Resumen de 2010

2009 acabó con una postal de Hong-Kong y 2010 empezaba con nieve e hipocondría. Me fijé en enero un par de propósitos: uno era el de hacer alimentación sana y deporte con cierta regularidad, con vistas a una carrera de diez kilómetros en abril. El otro era escribir 100 entradas en el blog. Para abril ya las tenía escritas, y al poco dejé de correr regularmente. Antes de que se fuera la nieve escribí una de las entradas más bonitas y menos exitosas que he hecho. La falta de imaginación me condujo a recuperar experiencias de viajes antiguos, sea a Helsinki o Düsseldorf, Talampaya o Lund, y este ejercicio de memoria se ha convertido en una constante en mi blogueo.

 

Febrero me llegó corriendo, corriendo a diario, y se planteó la posibilidad de un viaje a Breslavia, que preparé leyendo el libro Microcosm, de Norman Davies, cuya lectura haya sido quizá la más fructífera de este año, ya que me abrió la puerta de Centroeuropa y me sirvió para replantearme ideas importantes, que en realidad servían también muy lejos de Silesia. El viaje finalmente se produjo el 19 de febrero y además de visitar a Breslavia y sus enanos nos acercamos a Jelenia Góra y Świdnica. El viaje me dejó un interés sobre la cultura polaca que se materializó en unas notas sobre su lengua y alfabeto. También en febrero me reencontré con amigos, como Julio, que daba señales de vida desde el hemisferio sur. Y Montse, María y Nuno a los que volví a ver en el bautizo de Aisling, la nena de Rocío. Aunque el eje de mi vida era el deporte, poco a poco me iba convenciendo cada vez más de que profesionalmente estaba en un callejón sin salida, y en una de esas nació una de las entradas más exitosas del blog, Letras solares y letras lunares, cuyo título al menos creo que gusta a casi todo el mundo.

 

Marzo fue un mes de ideas sueltas, a la espera de la gran carrera del 18 de abril. Si durante mucho tiempo no había sabido de Julio, de repente llegó el terremoto de Concepción, del que salió ileso. Yo mientras tanto iba anotando curiosidades de Irlanda, cosa que poco a poco se ha ido convirtiendo en uno de los temas constantes en este cuadernillo de la red. Tras más de diez años en el islote me considero con autoridad para decir que sitios como Newgrange y Knowth son un pequeño fraude, pero cada cual que haga lo que quiera. Un festivo importante en Irlanda es el día de San Patricio, que para mí y tal y como otros años pasó sin pena ni gloria. Otro pequeño objetivo que me propuse para el blog y que voy cumpliendo poco a poco, es sacar a la luz pequeñas joyas urbanas que pasan inadvertidas al visitante en la ciudad de Dublín.

 

A principios de abril volví a mi ciudad natal y en lugar de dedicarme al descanso, me puse a jugar al ajedrez, cosa que no hacía desde 2006. Me agradó mucho la experiencia, aunque no me quedé muy contento con los resultados. Supongo que con eso he matado el gusanillo para un par de años. A mi compañera no le impresionó de modo favorable la fauna ajedrecera. Por suerte tuvimos tiempo para otras actividades, como una visita al Aquarium que recuerdo como una gran aventura al lado mismo de casa. Tras el regreso a Irlanda, el 18 se produjo la gran carrera, cuyo resultado sí que me satisfizo. El día anterior habíamos comprado el billete para ir a Ucrania el mes siguiente, lo cual me dejaba un nuevo plan en perspectiva. Yo mientras tanto seguía anotando cositas de viajes antiguos, sea Copenhague, Isla de Pascua, Hanóver, Nueva Zelanda, Hanói, Buenos Aires, Pekín o Saigón. Supongo que porque rebuscar en el disco duro es una forma fácil de que se me ocurran ideas. En la vida cotidiana de quien tiene un empleo de oficina no surgen muchas cosas que contar.

