Todos los días tiene uno un ratillo masoca y más de uno para ver lo que se cuece por España. Veo que las figuras mediáticas de la semana son, por un lado una Ada Colau, dirigente de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca. Atentos al nombre que me encanta. No afectados por el huracán ni por el terremoto. No signatarios ni contratantes de hipoteca, no: afectados por la hipoteca. A a un desgraciado le cae un rayo del cielo y a estos les cayó una hipoteca. Así sin comerlo ni beberlo, porque sí. Esta mujer ha ido al Congreso para pedir que quien no pueda pagar la hipoteca, le devuelva la vivienda al banco y santas pascuas. Por otro lado una Beatriz Talegón que le canta las cuarenta a los jefes máximos del presidium supremo de la Internacional Socialista, que yo ni sabía que todavía existía. Les ha dicho que ya está bien de vivir en el puto lujo y gastarse el dinero en hoteles de cinco estrellas y que hay que vivir de acuerdo con los valores socialistas. A buenas horas.
He escuchado ambos discursos y creo que ambas tienen un 20% de razón y un 80% de demagogia. Ada Colau representa en mi opinión el fracaso que son los españoles y Beatriz Talegón el fracaso que es lo que los españoles creen que son o lo que les gustaría ser, según su nivel de percepción de la realidad.
Hace algunos años, tenía unos ahorrillos y me habría gustado comprarme una casa en España. No lo hice porque los precios estaban prohibitivos, pero pongamos por caso que hubiera pujado por la vivienda que compró Ada Colau y que ella, ofreciendo una cantidad mayor se la hubiera acabado llevando. Ahora sería bonito a pagar impuestos para tapar el agujero de los bancos cuando se queden con toda la ruina de las casitas de monopoly de gente como ella. Recuerdo a los nuncabajistas pagando fortunas que no tenían por chamizos y llamándonos agoreros a los descreídos. Cuando planteabas los riesgos, en especial el de devaluación, te decían que eso era imposible, Uno me llegó a dcir que había tanta gente en la movida que si, eso, al final ya acabaría el gobierno haciendo algo. Parece que yo ya he tenido razón en lo primero y él va a acabar teniéndola en lo segundo.
Soy el primero en criticar a los bancos por sus prácticas inmorales, tipo colocarle preferentes envenenadas de esas a la gente que iba a renovar su depósito, o cobrar intereses de demora absolutamente abusivos y comisiones que no están firmadas en ningún contrato, pero creo que la gente también tendría que ser más responsable de sus actos. Los bancos no son exactamente nadie, pero no veo cómo se puede ayudar a la gente de un país sin rescatar primero a los bancos. Si alguien tiene un dinero en una de las cajas de ahorro que van de pena y encima los temerarios que compraron viviendas en 2006 se las consiguen colocar a la entidad, no sé como al final van a salir billetes en vez de ladrillos de los cajeros automáticos. Me gustaría ver qué ocurriría si un gobierno deja caer un banco y a los impositores les devuelven sólo la cantidad garantizada. Yo trabajé en una financiera que quebró y los dueños, los accionistas, lo perdieron todo. El valor de sus acciones se redujo a cero. Conviene también no confundir el banco con la camarilla que lo dirige en más de una ocasión .En el caso de mi empresa, bastantes de esos se jubilaron con un pastón indecente, después de haberla llevado a la ruina con su codicia. Más sentido tiene que haya un regulador fuerte, control sobre salarios y bonificaciones y sanciones efectivas que las cosas que se están oyendo. Al final, el banco es sólo el dinero de los ahorradores y la irresponsabilidad de algunos la acabarán pagando todos de algún modo. Si en España se implanta la hipoteca «a la yanqui» (si no puedo pagar ahí tienes las llaves) la gente puede irse olvidando del tipo de interés del 2%. Menos mal que soy peón de obras de las finanzas en el imperio del mal que es esto de la banca. Si me da por progresar en mi empleo me van a satanizar, mientras que un futbolista que gana mil veces más que yo es admirado por la sociedad. También gustaría conocer el universo alternativo en el que a Ada Colau le salieron las cosas bien, y su vivienda se revalorizó un montón y la vendió y ganó un montón de dinero. Querría saber qué estaría diciendo en ese momento de la vida, del sistema económico, de la especulación financiera y de los bancos.
Luego, la otra dama, comentando a los jefes de la socialdemocracia mundial que han abandonado los ideales y tal. Un discurso más viejo que el mismo socialismo y la gente ahora como tiene Facebook se pone boba y dice que eso es verdad y que así se habla. Partiendo de la base de que la Internacional Socialista es tan útil como un congreso ecuménico, la gente va allí reza a sus santos en diferentes lenguas y como no se entienden ni siquiera se enteran de sus diferencias teológicas, pues no sé qué sentido tiene ir allí a decir que tienen que compartir experiencias con los de Uganda. No hay nada que se llame socialismo que sea útil y funcione igual en Suecia y en Tanzania. Pero el socialismo es como el cristianismo, una especie de monopolio de los buenos sentimientos y una continua explotación del sentimiento de culpa. Y vamos a lo del lujo ¿qué pasa con los hoteles de cinco estrellas? ¿es que en ellos no trabaja gente? Como si Ferrari fuera un solo tío y cuando uno se compra un Ferrari todo el dineral fuera para ese. ¿No hay muchos trabajadores en la cadena de montaje del auto, en el hotel de lujo, en el sector entero de la joyería? Si se renuncia al lujo, dejará de existir y se podrá vivir así, pero la sociedad será más pobre. Claro que se puede dormir en sacos de dormir y casas de amigos. Pero también dile a la gente que si vas a Uganda, aunque sea de camping, el billete de avión ya cuesta dos o tres veces el subsidio de 400 euros del que viven algunas familias españolas. Y diles de dónde sale el dinero que lo paga. Lo inmoral no es el lujo, ni que el socialismo no se encuentre a sí mismo. Lo inmoral es que al final ese encuentro no lo ha pagado la gente que se organiza alrededor de esa fe, sino la gente desorganizada que paga impuestos en sus países. Otra cosa que me ha fascinado del discurso es lo de «los jóvenes». Lo mismo que otros se envuelven en la bandera y la patria habla por sus labios, Talegón se arroga la representación de «los jóvenes». ¿Y los jóvenes qué son? ¿Es un tipo de ser humano especial que no pueda participar en las organizaciones en igualdad de condiciones con los más viejos? Me imagino que los partidos han creado sus ramas juveniles para tener una especie de jóvenes florero, como las mujeres florero que hay en otras partes o el negro y el chino florero que ponen los partidos racistas para disimular. Pero si eres un florero y te están regando con ese agua, no sé, no te quejes. O quéjate, que rebelarse vende. Quizá es el tipo de florero que necesita el sistema para legitimarse en este momento.
Y la España del Facebook admirada.