de Navidad (a nadie sorprende ya que sea en noviembre) tenían una máquina de escribir antigua de la marca Royal. Sé lo mismo de máquinas de escribir que de tractores, al parecer ha sido una casa conocida. Estos trastos son cosas que a uno le gustan y mi principal desincentivo para adquirirlos no es tanto su precio como la falta de espacio en mi humilde morada. En general no aspiro a acumular objetos y seguramente la fotografía de la máquina me hace tan feliz como la máquina en sí. A lo mejor esto me convierte en una persona espiritual.

He calculado que sería de los años treinta y no es nada difícil encontrar un listado de modelos. He errado por dos décadas ya que parece que se trata del modelo 10, de 1914. He encontrado varias en subasta o en oferta. Me parece que por menos de 200 dólares podría conseguirse una.


Poema efímero

04/05/2014

Semipoema

Semipoema

No sé si «poema efímero» suena redundante o tautológico. También habrá quien diga que la poesía es eterna y lo temporal su soporte. Aquí el arma cargada de futuro ha detonado antes de tiempo y ha quedado demediada por demolición. Esta reflexión se entenderá mejor comprobando el estado del asunto hace casi cuatro años.

Pintada lirica en un edificio semiabandonado

Pintada lirica en un edificio semiabandonado

Paso por delante de esta ruina a menudo y no sé si la casa falta hace días, semanas o meses. De no ser porque falta media palabra no me habría dado ni cuenta. Fijándose bien a pesar de la pintura del mismo color, ni siquiera es la misma casa. Los hados están conjurados contra esta parte de los muelles. Ruinas para derribarse y un poco más allá ruinas aún por construir. En la siguiente casa se produjo un crimen hace pocos meses y hasta el gran teatro del final, todo está cerrado y supongo que esperando su derribo.


La rosa es sin porqué

24/12/2011

En una entrada reciente colé el poema Viva el perder de Félix de Azúa en el cual hay una estrofa cuyo primer verso siempre me resultó muy borgiano.

La rosa es sin porqué
no quiere ser mirada,
por eso también las escopetas
quieren ser disparadas
sin pensárselo más.

Yo creí que esto era porque la rosa aparece muchas veces en la obra de Borges. Siempre me acuerdo de esta otra estrofa del poema El gólem, que recuerda una cuestión central de la filosofía y el lenguaje. Curiosamente el poema me llevó, a través de una ciudad centroeuropea a una tumba que se encuentra en otra y frente a la cual he estado dos veces.

Si (como afirma el griego en el Cratilo)
el nombre es arquetipo de la cosa
en las letras de ‘rosa’ está la rosa
y todo el Nilo en la palabra ‘Nilo’.

Aquí yo quise ver el Rose is a rose is a rose is a rose de Gertrude Stein y el  a rose would by any other name would smell as sweet de Romeo y Julieta, que el ciego no pudo dejar de ver.

Hay también un elemento en la enumeración final de El Aleph que siempre me resultó muy evocador y frustrante.

vi un poniente en Querétaro que parecía reflejar el color de una rosa en Bengala

El azar ha querido que en mis investigaciones de la historia de Silesia haya aparecido como un ángel caido del cielo la figura del breslaviano Johann Scheffler, conocido como Angelus Silesius, que fue quien primero dijo que la rosa es sin porqué, florece porque florece.

Die Rose ist ohne warum; sie blühet, weil sie blühet…

La conexión borgiana está en que el argentino utilizó la frase como resumen de «la poesía» en unas conferencias que llevaron el título de «Siete noches» y que yo desconocía, creo, o al menos no tengo constancia de haber leído con anterioridad (ahora sí y pronto contaré algo más). Es posible que las haya visto referidas en algún otro lugar o haya visto alguna cita parcial porque si no, no estoy seguro de cómo puedo haber identificado en «la rosa es sin porqué» un verso indudablemente borgiano.