 

Mayo fue sin duda el mes de Ucrania. Nos diseñamos un bonito recorrido para pisar Kiev, Odesa y Lvov. En los días anteriores iba anotando cosas sobre la cultura rusa/ucraniana, tan diferente a veces y tan parecida en muchas cosas. Leí un libro curioso tras el viaje, A Short History of Tractors in Ukranian, que creo que me ayudó a capturar el alma del país. Aunque vimos muchas cosas y aprendimos tanto y a pesar de que conocimos a gente muy simpática y chicas guapísimas (que no eran de las de los anuncios). A pesar de todo eso, el mayor tesoro que nos llevamos fue  reforzar la amistad con Eva. Creo que por mayo era por mayo cuando ya estaba empezando a hartarme de verdad del trabajo. Empecé a recuperar anécdotas con afán de ir cerrando capítulo y dejé cualquier reparo que tuviera respecto de traer a estas líneas la ineficiencia que veía a diario. También en mayo empecé a bajar mi ritmo de publicación, a causa del viaje y de haber pasado de sobra el listón que me había puesto a principios del año. Aunque en agosto empecé a escribir una crónica del recorrido por Ucrania, ese es uno de los proyectos de 2010 que pasa a 2011. Como me enseñó Julia, el perfeccionismo mata la creatividad.

 

Y llegó junio al que llamé “el mes de Etiopía” por la curiosa razón de que varios amigos acabaron en ese país. Dos de ellos para ir a una boda y otro para adoptar un niño, al que he podido conocer la semana pasada. Mi descubrimiento del mes fueron los tebeos de Guy Delisle, (Crónicas birmanas, Pyongyang) cosa que agradeceré eternamente a Escéptico. El tirón del viaje a Ucrania me hizo empezar de una vez con el libro de Åsne Seierstad sobre Chechenia, que no me gustó tanto como el tigre blanco de Aravind Adiga. Fue la última ocasión en que vi a María (y a unos sijs) antes del nacimiento de Ailbhe.

 

Lo mejor de julio fueron las vacaciones: nos fuimos a Eslovenia. Y quizá también el mundial, pero eso es secundario. No soy muy futbolero. España ganó el campeonato del mundo por primera vez y a mí eso me pilló en el aeropuerto de Treviso. Mi jefe de entonces se había ido a Suráfrica, para sufrir… qué diferencia. Lo mejor de Eslovenia fue recorrer las montañas del noroeste, alrededor del Parque Nacional del Triglav. Para llegar hasta allá pasamos por el litoral, por castillos de cuento, por Liubliana, por ciudades como Kranj, Škofja Loka, Radovljica. Tengo aún que contar nuestro paso por la capital, por Bled y Kranjska Gora, la placidez de Zgornja Radovna y el ascenso frustrado a una montaña, en cuya bajada me lesioné un dedo. Por su trasfondo geopolítico y lingüístico, la subida a la triple frontera fue la excursión que más veces he contado. En julio me enteré de una noticia que entra en vigor hoy, 1º de enero de 2011. Adiós Paul Keres.

 

El día más memorable de agosto fue aquel en que me encontré por la mañana con Carlos, que me contó su aventura etíope y por la tarde me fui a un asado argentino con Ariel y Marianela. Aún no había nacido Clementina Amaru. Marianela me dejó un montón de películas de Pino Solanas y me las vi todas, Por entonces seguía leyendo a Kapuściński y empecé con Lévi-Strauss. También acerté con Mapamundi curioso, otra de las entradas que han recibido muchas visitas, y que proviene de nuestro fugaz paso por Milán en mayo de 2007.

 

Septiembre, además del mes en que Rogelio y Julio se pasaron por aquí, fue el mes del principio del fin en mi antiguo empleo. Todo me parecía mal, incluso que nos llamaran Europa continental me parecía un desprecio. Intelectualmente, en cambio fue un mes fructífero. Leí After the Reich, de McDonogh y me sirvió como catalizador para empezar a leer sobre memoria histórica vs. Historia. También empecé una sección de anglicismos y falsos amigos, comentando palabras, que si bien era algo que ya hacía desde antes, fue en septiembre cuando empecé a centrar mis notas en eso. También tuve en septiembre un momento de gran ridículo, cuando empecé a hacer haikus que no eran tales, sino tercerillas.

Octubre fue un mes importante. Se me vino encima una semana de vacaciones en la que había pensado ir a Andalucía, donde quería estar el día de los tres dieces,  pero finalmente un accidente inoportuno lo impidió. Como no quería perder el tiempo me organicé para poder celebrar unas entrevistas de trabajo. Tuve tiempo para leer y para ver varias películas interesantes. La que más me gustó fue una iraní, Mujeres sin hombres. También se pasó por estas tierras mi prima, con su marido y unos cuantos amigos, y pasamos un fin de semana muy entretenido.

 

Empecé el mes de noviembre con el cambio de hora y otra entrevista de trabajo. También con un enfado con Emily. Y leyendo de nuevo a Asne Seierstad. El Gobierno de España seguía utilizando propuestas ridículas como cortina de humo y la Real Academia no se quiso quedar atrás, aunque por una causa más noble como es la unidad de la lengua. Iba viendo cada vez más cerca el día de dejar el barco, algo especialmente agradable para los que viajan en clase “galeras”. Se nos fue Berlanga, que para mí había sido importante, también en lo laboral, y yo me puse a mirar al Egipto antiguo y al moderno… y me atreví a contar lo del lap dance. La crisis irlandesa se puso mal de verdad, y dos días antes de que pisara por última vez la oficina de los cuatro años y medio, volvió a nevar.

 

Diciembre me cogió con el pie cambiado, esperando un contrato que venía por Fedex en el mismo avión que Tom Hanks. Tuve suerte y evité las cancelaciones de vuelos de la primera nieve y el cristo que montaron los controladores aéreos. Volé a Madrid el día 10 y me fui a pasar cuatro días a Salamanca y de allí a Guipúzcoa, donde he estado hasta el 29, en compañía de familiares y amigos. Blogueramente ha sido un mes de retales. Jorge ha vuelto a Uzbekistán y eso me da una excusa para tocar de nuevo el tema del mar de Aral. Encontré una coincidencia curiosa en un diccionario. A medio plazo las entradas que más pueden interesar son Catalanismo y Ñam ñam. Es de justicia que el último libro que he leído este año sea una novela de Mario Vargas Llosa, flamante Premio Nobel de Literatura.

Al final fueron 329 325 entradas, así que para 2011 voy a intentar que no sean menos de 300…

13 Responses to Resumen de 2010

  1. […] de 2010 Por alfanje He recibido un correo automático con esto. Si lo sé, me ahorro el resumen del otro […]

  2. […] no funciona en español, pero en las últimas semanas he escrito más de lo que acostumbro porque desde principios de 2011 tenía el propósito de llegar a las trescientas entradas. Iba mal, pero creo que lo he conseguido. Espero que en los próximos días los de WordPress me […]

  3. […] Al igual que el año pasado, voy a hacer un pequeño resumen de lo que ha sido este año 2011. La vida de un oficinista es ciertamente monocorde y desde una perspectiva materialista, de 365 días más de 250 podrían considerarse objetivamente la misma cosa. Es por ello que doy un valor importante, acaso desmesurado, a cualquier cosa que aprendo, a todo lo que leo y las pocas ideas que se me ocurren, normalmente en medios de transporte. […]

  4. […] 2012 fueron las estadísticas “oficiales” de WordPress trataré, como el año pasado y el anterior, de hacer una especie de resumen de este año bloguero, que empezó con la intención de escribir […]

  5. […] Resumen de 2010 […]

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